Sábado 5.11.2022
/Última actualización 15:33
“En la charla técnica les hablé a mis jugadores de mi papá. Les dije lo que significó para mí, en los 39 años de vida que tengo, caminar al lado de él, en cualquier parte del mundo y que lo reconozcan como lo reconocen, que le pidan fotos, autógrafos o simplemente lo paren para saludarlo. Sé que lo mío no se puede comparar con todo lo que él logró, pero me sirvió de ejemplo para decirles lo que significa ser campeones. Salir campeón es para toda la vida. Tus hijos y los hijos de tus hijos siempre dirán que su papá o su abuelo es campeón, porque no hay ex campeón”. Juan Pablo Pumpido no cabe en su emoción. Y tiene sobrados motivos. Es campeón de la Copa Paraguay con Sportivo Ameliano, un club chiquito, que está jugando su primer año en Primera y que lo contrató por diez partidos, para intentar salvarlo del descenso y para ver si se podía escalar hasta lo más alto en la Copa de Paraguay. Y lo sacó campeón, haciendo historia.
En la final que se jugó en Encarnación, empató en los 90 minutos, 1 a 1 y con un jugador menos, ante Nacional. Y en la definición por penales, su equipo ganó 4 a 3. Es el primer entrenador en jugar dos finales seguidas (la del año pasado fue con Sol de América y la perdió por penales). Obviamente que es la primera vez que Sportivo Ameliano sale campeón, es la primera vez en la historia del fútbol paraguayo que padre e hijo extranjeros se coronan campeones como entrenadores (Nery lo fue con Olimpia) y es el entrenador más joven en salir campeón en la historia de Paraguay y el primero en jugar dos finales seguidas. Y habló con El Litoral desde Asunción del Paraguay.
-Juampi, contá algo del partido...
-El partido fue con dominio nuestro desde el inicio, nos pusimos 1 a 0 con chances de hacer más diferencia y en el cierre del primer tiempo nos echaron un jugador, así que el segundo tiempo lo planteamos de contra y la verdad es que lo teníamos controlado y el gol de ellos fue un error defensivo nuestro. Terminamos 1 a 1 y fuimos a los penales.
Foto: Gentileza.-¿Sufriste esa definición?
-¡A los penales no los ví, no sabía nada de lo que estaba pasando!… Cuando salgo del vestuario, porque escucho gritos, veo que la gente de Nacional entra mirando al piso. Entonces, salgo otra vez a la cancha a ver qué pasaba, porque no tenía información, y cuando veo eso, salí como loco y corriendo a festejar… La verdad es que la alegría es inmensa… El club es casi semi profesional y tengo jugadores que terminan de entrenar y se van a trabajar.
-¡Como escuchaste!… ¡A trabajar!… Por ejemplo, el que hizo el gol trabaja en una camioneta yendo de un lado para el otro a reparar aires acondicionados… Pero no es el único, casi todos los chicos tienen un trabajo… La mayoría son casi amateur.
-¿Cómo fue tu contratación?
-Agarré faltando diez fechas y para salvar al club del descenso… Quedan dos partidos y tenemos chances de salvarlo, pero no es fácil. También nos planteamos el hecho de salir campeones en la Copa de Paraguay y lo logramos.
-Vuelvo hacia atrás. ¿Por qué no quisiste ver la definición por penales?
-Al mediodía en la mesa se lo dije a los jugadores… Les dije que si había penales no lo iba a ver… Me acordé del Patón Bauza, que lo hizo en San Lorenzo cuando definió con el Gremio… “Ya está, ya ganamos, para qué voy a ver los penales”, dijo esa vez el Patón… Y bueno, un poco jodiendo en la mesa, lo dije. Y por esas cosas del fútbol, cuando termina el partido me meto a separar en un tumulto entre los jugadores y nos echan, a mí y al profe del otro equipo. Entonces me paré por ahí, pero me metí adentro del vestuario porque me dí cuenta de que era un mensaje esa expulsión… Que definitivamente no debía ver la definición por penales.
-¿Con qué o con quién podés comparar a Sportivo Ameliano?
-Mirá, el club es la primera vez que juega en Primera, no tiene cancha, es el más humilde de la primera, está organizadito porque su presidente lo lleva de esa manera, pero es la primera vez que juega en Primera y este logro es muy difícil que lo vuelva a conseguir.
-Y ahora tenemos que jugar la final de la Supercopa en enero, con el mejor del año, y la Copa Sudamericana del año que viene.
-Parece la historia de Patronato…
-¡Claro!... Como le pasó a Patronato con la Libertadores... La Supercopa será ante Cerro Porteño, Libertad u Olimpia, según cómo termine la tabla anual y quién sea el que consiga más puntos.
-¿Te ves dirigiendo en esos compromisos?
-Tengo contrato hasta mediados de noviembre, arreglé por estos diez partidos del torneo y la Copa, veremos qué pasa a futuro. No tengo definido nada, está el Mundial, hay un paráte largo y veremos qué sucede. Al Mundial no voy a ir, lo veré por TV. Vamos a ver cómo termina esto, en los dos partidos que faltan y luego veremos.
Por esta Copa de Paraguay, el premio fue de 600 millones de guaraníes, unos 85.000 dólares. Ahora enfrentará al mejor del año en la Supercopa de Paraguay, con premios por 1.000.000.000 de guaraníes. Juan Pablo Pumpido ambicionaba este momento desde que arrancó su carrera como entrenador. Estuvo a punto de conseguirlo con Sol de América el año pasado y los penales se lo negaron. El fútbol le dio rápida revancha y con un club chiquito y humilde, con jugadores que entrenan a fondo con él y que luego se van a trabajar. Otra vez el apellido Pumpido en lo más alto… ¡Nos imaginamos la “chochera” del padre!