Juan Ignacio Rodríguez | [email protected]
Con motivo de un campus que se desarrolló este fin de semana, “Lucha” estuvo en nuestra ciudad. Al momento de su atención a la prensa, dejó frases importantes y recuerdos imborrables.
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No fue un fin de semana más (no sólo por la lluvia) para los amantes del hockey local y de la zona. Y el motivo es más que entendible. Estos días Santa Fe disfrutó de la presencia de la mejor jugadora argentina de la historia, y sin dudas, una de las mejores del mundo (de hecho este último galardón lo obtuvo nada más y nada menos que en ocho oportunidades).
Luciana Aymar realizó en la ciudad capital su cuarto Campus de entrenamiento, destinado a jugadoras juveniles y mayores. El escenario elegido fue el flamante sintético de agua del Club Náutico El Quillá. Allí, y también en un gimnasio el día domingo por las inclemencias del tiempo, fue donde la rosarina desplegó toda su vasta experiencia y, como lo hacía en su época de jugadora, dio cátedra.
Pero previo a todo lo específicamente técnico, “Lucha” atendió a los medios locales. Con la calidez y humildad de siempre, estuvo más de media hora contestando preguntas de todo tipo.
—El hockey evolucionó mucho, ¿cómo lo ves en la actualidad?
—En mi caso, que estuve 20 años en la selección, pasé por todos los cambios. Tanto de reglamento como de técnica. Particularmente jugaba en césped natural y competía, en el alto rendimiento, en sintético. Y la técnica es totalmente diferente, son dos hockeys distintos y tenía que entenderlos y aprender a cada uno. Dependiendo de las habilidades de cada uno (como en cualquier deporte), hasta la forma de agarrar el palo fue cambiando, la empuñadura. Incluso desde que me retiré en 2014 hasta hoy, también he visto cosas nuevas en las más jóvenes que van adaptando, por ejemplo, las técnicas de carrera. Ahora se juega cada vez más erguido, no tan agachadas como antes.
—¿Cómo se le enseña a las jugadoras más chicas lo que tiene que ver con ganar y perder? Porque muchas veces pasa que termina un partido y ves chicas que lloran.
—Es algo que va a pasar, porque cada vez el hockey es más competitivo. En Buenos Aires hay lista de espera en los clubes para que entren las jugadoras. Digo esto porque ahí es donde se toma dimensión de la competencia existente, y de cómo vienen capacitadas mentalmente las nenas. A mí me pasaba, y eso que todavía no era tan competitivo, que tenía muchas frustraciones. Pero hay que saber manejarlas. La vida no pasa por un partido, entonces hay que hacerles entender que el deporte da revancha y seguramente habrá otra oportunidad. Pero no me parece nada mal que si uno pierde esté triste. Es parte de la competencia y hay que aprender a convivir con esas emociones.
—¿Cómo vez el legado que dejaron uds?
—Cada vez que vuelvo de cualquier lugar del interior del país, me sorprendo más de hasta donde llegó el hockey. Realmente me llena de satisfacción que actualmente sea el deporte número uno entre las mujeres y que haya evolucionado tanto en otros lugares. Me encuentro con canchas de sintético en zonas donde antes no había ni de casualidad. Sin dudas en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 fue donde el deporte explotó. Y para nosotros fue lo mejor que nos pasó en la historia de nuestro deporte. Pero para eso empezamos a trabajar desde el año 1997 que fue cuando se produjo un cambio de entrenadores, trabajando con un perfil muy bajo y en el anonimato, porque no nos conocía nadie, entonces por eso es que también causó semejante impacto. A partir de ahí, que fue el nacimiento de ‘Las Leonas’, empezó un gran desarrollo del hockey en toda la Argentina. Para mi generación, es una alegría enorme que esté pasando esto con el hockey.
—¿Qué sabes del nivel de hockey de Santa Fe?
—Se fundamentalmente mucho por hablar con entrenadores o jugadoras que siguen disputando los torneos argentinos, las ligas de clubes. Tengo entendido que hubo un crecimiento muy grande, que seguramente va de la mano con el crecimiento del deporte en todo el país. Son todos comentarios muy positivos en cuanto al nivel de hockey que hay en Santa Fe.
—En el caso del hockey, a la inversa de lo que estamos acostumbrados, a los hombres les tocó equipararlas a ustedes.
—Sí, es verdad. No obstante antes del 2000, era más conocido el hockey masculino, porque ellos obtenían en aquel entonces más resultados que las mujeres, yo los seguía mucho. Después eso se revirtió por muchos años. Igualmente hoy hay muchos chicos que se van inclinando también por practicar hockey, pero también es una realidad que tienen una competencia contra otros deportes, mucho más numerosa que las mujeres. Algo que en muchos lugares del mundo es al revés, ya que hay países en los que el hockey masculino en mucho más importante que el femenino.
El día después
—¿Cómo manejas no jugar y qué es lo que más se extraña?
—No es muy fácil. Porque como deportista de alto rendimiento te falta la adrenalina y competencia que es irremplazable. Por más que hoy tenga otras prioridades, pero se extraña. Muchas veces me pongo a ver videos de todas las épocas que pasé. Fui de las pocas en jugar tantos años, gracias a tener un físico privilegiado y una cabeza que me acompañó durante las dos décadas de carrera.
Se extraña un montón. Estar en Las Leonas fue un estilo de vida durante veinte años. Amé ser líder, me encantó. Y eso que no nací siendo líder, sino que fui aprendiendo de compañeras, excapitanas, con una psicóloga, entrenadores. Pero me encantaba tener la rutina de entrenar, esforzarme y ser cada día mejor. Representar a mí país fue lo que siempre quise desde muy chiquita, es algo que tuve muy en claro desde siempre. La convivencia con mis compañeras se echa de menos.
—De La Leonas actuales, ¿a quién ves con cualidades técnicas y de liderazgo?
—Hoy me parece que el liderazgo se dispersa en el grupo. Antes estaba más marcado y hoy al haber jugadoras tan jóvenes o bastante parejas, ese liderazgo se distribuye entre muchas: Delfi Merino, Belén Succi, Martina Cavallero, Carla Rebecchi, Florencia Habif, por nombrar algunas.
Hoy creo que lo que falta en la selección, que lo están entrenando, es encontrar puntualmente líderes importantes y fuertes que marquen tendencia y lleven al equipo a jugar de una determinada manera.
Desde lo técnico, nuestras jugadoras son indiscutibles. Sin dudas Argentina y Holanda están varios escalones por encima del resto. Lógicamente a eso hay que sumarle un orden, cabeza, táctica, compromiso, empatía del grupo y muchas otras cuestiones que llevan a obtener buenos resultados.
—¿Te gustaría en algún momento dirigir la selección o ser parte de algún cuerpo técnico?
—Siempre voy a estar para ayudar a la Confederación Argentina.
Referentes
“Aprendí mucho de Kari Massotta, Magui Aicega. Siempre fueron líderes muy positivos y motivadores. Magui, con quien estuve más tiempo, fue un ejemplo de superación permanente, una gran capitana de la cual aprendí un montón. La generación ‘vintage’ fue muy importante para mí. Y a su vez tuve que adaptarme a las nuevas generaciones, con nuevos pensamientos. Antes sólo hablaban las más grandes y ahora las más chicas también quieren opinar. Extendí mucho mi carrera gracias a jóvenes como Delfi Merino, Maca Rodríguez, Martu Cavallero, Carlita Rebecchi, Flor Habiff. La sganas de las más jóvenes motivan a seguir”, dijo Aymar.
Entre sus directores técnicos, Luciana destacó a Cacho Vigil, Chapa Retegui, Marcelo Garrafo, Gabriel Minadeo, Manuel Roggero, el Profe Trevisán, Iván Hernández, Ernesto Morla. Pero, fundamentalmente al PF Lucho Barrionuevo: “Él fue quien me marcó y me formó, no sólo como atleta sino también con ciertos valores con los cuales pude entender lo que era pasar los límites, para poder dar el máximo en la cancha”.
Los Juegos Olímpicos de la Juventud
“El Hockey 5 personalmente me encantó, tal vez por mi estilo de juego. Está buenísismo, es súper dinámico, sería muy mediático y tendría un nivel de sponsoreo alto. Me encantaría que la FIH siga haciendo estos torneos para todos: selección mayor, exjugadoras y que quizás, como ocurre en el rugby, que sólo haya jugadoras que se dediquen al hockey 5 y otras al de 11”, dijo Aymar.
A medida que pasaban los minutos en la conferencia, quien fuera elegida por ocho veces como mejor jugadora del mundo, comenzó a sentirse más cómoda, y eso la motivó a hablar “sin pelos en la lengua”, fiel a su costumbre.
“Este Juego Olímpico de la Juventud estuvo buenísimo para que los chicos empiecen a saber lo que es el alto rendimiento, con una mayor competencia. Estamos a la altura de unos juegos mayores, me pareció increíble lo que vivieron los chicos. Y también me pareció muy bueno de parte del Comité Olímpico Argentino (COA) y del COI (Comité Olímpico Internacional), del cual yo era embajadora, fue que llamaran a los deportistas y que seamos modelos de los más jóvenes. Fue la primera vez en la historia que Argentina reunió a sus deportistas más reconocidos y emblemáticos en un evento de estas características. Me pone contenta porque esto marca un camino nuevo para de alguna manera darle el rol que se merecen algunos atletas y, desde ya, motivar a los más jóvenes”.
Luciana continuó avanzando y profundizando este mensaje: “Todas las Confederaciones Argentinas deberían aprender de este hecho, para empezar a convocar a los exjugadores a que entren a las instituciones, y no tener miedo de que le saquen protagonismo, algo que no pasa hoy en nuestro país. Recién en el tenis está pasando, pero hubo que esperar más de 20 años para que una Gabi Sabatini esté ayudando en la AAT, junto con otros tenistas increíbles que tuvo el país.
Por burocracia, vigencia de reglamentos viejos y otros motivos más, todavía no podemos hacer eso en muchas confederaciones”.
“Muchas veces nos damos cuenta que la gente que está al frente de las confederaciones no han estado en el alto rendimiento, entonces es muy difícil manejar un seleccionado de esa manera. Hoy todas las confederaciones deberían ser semiprofesionales. Basta de confederaciones amateurs, porque el deporte ya es semiprofesional en nuestro país. Hay que tener una persona que se encargue del marketing, uno que sea tesorero, otro a cargo de los contratos, y esas personas tienen que ser pagas. Así debe ser para poder manejar a los deportistas de alto rendimiento de Argentina. Esto debe cambiar, sería un gran avance. Es mi pensamiento y lo voy a seguir sosteniendo”, concluyó con autoridad la rosarina.
Más allá de los partidos internacionales que uno tenga, hay que ser humildes y tener siempre la capacidad de aprender.