A veces la pasión y la emoción supera a la razón. Esta es una de esas. Máxime en un partido tan controvertido, en el que Argentina pasó de tenerlo servido en bandeja a ponerlo en riesgo, aunque luego apareció el temple y las agallas del equipo para jugar un tiempo suplementario muy bueno, sobre todo el segundo. Mereció ganar en los 90 y no pudo. Mereció ganarlo en los 30 y tampoco lo logró. Debió ir a la lotería de los penales y esta vez se hizo justicia.
Dibu Martínez (9) termina siendo una figura clave. En los goles no tuvo nada que hacer, descolgó dos o tres pelotas que llegaron cruzadas y atajó los dos primeros penales, enseñándole el camino a sus compañeros. Fue una figura clave en la victoria, teniendo en cuenta que el partido se terminó definiendo desde los doce pasos.
En el fondo, Molina (7) jugó el mejor partido de este Mundial. En el primer tiempo se proyectó siempre, en un ida y vuelta que tuvo su premio cuando Messi le metió un pase estupendo y definió ante la salida del arquero. La dupla de centrales otra vez funcionó muy bien. Romero (6) y Otamendi (7) volvieron a darle seguridad al equipo y terminaron perdiendo en ese duelo aéreo que se complicó cuando entró el grandote que se convirtió en figura del partido y autor de los dos goles.
A todo esto, Lisandro Martínez (6) fue otro de los que supo qué debía hacer, marcó bien, no rifó nunca la pelota y fue un acierto de Scaloni cuando planificó la línea de cinco para este partido, más allá de que no pudo aguantar el resultado favorable. Pezzella (6) fue el jugador al que Scaloni echó mano para tratar de oponerle alguna resistencia a Weghorst, sobre todo en el juego aéreo. Por último, Acuña (7) también jugó el mejor partido del Mundial, se proyectó mucho, fue de menor a mayor y le cometieron el penal que Messi convirtió en gol.
En el mediocampo, De Paul (6) fue de mayor a menor y sintió el esfuerzo físico producto de una semana en la que sintió una molestia que le impidió jugar en las mejores condiciones. Igualmente cumplió. Por su parte, Enzo Fernández (7) volvió a mostrar mucha personalidad y manejo de la pelota; de ninguna manera el penal marrado puede enturbiar el buen partido que volvió a jugar, ya definitivamente afirmado en el equipo. Y MacAllister (6) también volvió a cumplir, al principio sin entrar tanto en juego, pero luego tomando confianza y siendo una rueda de auxilio permanente para todos, con buen trato de la pelota.
Arriba, Messi (8) hizo un muy buen partido, no tan participativo por momentos, pero dejando su estela de lujo y categoría cada vez que entró en juego. El pase milimétrico a Molina en el primer gol fue estupendo, luego convirtió el gol de penal y ejecutó de manera brillante el primero en la definición desde los doce pasos. Julián Alvarez (6) no tuvo chances en el área pero nuevamente demostró que tiene “mil pulmones” y que está dispuesto a dejar absolutamente todo en la cancha, corriendo rivales y mostrándose para el juego.
Tagliafico (6) entró por un Acuña que ya estaba amonestado y cansado; se paró en el lateral para evitar que Paises Bajos siga metiendo centros y se animó en un par de proyecciones ofensivas; por su parte, Montiel jugó poco tiempo, pero lo suficiente para ser clave en la gran mejoría que tuvo el equipo en los últimos 15 del suplementario, cuando encerró contra su propia área a Paises Bajos.
Para el final, Di María, también con pocos minutos en cancha, dejando en claro que no estaba en las mejores condiciones para aguantar todo el partido (posiblemente lo haga el martes si Scaloni lo decide, aunque daría la impresión de que le agradó el esquema que utilizó en este partido, con la línea de cinco), mientras que Lautaro Martínez (6) estuvo dos veces a punto de marcar en la parte final del suplementario y liquidó la serie de penales con un gol que le puede levantar la moral para encontrar su recuperación definitiva.