Mariano Rinaldi
Mariano Rinaldi
En 1933, tras una breve conversación con un campeón olímpico de 1928, los santafesinos se maravillan al saber cómo viven sus ídolos en Europa.
Podemos considerar al siglo XX como el siglo del deporte. En esa senda, las diferentes disciplinas deportivas que se fueron arraigando en Santa Fe eran practicadas por diferentes sectores sociales. El fútbol, boxeo, ciclismo y automovilismo se constituyeron como deportes de masas populares, en donde el público que asistía a sus eventos deportivos era partícipe del espectáculo que rodeaba a los ídolos y la identificación con ellos constituía un lazo social muy fuerte.
Durante las primeras décadas del siglo XX, aquellos deportistas, sportman locales presentados por los medios gráficos con marcados valores identitarios construidos a partir del arduo trabajo y la férrea disciplina deportiva, y que se fueron consolidando como figuras populares y de un admirable heroísmo. Además, el amateurismo deportivo de estos sportman locales era condición sine qua non de la época, atributo apreciado y bien visto por la opinión pública.
Ese rasgo diletante, irá cambiando con el correr del siglo XX, dando sus primeras señales en los años ́30. Aquella “década infame” protagonizada por el golpe cívico militar iniciado un 6 de septiembre y que con las elecciones de noviembre de 1931 buscara perpetuarse en el poder. Con el mandato presidencial de Agustín P. Justo, apoyado por la alianza política denominada “Concordancia” y la manipulación electoral bajo el “fraude patriótico”, en donde el actor militar emergió como arbitro o guardián, con una orientación ideológica nacionalista y de corte antiliberal, caracterizada por su oposición frente a los gobiernos democráticos, acusados de no ser capaces de garantizar la seguridad, la dignidad y el poder nacional, neutralizando los conflictos sociales.
En 1933, el diario EL Litoral, se contactó con el exjugador de Estudiantes de la Plata, Saúl “el toro” Calandra, quizás el último jugador amateur del fútbol argentino. Un volante central y zaguero, robusto y de alta resistencia física. Calandra, había actuado de manera brillante en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, en donde Argentina obtuvo la medalla de plata en la final con Uruguay.
Calandra tuvo muchas ofertas de clubes europeos, pero una lesión en la rodilla selló su suerte deportiva. El Litoral entrevistó al jugador olímpico tras salir de su empleo en el Banco Nación, allí, en la Avenida de los Tilos de la Plata. El jugador le cuenta a El Litoral su paso por Europa, sus viajes e impresiones de aquellos futbolistas argentinos que están haciendo una carrera deportiva en el viejo continente.
En palabras de Calandra: “En mi último viaje a Europa, me detuve en Italia en donde actúan argentinos en sus fields de football, a todos ellos los conozco y tengo una ligazón de estrecha amistad”. Estos jugadores, fueron los primeros argentinos que triunfaron en Europa, y habían sido compañeros de Calandra en las Olimpiadas de Amsterdam (1928), quizás este evento deportivo internacional fue la gran vidriera para todos ellos por parte de los clubes europeos en donde finalmente consagraron sus carreras deportivas.
Estos futbolistas eran: Luis Felipe Monti, Raimundo Orsi, Rodolfo Orlandini y Guillermo Stábile. Todos ellos memorables jugadores italoargentinos. Calandra, afirmaba a El Litoral: “Monti ahorro 100.000 pesos. Orlandini y Stábile ganan miles de pesos por mes, pero Orsi derrocha el dinero como un príncipe en banquetes”. Y continúa diciendo: “El football allí no es un espectáculo barato, como es aquí en Argentina. En Italia, el monto de la entradas les permite a los clubes manejarse sin angustias financieras, por ello los sueldos que perciben los jugadores son altos. Los argentinos nadan en abundancia a comparación de aquí”. Calandra cuenta que todos los jugadores remiten el dinero hacia Buenos Aires, mediante los trasatlánticos con camareros amigos, y luego los familiares argentinos lo depositan en bancos nacionales.
Todos estos jugadores argentinos que Calandra reconoce y visita en su paso por Europa, brillaron en clubes de Italia y Francia pero también tuvieron su trayectoria en clubes locales. Luis Monti, fue jugador de San Lorenzo de Almagro y marcó el primer gol de la selección argentina en la historia de los mundiales en Uruguay (1930). En tanto, Raimundo Orsi, jugó en Independiente (logrando dos campeonatos en primera división) y una vez nacionalizado italiano fue figura en el mundial de 1934 con aquella selección.
Rodolfo Orlandini, jugador de Alumni de Buenos Aires y Estudiantil Porteño, brilló en Génova (Italia) y en Niza (Francia). También Guillermo Stábile, conocido por ser el máximo goleador del primer mundial de fútbol en Uruguay (1930), reconocido jugador de Huracán y director técnico de la selección argentina durante 20 años ininterrumpidos.