El Litoral / Prensa CAH
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Sobra el talento y, sobre todo, sobran las palabras para describirla. Un distinta. Luciana Paula Aymar fue la tercera jugadora desde el surgimiento de las Leonas en Sydney 2000 en portar la cinta de capitana para mantener encendido el fuego sagrado que desde hace casi dos décadas caracteriza a este equipo.
En su intachable carrera fue elegida en ocho oportunidades como la mejor jugadora del mundo por la FIH (2001, 2004, 2005, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2013) y distinguida como Leyenda del Hockey (2008). Además, tiene en su haber cuatro medallas olímpicas (dos de plata y dos de bronce) y dos Copas del Mundo (Perth 2002 y Rosario 2010). A lo largo de 376 partidos internacionales se ganó el respeto de todos sus rivales.
Radicada en Chile y alejada de las canchas de hockey, Aymar no quiso dejar pasar la oportunidad de visitar a las Leonas en el CeNARD en los días previos a la Copa del Mundo de Londres (que tendrá cobertura exclusiva de El Litoral) para compartir una charla, brindar sus consejos y animarse a soñar con un nuevo título para el hockey argentino.
‘En este último tiempo percibí por parte del grupo las ganas, la convicción y la juventud; esa inconsciencia que teníamos nosotras a los 20 años cuando fuimos a jugar nuestro primer Mundial. Está buenísimo que este cuerpo técnico haya apostado a reinventarse con jugadoras tan jóvenes y sosteniendo a jugadoras más experimentadas. Hoy ese mix que tiene este equipo es una gran herramienta‘, aseguró.
‘Veo un objetivo en común entre el cuerpo técnico y las jugadoras y eso es clave. Es muy importante destacar el valor del equipo por sobre las individualidades y eso se nota en el juego en equipo que tienen. Quizás se puedan ver algunas individualidades fuertes, pero lo que más se va a notar en este mundial es el juego colectivo y el gran estado físico‘, vaticinó la mejor de todos los tiempos.
Aymar le dedicó casi dos décadas a la Selección argentina. Fue testigo del nacimiento de las Leonas y tras el retiro de Magdalena Aicega tomó la posta en la capitanía, rol que asumió hasta el 2014 cuando puso fin a su carrera deportiva tras coronarse en el Trofeo de Campeones de Mendoza, convirtiéndose en la jugadora con mayores participaciones: 14. En seis de ellas se coronó campeona. Ese mismo año jugó su última Copa del Mundo en La Haya, haciéndole frente a las adversidades, dándole pelea a una lesión y subiéndose al podio. Ella más que nadie sabe de las sensaciones que se avecinan.
‘Creo que la esencia de Las Leonas se basa mucho en el grupo y eso es lo que les transmití a las chicas. Argentina siempre es favorito, y más allá de contratiempos de todo tipo, siempre hemos llegado a finales. Es un equipo que se fortalece ante las adversidades‘, resaltó.
Por último, puso de manifiesto sus percepciones tras su visita al equipo, al que sigue en cada paso importante: ‘Las noto muy bien; Argentina puede dar mucho en este mundial. No voy a dar resultados porque es ponerles demasiada presión, más de la que tienen, pero creo que podemos esperar mucho de este equipo. Me pone contenta que las jugadoras estén jugando con alegría y displicentemente, que es lo que tienen en particular las más jóvenes. Sin presiones, ni mochilas; jugar a divertirse porque de esa manera sacan los mejores resultados‘.