En la mañana de este viernes, Alex Zverev y Rafael Nadal disputaban un gran partido en las semifinales del Roland Garros cuando el alemán dejó una de las imágenes más duras de los últimos años.
El alemán y el español jugaban un partidazo cuando el número 3 del mundo se dobló gravemente el tobillo derecho, tuvo que ser retirado de la cancha en silla de ruedas y, a los pocos minutos, abandonó el juego.
En la mañana de este viernes, Alex Zverev y Rafael Nadal disputaban un gran partido en las semifinales del Roland Garros cuando el alemán dejó una de las imágenes más duras de los últimos años.
En el Philippe Chatrier, court central de Roland Garros, Zverev y Nadal jugaron un primer set que duró más de hora y media y terminó en las manos del español por 7-6 luego de levantar varios set points en contra.
En el segundo set, con cinco games por lado, el alemán quiso deslizarse hacia su drive pero se dobló el tobillo derecho bruscamente. Inmediatamente, el tenista de 25 años se dio cuenta de la gravedad de la situación que estremeció a todos los espectadores.
La imagen del tobillo de Zverev causó mucha impresión en todos los espectadores. El alemán se revolcó en el polvo de ladrillo y la asistencia médica llegó rápidamente.
Zverev tuvo que retirarse en silla de ruedas, una imagen que predecía el final de la semifinal frente a Nadal. El español acompañó al alemán a los vestuarios y regresaron juntos a la cancha, con el número tres del mundo ayudado por dos muletas y sin su zapatilla derecha. El partido se dio por terminado y el mallorquín avanzó a la final, donde buscará ganar su decimocuarto Roland Garros.
Luego de que se confirmara el abandono del alemán, Nadal lamentó mucho la lesión de su rival: "Estoy muy triste por Zverev, estaba jugando un torneo increíble. Es un gran colega y sé todo lo que ha luchado para ganar un torneo de Grand Slam. Hoy tuvo mucha mala suerte. Verlo llorar fue muy difícil para mí".