Martes 30.7.2024
/Última actualización 22:04
Costó trabajo y hasta la victoria final corrió riesgo en algún pasaje, sobre todo del segundo tiempo. Argentina ganó, pero lo hizo no exenta de sufrimiento. Manejó el partido en el primer tiempo, aunque sin profundidad. Arrancó el segundo con un golazo de Tiago Almada colocando la pelota con maestría desde afuera del área y allí vino lo peor del equipo, cuando Ucrania – hasta ese momento un partenaire – reaccionó y lo encerró a Argentina contra el arco de Rulli. Una gran jugada de Zenón – que entró en el segundo tiempo – hizo revolcar al arquero ucraniano y apareció la diablura de Echeverri para empujar la pelota y convertir el segundo. No alcanzó para salir primero, porque Marruecos le hizo tres a Irak, pero sirvió para asegurar la victoria y ahora todo parece indicar que el rival será nada menos que Francia. ¿Qué tal?
Giuliano Simeone, una de las figuras del equipo de Mascherano. Crédito: ReutersEl primer tiempo fue todo de Argentina. Los 10 minutos iniciales del partido marcaron la pauta de lo que todos imaginábamos que iba a pasar. Ucrania cedió terreno y pelota. Por eso, Mascherano no dudó en poner a Julián Alvarez y a Gondou. En este último caso, un poco por una cuestión estratégica y otro tanto por lo que había aportado en el partido anterior. Pero Mascherano sabía que frente a un equipo que se iba a meter atrás, había que abrir la cancha (Soler y Simeone lo hicieron) y tener dos alternativas para buscar por adentro ante un eventual desborde seguido de centro.
Sin embargo, pese al dominio absoluto del partido, a Argentina le faltó profundidad. Y cuando Ucrania se animó, pasó lo que siempre pasa: contragolpe rápido y peligro latente. No se dio a menudo. Y la vez que se dio, apareció en escena la seguridad de Marco Di Césare, este muy buen central que en dos ocasiones (una en cada tiempo) puso la pierna a tiempo para evitar la caída del arco de Rulli.
El esquema táctico argentino se complementó con el trabajo que por el medio hacían el Equi Fernández y Medina, que eran los encargados de buscar la pelota entre los centrales para empezar a abastecer al resto. Argentina era más penetrante por el lado de Soler, pero no encontraba el camino o los espacios para complicar a una defensa bien parada, la de Ucrania, que supo aguantar ese primer tiempo que fue favorable a Argentina en cuanto al dominio pero adoleció de la necesaria claridad y peligrosidad en los últimos metros.
El golazo de Tiago Almada en el mismo arranque del complemento insinuó con darle un poco más de tranquilidad al equipo. Sin embargo, hubo un alevoso retroceso y pérdida de protagonismo de parte del equipo. ¿Qué pasó?, ¿por qué Argentina se metió atrás?, ¿fue tan pronunciada la mejoría de los ucranianos o se vio favorecida por una lectura equivocada de Argentina? Lo cierto es que ese monólogo argentino del primer tiempo, se revirtió y pasó a ser de Ucrania en el segundo. Y allí, Argentina se vio apurada y complicada.
Mascherano fue moviendo el equipo con los cambios, puso a Beltrán, a Zenón y a Echeverri, del medio hacia arriba, para tratar de recuperar protagonismo. Anteriormente, cuando convirtió el gol Almada, el primer cambio fue el de fortalecer el mediocampo con Hezze, sacando a uno de los “9” (Gondou), pero no le salió bien. Recuperó un poco de frescura en esa parte final, cuando el partido se trabajaba mucho y se jugaba poco. Y cuando los ucranianos complicaban más de la cuenta y ponían en jaque el triunfo. Hasta que se aseguró luego de una enorme jugada de Zenón, que recibió por el costado derecho, enganchó hacia adentro y aprovechando su perfil zurdo, metió un remate a colocar que fue desviado con gran esfuerzo por el arquero rival, quedándole luego a Echeverri, habilitado por poco, para que la empuje y concrete el 2 a 0 definitivo.
Se viene el partido “del morbo” con todo lo que significa Francia. Se jugará con todo en contra y allí es donde seguramente deberá aparecer eso que aflora en el argentino cuando la situación es adversa. En parte, este plantel lo consiguió, logrando revertir el traspié y el escándalo del primer partido ante Marruecos (el gol anulado y la hora y media larga que demoró el cotejo en reanudarse). No jugó bien la selección. Lo hizo de a ratos, pero tuvo lagunas muy pronunciadas (en el segundo tiempo) que no se entienden demasiado, a pesar de que era lógica la reacción del rival. Hay una idea de juego y hay mucha jerarquía. Todo eso, y el temple característica, es lo que tendrá que aflorar ahora. El camino es parecido al de los campeones del mundo (derrota en el primer partido y dos triunfos luego), aunque en lugar de salir primeros (como en Qatar), esta vez fue segundo. Y ahora se viene el partido de cuartos, este viernes a las 16 de nuestro país ante el local.