Las naturalizaciones y nacionalizaciones siempre acarrean polémicas en el deporte. En el caso del básquet, la última década ha sumado de forma exponencial los casos.
Crece el número de países que utilizan jugadores naturalizados por conveniencia o que hacen uso de sus ascendencias.
Las naturalizaciones y nacionalizaciones siempre acarrean polémicas en el deporte. En el caso del básquet, la última década ha sumado de forma exponencial los casos.
Con Argentina como uno de los pocos países del mundo que no utilizan jugadores nacidos fuera de su territorio, la gran mayoría y casi la totalidad de los participantes de la Copa del Mundo Filipinas, Japón e Indonesia 2023 lo hacen.
No resulta el motivo por el cual la albiceleste no compite en cita mundialista, pero sí representa una ventaja para muchos equipos y un cambio del mapamundi basquetbolistico. Bahamas es el ejemplo más directo y cercano.
El seleccionado bahameño, clasificado al Preolímpico tras vencer a Argentina, sumó recientemente a Eric Gordon, quien jugó y levantó trofeos con Estados Unidos, pero su madre nació en el país caribeño.
La Federación ya cuenta con Buddy Hield y DeAndre Ayton, figuras NBA pero nacidas en Bahamas. El “dream team” se completaría con Klay Thompson, también medallista estadounidense y con abuela bahameña.
De cara a París 2024, el caso más polémico será la nacionalización del camerunés Joel Embiid ex MVP, que de joven soñaba con jugar en Francia al voleibol, pero nunca vivió en Europa. Práctica similar a la de España en el pasado con Nikola Mirotic, Serge Ibaka y Lorenzo Brown.
La FIBA permite sólo un jugador naturalizado a la vez, pero puede ser considerado nacionalizado si consiguieron el pasaporte antes de los 16 años, lo que amplía el cupo en algunos casos. Dependiendo del país, la obtienen de forma directa por ascendencia, pero no son tramitadas.
Si bien no resultaría una solución ante la crisis a nivel institucional que sufre el básquet argentino, son opciones que ampliarán el abanico de la Selección. El contrapeso es la pérdida (en pequeño escala) de la identidad de la albiceleste, una que en los últimos meses tampoco se vio reflejada.
Haciendo foco en el caso de los nacionalizados sin lazos o que ya defendieron otros colores, el entrenador Pablo Prigioni indicó que no hará uso de esta opción.
En el hipotético caso de que Argentina deje de lado sus tradiciones y emplee dicha herramienta, luego debería ser aceptado por la Federación de la cual proviene y el Secretario General de la FIBA determinar si es "en interés del desarrollo del baloncesto en el país", según las Reglas de elegibilidad.
Alemania: David Krämer
Australia: Matisse Thybullee y Duop Reath
Cabo Verde: Shane da Rosa
China: Kyle Anderson
Egipto: Patrick Gardner
Filipinas: Jordan Clarkson, Jamie Malonzo, Christian Jaymar Perez, Dwight Ramos y Ariel John Litang Edu.
Francia: Billy Yakuba Ouattara
Grecia: Thomas Walkup
Italia: Mouhamet Diouf
Jordania: Rondae Hollis-Jefferson
Líbano: Omari Spellman y Hayk Gyokchyan
México: Daniel Amigo, Paul Stoll y Orlando Méndez-Valdez
Nueva Zelanda: Jordan Ngatai e Isaac Fotu
Dominicana: Karl-Anthony Towns Cruz, Antonio Peña, LJ Figueroa y Lester Quiñones
Sudán del Sur (completó su independencia en 2011 y existen ciertos vacíos) : Nuni Omot, Carlik Jones, Marial Shayok y Sunday Dech
Angola: José Dimitri Maconda
Costa de Marfil: Bazoumana Koné, Amadou Sidibé, Patrick Tapé, Vanessa Fofana, Nisre Zouzoua y Jean-Philippe Dally
Eslovenia: Mike Tobey
Finlandia: Alex Murphy y Jacob Grandison
Georgia: Thaddus McFadden y Alexander Mamukelashvili
Japón: Josh Hawkinson
Montenegro: Kendrick Perry, Nikola Vučević y Dino Radončić
Puerto Rico (territorio dependiente de la nación soberana de EE.UU.): John Holland, Isaiah Piñeiro, George Conditt, Tremont Waters, Jordan Howard, Stephen Thompson, Aleem Ford, Justin Reyes, Ismael Romero, Christopher Ortiz y Ethan Thompson
Serbia: Nikola Jović y Ognjen Dobrić