(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Habría diez jugadores confirmados y resta saber si juega Di María, si mantiene la línea de cinco con Lisandro Martínez o si entra Paredes. En los tres casos, el esquema sería diferente.
(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Es el momento en el que uno se entrega “a la buena de Dios”. Son 90 minutos (o 120 o algo más si va a penales), en los que el corazón latirá más fuerte que nunca. El objetivo de mínima está cumplido (jugar los siete partidos), pero se quiere más y hay con qué ambicionar más. Las dudas que despertó aquél fatídico día de la derrota ante Arabia Saudita se han dispersado por completo. Quedaron enterradas o perdidas. Scaloni hizo los retoques que había que hacer y el equipo respondió. Levantaron los que debían levantar (De Paul, Cuti Romero, Acuña, Molina, etcétera), aparecieron los que trajeron soluciones (Julián Alvarez, Enzo Fernández, MacAllister) y el equipo se fue encontrando al influjo de un Messi que ya no es el destinatario de todas las pelotas sino el que sabe que cada una que toque tiene que ser para algo distinto y excelso. Y esa función la está desempeñando a la perfección, al punto de abrir dos partidos que no eran sencillos (México y Australia).
Estamos en semifinales, a dos partidos de la gloria que se nos niega desde hace 36 años. Sólo dos partidos para volver a ser los mejores del mundo y para que (la frase no es mía pero la tomo), “el fútbol cumpla su deuda de darle un título mundial a Messi”, que, a los 35 años, sería el broche de oro para una carrera fantástica e inigualable de alguien que ha sido elegido desde siempre para mostrarle al mundo hasta qué punto el fútbol puede ser belleza y perfección, aunque uno sea consciente de que es muy difícil que algo semejante pueda repetirse.
Scaloni no dio demasiadas pistas respecto de cuál será el equipo para jugar esta noche (la tarde argentina) en Lusail, un escenario en el que comimos el barro (el partido con los árabes) y nos dimos un banquete (el del viernes ante Países Bajos). Sólo dijo que Di María y De Paul están para jugar, lo cuál no quiere decir que vayan a jugar. Creo que De Paul es un hecho que estará, porque ya lo hizo el viernes y respondió durante más tiempo de lo esperado. La pregunta es: ¿vuelve el 4-3-3 con Di María?, ¿sigue la línea de cinco con el bueno y rendidor de Lisandro Martínez?, ¿se busca poblar un poco más el mediocampo con Paredes?
Creo que hay diez jugadores que estarían confirmados. Dibu Martínez en el arco. Los cuatro del fondo definidos serán Molina, Romero, Otamendi y Tagliafico. En el medio, seguros estarán De Paul, Enzo Fernández y MacAllister. Y arriba, Messi y Julián Alvarez, más allá de que el técnico quiere recuperar rápidamente a Lautaro Martínez, pero sería muy injusto para Julián que tenga que salir después de todo lo que entrega para el equipo, tanto en lo ofensivo como convirtiéndose en el primer defensor del equipo.
¿Quién será el “número 11”?. Esto llevaría a modificaciones de esquema. Si entra Lisandro Martínez, es un 5-3-2 flexible (con Molina y Tagliafico colaborando con los del medio). Si entra Di María, el 4-3-3 que es el esquema original. Y si el que ingresa es Paredes, un 4-4-2 neto, aunque esta alternativa parece ser la menos esperable.
Croacia es un equipo interesante. Es cierto que sólo ganó uno de los cinco partidos que jugó (empató los restantes y en las instancias de octavos y cuartos fue a alargue y penales), pero tiene una línea de juego, un funcionamiento aceitado y un par de jugadores, con Modric como estandarte, de una notable jerarquía y muy buen rendimiento. Claro que ninguno tan desequilibrante como Messi.
Hay que dar el penúltimo empujoncito a la gloria. Los jugadores saben perfectamente de lo que este Mundial está causando en los 44 millones de los argentinos, no sólo en aquéllos estrictamente futboleros. Doha otra vez se rindió a los pies criollos con otro banderazo que provocó gestos de admiración en todos los que transitaban por las calles del mercado qatarí, extasiados y perplejos por tanto amor nacionalista. Los argentinos necesitamos creer y esta selección ha dado motivos para que así sea. Es el penúltimo esfuerzo…