(Enviado Especial a New Jersey)
Está pasando su cumpleaños en el lugar en el que pasó muchos 24 de junio: concentrado con la selección, su segunda familia.
(Enviado Especial a New Jersey)
En una reciente entrevista, Lionel Messi, que hoy está cumpliendo 37 años, dejó en manos de Dios ese don de jugar al fútbol como nadie, ni siquiera como pocos. “Yo hice mucho, pero tengo un don desde que nací”, fue lo que dijo en “Clank!”, tratando de guiarnos al reconocimiento de algo que parece sobrenatural y que hoy, cumpliendo una edad en la que casi todos están “de vuelta” o jugando en categorías inferiores o directamente desligados de la práctica profesional del fútbol, él sigue estando en un primer nivel.
No es común que esto ocurra. Y si Messi hoy está jugando en las canchas de este país, en un fútbol de menor nivel y con estadios magníficos pero que generan, por ejemplo, protestas y críticas generalizadas de parte de casi todos, no sólo de Scaloni o los jugadores argentinos, por el mal estado de los pisos ya que acá se emplea mucho el césped sintético y los arreglos que se hicieron para la colocación del césped natural, por lo visto, no han sido los mejores o los más adecuados, es porque Messi ha tomado una decisión de vida que va más allá del fútbol en sí. Messi no necesitaba venir a Estados Unidos a hacer plata en la parte final de su carrera. Messi necesitaba encontrar un lugar que le guste a su familia y al que puedan adaptarse con rapidez. Posiblemente, Barcelona haya sido el lugar ideal. Pero Barcelona ya tomó una decisión con relación a Messi y esa decisión no va al plano futbolístico. Messi fue campeón del mundo jugando en un grandísimo nivel y ya sin ser jugador del Barcelona. Punto y aparte para cualquier esbozo de polémica.
Muchos cumpleaños, Messi los ha pasado así: concentrado y con la selección argentina. El primero de todos habrá sido en aquél Mundial juvenil de 2005, cuando se coronó campeón del mundo de la mano de Francisco Ferraro. Y luego se sucedieron los cinco mundiales que lleva jugados (aunque el de Qatar se disputó entre noviembre y diciembre y no a mitad de año como ocurre habitualmente) y las Copa América. Casi siempre, los 24 de junio sorprendía a Messi concentrado y celebrando con sus compañeros de la selección. Si bien no estaba en familia, lo hacía rodeado de aquellos que lo ayudaban a concretar ese sueño que logró con 35 años en Qatar.
El otro día le preguntaba a un colega amigo de los tantos con los que se comparten estas coberturas: “¿Qué porcentaje de la población mundial no conocerá a Messi?”. El colega me miró y tiró rápido y sin pensar: “¡Ponéle un 20…!”. Fue una contestación de ocasión, como para sacarse de encima hasta la obligación de pensar en una respuesta que no tiene nada de científica, porque sólo basta, por ejemplo, con mirar lo que se genera en lugares recónditos del mundo como Bangladesh, por Messi, se llega a la conclusión de que cualquier cifra que se presuma como cierta, corre serio riesgo de no serla.
Messi es el primero en decir y hacer saber que tiene plena conciencia de que el final está cerca. ¿Cuál será?, no se sabe. Quizás sea esta Copa. O quizás sea el Mundial. Se largó a decir que el último club será el Inter de Miami, algo que puede resultar muy cierto teniendo en cuenta que jugar en Argentina resulta algo cada vez más lejano, casi imposible. Ni siquiera ya a Di María, más terrenal y cercano, se le fortalece esa idea de jugar al menos medio año en Rosario Central como se había planteado. Messi se irá del fútbol, en un altísimo grado de probabilidad, sin haber disputado un solo partido del torneo argentino. Y esto parece mentira pensarlo y decirlo, tratándose del mejor o de uno de los dos enormes e incomparables jugadores que ha dado el fútbol argentino.
Pero Messi no debe saldar ninguna deuda con el fútbol argentino. Todo lo contrario. Jugó 183 partidos (record), marcó 108 goles (record), 26 partidos en mundiales (record), una copa del mundo en juveniles, una medalla de oro olímpica, una copa América, la Finalíssima con Italia y el título del mundo en Qatar. Y además, en lo individual, dos balones de oro en mundiales (Brasil y Qatar). Y esos números o conquistas pueden y van a crecer. No hay nada que se le pueda reprochar.
Messi cumple 37 años en Estados Unidos y concentrado con la selección. Puede decirse que los cumple “en familia”, con sus amigos de la selección, con los mismos que lo ayudaron a conseguir lo que más quería y por lo que hubiese relegado gran parte de lo que había conseguido hasta ese 18 de diciembre de 2022 que será inolvidable para él y para todos los argentinos. A estos 37 años que lo mantienen aún vigente, con la llama intacta del deseo de seguir ganando cosas y alegrando a nuestro país y a su castigada gente, Lionel Messi los afronta entero y desafiando el inexorable paso del tiempo. Como para que nos haga dudar de cuál será el verdadero final de una historia única y posiblemente irrepetible.
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