La “reina” de la gimnasia artística, Simone Biles, protagonizó un gesto deportivo para la historia a pesar de haber perdido la oportunidad de colgarse dos nuevos oros este lunes.
La atleta estadounidense tuvo un particular gesto con su rival Latinoamericana. Andrade se convirtió en la atleta de Brasil con más medallas en la historia.
La “reina” de la gimnasia artística, Simone Biles, protagonizó un gesto deportivo para la historia a pesar de haber perdido la oportunidad de colgarse dos nuevos oros este lunes.
Cuando la brasileña Rebeca Andrade, que pisó el escalón más alto del podio en la modalidad de suelo, levantaba los brazos para celebrar la victoria que desplazó a Biles a la plata, la estadounidense junto a su compañera y bronce Jordan Chiles hicieron una especie de reverencia para reconocer a la campeona.
La estadounidense Simone Biles se despidió así de los Juegos Olímpicos de París sumando una nueva plata a su palmarés, pero sin lograr igualar el récord de la soviética Larissa Latynina como la gimnasta más laureada de la historia.
Una pequeña caída en la barra de equilibrio y la potencia de la brasileña Andrade le arrebataron los dos oros que necesitaba, ante un entregado público en la capital francesa.
Biles no se va con las manos vacías de París. Se lleva tres medallas de oro (gimnasia artística por equipos, en individual y salto de potro) además de la plata en suelo, y el sentimiento de haber superado el trance de Tokio, edición en la que decidió abandonar por sus problemas de salud mental.
Por su parte, Rebeca Andrade hizo historia al coronarse como la deportista con más medallas de la historia olímpica de Brasil, superando a los regatistas Robert Scheidt y Torben Grael.
Fue la sexta presea para la deportista, de 25 años, nacida en Guarulhos, en las afueras de San Pablo.