El mejor partido y el día que Julián se pareció a Kempes
La selección liquidó a los croatas con un 3-0 lapidario. Fue una gran actuación de la selección y se recuerda aquella semifinal por el golazo de Julián Alvarez (el segundo) y la enorme jugada de Messi ante Gvardiol en el tercero.
Ya Julián Alvarez empujó la pelota para marcar el tercer gol de Argentina luego de una jugada monumental de Messi. Fue el broche de oro para una enorme actuación. Créditos: Reuters
Resonaban el "andá p'allá bobo" a Weighorst y el Topo Gigio a Van Gaal. El partido con Paises Bajos había dejado mucha "tela para el comentario". Pero estábamos en semifinales. Y enfrente llegaba Croacia, un "cuco" por la goleada que nos había propinado en Rusia y porque venía de ganarle a Brasil. Ni más ni menos. No iba a ser lo mismo que cuatro años antes. Aquélla vez, en Rusia, la debacle se veía venir. Un equipo mal armado, frágil e inconsistente, no supo qué hacer ante una Croacia que ya empezaba a mostrar sus valores, que acabaron con esa final ante Francia. ¿Lo recuerdan a Messi en Rusia, cuando se agarraba la cabeza mientras se entonaban las estrofas de ambos himnos?. Leo se la veía venir. ¡Claro que se la veía venir! Y aquélla derrota, lastimosa, lógica, esperable y denigrante, desembocó en un sismo interno que hizo desarticular todas las estructuras, que por lo visto estaban bastante frágiles desde la conducción del plantel. Los experimentados tomaron cartas en el asunto para jugar el último partido con Nigeria en San Petersburgo, ya con Sampaoli sin ideas, ni claridad, ni tampoco autoridad.
Scaloni pasó de esa línea de cinco que armó y sorprendió a todos contra Paises Bajos, a otro cambio de esquema: un 4-4-2 bien definido. La sorpresa no fue la de Lisandro Martínez esta vez, sino la de Leandro Paredes. Ese "5" titular inamovible del proceso previo, había caído en desgracia y fue uno de los que resignó su lugar en el equipo titular. Scaloni lo quería recuperar a toda costa. Se nota que algo honesto, sincero y muy fuerte se había creado entre ellos, al punto tal que el primero de los jugadores en ir a saludar a Scaloni cuando Montiel convirtió el penal que nos dio el título del mundo, fue, precisamente, Paredes, haciendo estallar de llanto ese rostro imperturbable de Scaloni, que en el momento de decretarse lo que tanto se esperó y soñó, había tomado la decisión de iniciar un festejo llamativamente calmo, solitario y en silencio.
"No tengo tanto recorrido como para decir que este es el mes más importante de mi carrera", dijo Scaloni en la conferencia de prensa previa a ese partido con Croacia de semifinales. Quizás la parte más jugosa de sus declaraciones antes del partido con Croacia, se dio al principio, cuando dijo que "quiero aprovechar para zanjar esto que pasó con Países Bajos. El partido del viernes se jugó cómo se debía jugar, tanto de parte nuestra como de ellos. El fútbol es así: hay momentos que hay que defender, otros que hay que atacar y otros en los que el partido se puede poner difícil como pasó. Nosotros sabemos perder y sabemos ganar. Cuando perdimos con Arabia Saudita, nos fuimos calladitos la boca al hotel; y cuando salimos campeones de la Copa América, se vio la imagen más linda del fútbol con Messi, Neymar, Paredes y otros más sentados en la escalera del Maracaná, a diez metros del vestuario. Un poco de orgullo tenemos y el partido se jugó como se debía jugar. Y todo queda adentro de la cancha cuando el árbitro pita el final. Argentina tiene una impronta y es la de respetar al rival. Por eso, quiero zanjar esto de que no sabemos ganar y perder, porque eso está alejado de la realidad", dijo el DT, tratando de poner blanco sobre negro a todo lo que se habló luego del partido con Paises Bajos.
El partido ante Croacia fue casi perfecto. La idea inicial de Scaloni fue la de poblar la mitad de la cancha y por eso eligió a Paredes, liberando a Enzo Fernández y utilizando a De Paul y a MacAllister más tirados por los costados. El propósito de tener la iniciativa del partido no se dio en el comienzo. Croacia le sacó la pelota en mayor proporción a la pensada, aunque sin llegar con peligro al arco defendido por Dibu Martínez. Fue sólo una imagen inicial.
Era un partido sin arcos, hasta que llegó un pelotazo largo por adentro de Enzo Fernández para Julián Alvarez que enfrentó mano a mano a Livakovic. El delantero argentino tocó la pelota y, casi al mismo tiempo, recibió la falta del arquero que se lo llevó "puesto". Penal que Messi se encargó de marcar con un remate fuerte y arriba, como debía patearlo para no dejar margen a la duda, inatajable para el arquero croata.
Y después, en una réplica letal, Julián Alvarez hizo un gol excepcional y a lo Mario Kempes en sus mejores tiempos de Matador. Era un ataque croata cuando partió el contragolpe argentino. Alcanzó a tocar la pelota Messi y arrancó Julián Alvarez desde el campo propio. La corrida fue imparable para defensores que dudaban, hasta que, favorecido por un rebote en su propio cuerpo, quedó mano a mano con Livakovic y definió con un toque sutil. Y allí vino lo mejor de Argentina en ese final del primer tiempo en el que dejaba la imagen de un equipo seguro, que sabía lo que quería y que con gran eficacia se ponía 2 a 0.
Ya en el segundo tiempo, el rendimiento siguió siendo el óptimo. Incluso cuando se hizo el cambio de esquema y pasó a jugar con cinco en el fondo. Y apareció aquella genialidad de Messi. Reibió por el costado derecho, casi en la mitad de la cancha y arrancó. Freno y arranque, freno y arranque ante un Gvardiol desesperado y sin saber qué hacer, ni siquiera con esa máscara que usaba para jugar, hasta que se metió al área y, de derecha, le dijo a Julián Alvarez: "tomá y hacelo". El partido se empezaba a definir mucho antes del final, con una selección dominante y segura. Ganó Argentina. Con autoridad, con holgura, sin sufrir, con eficacia y firmeza en todas sus líneas. Un triunfo para creer. Jugando así es para creer que se puede. Faltaba el último pasito y había que darlo el 18, mientras se esperaba por Francia o por la increíble Marruecos, una selección que fue alentada de manera estruendosa y multitudinaria desde que empezó su participación en el Mundial.
Con el partido ante Croacia, Lionel Messi llegó a los 25 partidos en copas del mundo e igualó el record que hasta el momento ostentaba Lothar Matthäus. Otra marca que el argentino pulverizaba, luego de haber igualado a Gabriel Omar Batistuta, en el partido pasado con Paises Bajos, como máximo artillero de la selección argentina en mundiales. Ya Messi tiene, entre otros récords, el de ser el jugador con más partidos jugados con la albiceleste y el goleador histórico de la selección. Pero esa noche, en Lusail, Messi se aseguró superar la cantidad de partidos del alemán Matthaüs y convertirse en el jugador con más partidos jugados en mundiales desde aquél primero de 1930.
Además, en el historial de los mundiales, Argentina y Croacia jugaron su tercer partido. En 1998, ganó Argentina por 1 a 0 y en el 2018, la victoria fue para los croatas con un lapidario 3 a 0 que llenó de incertidumbre a la Argentina, que debió ir a buscar la clasificación a San Petersburgo ante Nigeria, cosa que consiguió en un dramático final.
Otro dato estadístico relevante, fue que Argentina llegó a este partido habiendo perdido solamente 1 de los últimos 41 partidos internacionales. Esa derrota se dio justamente en el encuentro ante Arabia Saudita en la apertura de este Mundial de Qatar. En esos 40 partidos sin perder de los 41, Argentina ganó 28 y empató 12. Un dato sorprendente también fue que Croacia sólo había perdido un partido de los últimos 12 que jugó en mundiales. Fue aquella derrota ante Francia en la final del Mundial de 2018 en Rusia.
Quienes estábamos todavía en nuestros puestos de trabajo apurando el envío para los distintos medios y ya habían pasado unos cuántos minutos después del partido con Croacia, observamos con sorpresa un hecho inusual: Los jugadores ya estaban en el vestuario y la gente no se iba de las tribunas, hasta que, de pronto, Lionel Scaloni sorprendió a todos. Volvió al campo de juego y apenas fue advertido por la hinchada, explotaron los aplausos y se empezó a escuchar el "que de la mano, de Scaloni, todos la vuelta vamos a dar…".
Ante Croacia: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister; Julián Álvarez y Lionel Messi. DT: Lionel Scaloni.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.