El santafesino Leopoldo Jacinto Luque, campeón del mundo en 1978, permanecía internado en terapia intensiva afectado por coronavirus en una clínica de Mendoza, aunque una leve mejoría le permitió a los médicos volver a cambiarlo de posición para buscar respuestas favorables en su estado de salud.
Luque, uno de los goleadores de aquel primer título Mundial para la Selección argentina, ingresó hace nueve días a la Clínica de Cuyo al ser diagnosticado con COVID-19 y haber presentado algunas complicaciones, principalmente respiratorias.
"La condición actual es de regular estado general, continúa con leve mejoría en su evolución clínica, sin fiebre durante las últimas 24 horas, hemodinámicamente estable y sin falla de otros órganos", resaltó el último parte médico brindado por el director de la clínica, Andrés Donadi Suriani.
En el parte se especificó que Luque permanece en la unidad de terapia intensiva COVID-19 "conectado a ventilación mecánica invasiva", es decir intubado con respirador. El dato favorable es que durante este miércoles se lo cambió "de posición prona a supina, y se valorará respuesta".
Esto significa que, luego de haberse intentado hace ya algunos días y sin una respuesta favorable, el ex futbolista fue acomodado boca arriba y estarán expectantes a su reacción.
"El pronóstico continúa siendo reservado", cerró el comunicado de la clínica.
El 25 de diciembre pasado, Luque evidenció los primeros síntomas, y el 29 fue hisopado junto a su esposa y su hija, quienes dieron negativo.
Luego de pasar los primeros días aislado en su casa y a raíz de algunas complicaciones, Luque fue internado en la mencionada Clínica de Cuyo, porque los estudios detectaron falta de oxígeno y signos de neumonía bilateral.