Lionel Messi se dejó ver en su domicilio del barrio exclusivo de Bellamar, municipio de Casteldefels, según reportaron cronistas apostados en ese lugar. El exfutbolista del Barcelona permanecía acompañado de su amigo y actual jugador del Atlético de Madrid, el uruguayo Luis Suárez.
La ansiedad por recibir al argentino en la capital francesa provocó hoy que cientos de hinchas se trasladaran al aeropuerto de Bourget y también al ingreso del estadio del PSG, situado al oeste de la ciudad. El club parisino y la representación del seis veces ganador del Balón de Oro negociaban los términos del contrato en el que aún no hay acuerdo final sobre cláusulas desligadas de lo económico.
En lo salarial hay aprobación para firmar un vínculo por tres años a cambio de 120 millones de euros, pero el astro plantea distintas cuestiones que están en discusión y todavía impiden el anuncio del pase más trascedente de la historia reciente del fútbol mundial. La Pulga desea, entre otras cosas, libertad para regresar a la ciudad de Barcelona cuando quiera -cumpliendo la rutina de partidos y entrenamientos con PSG-, también reservarse el derecho a rescindir de manera unilateral y carta libre para sumarse al seleccionado argentino en todos los compromisos, sean oficiales o amistosos.
Según Florent Torchut, periodista de la prestigiosa revista France Football, el argentino no ve con malos ojos "postergar" la definición de su futuro para elegir la mejor opción que se adapte a todos sus intereses. Esa postura podría beneficiar a otros clubes que lo anhelan y que parecen correr por detrás del gigante francés: Tottenham Hotspur y Chelsea de Inglaterra más Atlético de Madrid.
Con información de Télam.