Lanús emitió un comunicado en el que informó sobre los pasos a seguir tras una nueva denuncia por violencia de género contra Lautaro Acosta.
El club emitió un escueto comunicado con los pasos a seguir luego de la grave acusación hacia uno de sus jugadores.
Lanús emitió un comunicado en el que informó sobre los pasos a seguir tras una nueva denuncia por violencia de género contra Lautaro Acosta.
El club activó su protocolo interno, aunque no se especificó si el jugador estará disponible para el entrenador Frank Kudelka.
A diferencia de otros casos en el fútbol argentino, Lanús no apartó al futbolista del plantel y continuará entrenando con sus compañeros. Sin embargo, aún no se ha determinado si participará en el próximo partido contra Unión, en Santa Fe, correspondiente a la Liga Profesional.
En el comunicado, el club expresó: "En virtud de los hechos de público conocimiento y tras haber recibido una denuncia a través de nuestro Departamento de Género y Diversidad, hemos decidido activar el Protocolo Institucional tal como se indica en su artículo número 7".
Además, agregó: "De este modo, quedamos a disposición de la denunciante y de la Justicia, ratificando nuestro compromiso en la lucha contra toda situación de violencia".
La pareja de Acosta, Ludmila Isabella, lo denunció nuevamente por violencia de género y compartió un mensaje contundente y fotografías de presunta agresión en sus redes sociales.
Según el relato de la victima, sufrió "violencia psicológica, física y económica" y presentó una denuncia ante la Justicia el pasado 8 de junio.
Ludmila, la pareja de Lautaro Acosta, compartió detalles brutales sobre su convivencia con el jugador y expresó su temor por su vida y la de su hijo. En sus palabras, mencionó: "Siempre creí en que él iba a cambiar y me equivoqué. Otra vez volví a vivir el infierno que no le deseo a ninguna mujer y menos con un hijo".
En su relato, la joven describió momentos angustiantes: "Me golpeaba sin parar, me arrastraba por el piso y hasta llegó a darme una patada en la nuca cuando estaba tirada en el suelo. Incluso llegó a amenazarme con una cuchilla blanca que teníamos en casa de carnicero".
La parte más impactante de su testimonio es cuando admite tener miedo por su vida: "El día a día también fue una tortura, todo lo que yo hacía estaba mal, no servía para nada, era poca cosa. Él me decía que si yo hacía o decía algo me iba a matar, a mí y a mi familia".
Protocolo interno
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