Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 comenzaron oficialmente este viernes con la Ceremonia de Apertura. En la previa, la principal incógnita pasaba por quién sería el encargado de encender el pebetero, luego de la emotiva aparición del bebé de Hiroshima en 1964. Para esta edición, la elegida fue Naomi Osaka, la japonesa que se convirtió en la primera tenista en hacerlo y que tiene una historia particular.
Juegos Olímpicos: la ceremonia inaugural I
Nacida el 16 de octubre de 1997, es hija de Leonard François, de origen haitiano, y Tamaki, oriunda de Japón. De niña, se mudó del continente asiático junto a sus padres y su hermana Mari para instalarse en Nueva York, aunque deportivamente eligió representar a su nación.
Hace unos meses estuvo en el centro de las polémicas por su decisión de no hablar con los periodistas luego de un partido por el Roland Garros. Pero para sorpresa mayor de todos, al día siguiente anunció que se retiraba del torneo. ¿El motivo? Largos períodos de depresión que la aquejaron desde que en 2018 ganó su primer Grand Slam.
Aquella inédita decisión puso en debate la salud mental de los deportistas de primer nivel. "No estoy cómoda hablando en público y siento una inmensa ansiedad cuando debo dirigirme a la prensa mundial", explicó sobre su decisión.
Por otro lado, sus grandes presentaciones a nivel internacional le dieron relevancia y la convirtieron en la deportista mujer mejor pagada del mundo. Hasta el momento, en su palmarés registra dos US Open (2018 y 2020) y dos Abiertos de Australia (2019 y 2021).
Además, la actual número 2 del mundo es una referente de la lucha contra el racismo a nivel mundial conocido como Black Lives Matter. En 2020 fue la primera gran figura tenística que protestó contra el crimen del afroestadounidense George Floyd que impulsaron los jugadores de la NBA.