Marcos Rojo, uno de los refuerzos de Boca Juniors en el último mercado de pases, se entrenó este martes a la par de sus compañeros, recuperado de una molestia física que sintió en febrero pasado, y que lo llevó a trabajar diferenciado durante cinco semanas.
El defensor venía con la recuperación de manera lenta, aunque ya la pasada semana se especuló con su posible debut ante Claypole por la Copa Argentina y finalmente no llegó al cien por cien desde lo físico.
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En su puesto de segundo marcador central, está la vacante que dejó Carlos Izquierdoz, quien padeció una lesión contra Sarmiento de Junín.
Ahora, Rojo peleará un lugar entre los concentrados para el clásico del domingo contra River Plate, a las 18.00 en La Bombonera.
Si bien es cierto que la puesta a punto del defensor que jugó dos mundiales con el seleccionado argentino (Brasil 2014 y Rusia 2018) tardó más de lo esperado, la idea del cuerpo técnico que encabeza Miguel Russo fue siempre no apurar al jugador, con la idea de que regresara en las mejores condiciones, teniendo en cuenta su larga inactividad.
El exfutbolista de Manchester United, de donde llegó con el pase en su poder, no juega un partido oficial desde hace un año, cuando llegó a préstamo a Estudiantes de La Plata y luego se frenó la actividad por la pandemia.