Juan Javier Carrasco se volverá a poner los guantes para pelear ante el ruso Zaur Abdullaev en una contienda por el título mundial ligero de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en Mendoza. La singularidad del combate se basa en que el mendocino se encuentra condenado por asesinato, pero en las últimas horas la Justicia de Mendoza le permitió quitarse la tobillera electrónica para subirse al ring.
La disputa tendrá lugar en el Arena Aconcagua de Mendoza y la expectativa es tal que algunos aficionados la catalogan como la pelea del año en Argentina. Ante semejante evento, el argentino de 32 años contó cómo fue su preparación y las dificultades que tuvo debido al arresto domiciliario y el tener que usar el dispositivo de seguimiento a toda hora.
Foto: Gentileza
El mendocino tituló la pelea como "la más importante" de su carrera. "La verdad que mi cabeza no está puesta en el sábado. Estoy más preocupado por mi libertad y mi familia. Voy a pelear por mi libertad el sábado", comenzó Carrasco.
“Es injusto”
Además, contó las complicaciones que tuvo a causa del arresto domiciliario y cómo afectó a su entrenamiento: "Es injusto. Un mes antes de esta pelea tan importante, me dieron arresto domiciliario, me pusieron una pulsera y por dos semanas sufrí hostigamiento policial, a la mañana, a la tarde, a toda hora. No me dejaban dormir".
"Es horrible, me lastima el tobillo cuando corro. Me tengo que poner doble media para que no me golpee en el hueso y me están monitoreando todo el tiempo. Yo soy de correr mucho y hoy tengo que correr en el fondo de mi casa. Me tuve que adaptar y no me deja hacer nada", continuó su relato el pugilista.
Asimismo, detalló las complicaciones para organizar el combate: "La pelea iba a ser en Rusia, pero por mis problemas judiciales no se pudo hacer. Cuando el equipo de Abdullaev se enteró de que no se iba a concretar la pelea, tomaron la decisión de venir para acá. Aceptamos la pelea y amoldamos la preparación".
A pesar de haber sido condenado en tres ocasiones por el homicidio de Daniel Ahumada en 2011, Carrasco nunca ha pisado la cárcel por este crimen. En 2016, la justicia lo encontró culpable, pero permaneció en libertad hasta que en agosto de este año se le colocó una tobillera electrónica para su monitoreo.
El caso de Carrasco es peculiar, ya que aunque estuvo encarcelado durante dos años por el delito de amenazas, nunca cumplió condena por el asesinato de Ahumada. Los jueces de Mendoza que le permitieron cumplir su condena en casa consideraron que el boxeador se había "resocializado". Esta decisión se basó en el hecho de que desde 2014 no ha cometido delitos, tiene una familia con dos hijos y ha continuado su carrera en el boxeo.
El combate entre Juan Javier Carrasco y Zaur Abdullaev, que se disputará en el Estadio Cubierto Aconcagua Arena de Mendoza, se podrá ver a través de la pantalla de TyC Sports.
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