No hace falta presentación. Basta con decir: señores, el Flaco Bergesio...
Fue uno de los "capos" de la barra del equipo de básquet de Cañada Rosquín y "ticketero" en Bambina. Caminaba "en patas" por las calles con greda del barrio Mayoraz para lavarse los pies en alguna zanja con agua relativamente limpia y ponerse los zapatos. Quiso ser como Néstor Ibarra, pero habló de fútbol como pocos para llegarle a la gente.
No hace falta presentación. Basta con decir: señores, el Flaco Bergesio...
-¿Supiste amigarte con eso de ser un tipo conocido?
-Mirá, de cada 10 que me saludan, 8 no sé quiénes son (risas)... Por ahí me dan una alegría porque me dicen que siempre me escucharon... Cuando pasan estas cosas recuerdo a mi viejo. El decía: "¡cómo me quiere la gente!"... Yo lo repito y a mi mujer no le gusta. (Risas).
-¿De dónde venís, Flaco?
-Yo nací en Cañada Rosquín, soy coterráneo de León Gieco... Mi viejo hizo militancia en el peronismo y consiguió laburo en Agua y Energía Eléctrica en Santa Fe, allá por el 47... Vivíamos en una pensión en 9 de Julio entre Salta y Mendoza. Hice el primario en la vieja escuela Sarmiento, que siempre maldigo al que se le ocurrió derrumbar ese edificio histórico, luego fui a la Mitre y terminé en la escuela Patricio Cullen. Tenía 6 años cuando vine a Santa Fe...
-Entonces, de Cañada Rosquín te acordás poco...
-¡No...! La pobreza hizo que, para las fiestas, mis viejos iban a Cañada Rosquín y yo me quedaba dos o tres meses... Ahí hice amigos... Yo quiero mucho a ese pueblo... Ahí aprendí a jugar a la carambola y era el conductor de la barra cuando Juventud Unida llegó a tener uno de los tres o cuatro mejores equipos de básquet de la provincia y llevaba los cantos que aprendía en el Industrial... No faltaba la comida, pero éramos una familia humilde... No recuerdo haber tenido juguetes, me acuerdo que mi viejo, a los 12 o 13 años, me regaló una camiseta de Colón... Luego nos radicamos en el barrio Mayoraz, que era un barrio humilde... ¡Las calles eran de greda...! Tenía que sacarme los zapatos, cuando llovía, caminar descalzo y limpiarme en alguna zanja con agua relativamente limpia para luego tomar el tranvía en la avenida...
-¿Jugabas al fútbol?
-¡Claro...! De chico tenía berretín de arquero y de pronto me dí cuenta de que el arquero siempre tiene la culpa, así que empecé a jugar en el medio... Después, cuando ya estaba casado, me buscaron de Newell's, que jugaba en la segunda de la Liga... Me dieron unos Sacachispas que me quedaban chicos... ¡A los 20 minutos me quería ir de la cancha! Cuando terminó el partido, le dije al técnico que me deje llevarme los botines, porque mi viejo tenía una horma y los podía agrandar... Me dijo que no... ¡No volví más!
-¿Fuiste un tipo de la noche?
-Cuando pude, sí, porque necesitás guita para andar en la noche... Jugaba a la carambola en el bar El Granadero que estaba en Facundo Zuviría y Ricardo Aldao. Un día decidimos "progresar" y nos vinimos a El Molino, en bulevar y San Luis... ¡Metían 30 o 40 carambolas con una facilidad tremenda!... Le dije a mi amigo: "Dejá, vamos a jugar entre nosotros" (risas)... Y laburé en la noche...
-¿Dónde?
-En Bambina, San Jerónimo casi Mendoza, era el que cortaba los tickets en la entrada... ¡Las cosas que he tenido que hacer!... Por ahí, a un tipo mal entrazado le aumentaba diez veces el valor del ticket, entonces puteaba y se iba. Pero a veces metían la mano para sacar la guita... "No, ¿qué vas a entrar vos con esta sarta de traseros rotos?... Esto es casi un círculo cerrado", les decía. Me agradecían y se iban. Un día vino el dueño... Bajó y me dijo que había una mina del cabaret... "Está con el 'choma", me dijo. "¡Y bueno!... Si está con el fiolo, dejálos...", le contesté... No hubo caso. Fui a la mesa, hablé con el tipo y me bancó... Se levantó, pagó y me dijo: "Decile al dueño que al tiro se lo voy a meter acá", señalándome la frente... "¡Tratá de no errarle!", le dije (risas)...
-¿Estaba en tus planes ser periodista deportivo?
-¡Ni loco...! Bueno, en Bambina lo conocí a Raviolo, que iba con el Chacho Canale y se quedaba a hablar conmigo de fútbol... Un día me dijo: "Flaco, en la cancha de Agua y Energía juegan Ciclón y Nueva Chicago, no tengo gente. Andá a ver el partido y me traés los datos". Le hice la síntesis y me pidió el comentario, así que al otro día compré por primera vez el Nuevo Diario... Se vé que le gustó y me hizo entrar. Al poco tiempo me mandó a cubrir Argentinos Juniors con Colón... Las cabinas eran los kioscos de venta de panchos y gaseosas...
-¿Y la radio?
-Bueno, cuando cierra el Nuevo Diario, quedé como Adán... Entonces, me llama Porta... "Ricardo, yo veo un micrófono y salgo corriendo", le dije... Entré igual. Acondicionaba un poco los cables con las noticias y nada más... Un día estaba en la mesa y tuve que contestar... La hice larga y ahí me di cuenta de que el micrófono no mordía... Se fue Chichín Raviolo y quedé de comentarista, pero Ricardo lo apreciaba a Eduardo Rodríguez y un día me dijo que no había plata plata para llevar un comentarista a un partido en Montevideo de la selección, pero resulta que apareció comentando Eduardo y ahí dije que no comentaba más... Hasta que un día me vinieron a buscar de "Hoy en la Noticia" y pedí tres o cuatro veces más de lo que ganaba en Agua y Energía, que era mucho... ¡Y me dijeron que sí!
-Ya vuelvo al tema de la radio, porque luego vino una gran dupla con Walter Saavedra primero y con Fabián Mazzi después. ¿Tenías buena relación con los jugadores?
-¡Yo le conozco el "pito" a un montón de jugadores, porque nosotros entrábamos al vestuario! (risas)... Tuve muy buena relación con Cococho, el Loco Gatti, el Loco Mastrángelo, la Chiva... Ese año, el 75, ninguno de los dos se atrevió a tirarse al campeonato, pero estaban en condiciones de ser campeones... Me acuerdo que el Gitano no lo podía sacar a Costantino y lo tenía al Negro Baley en el banco... Y cuando perdieron con All Boys, después de 18 fechas, donde Costantino no tuvo absolutamente nada que ver, lo sacó. El Gitano estaba convencido de que "Chocolate" iba al Mundial...
-¿El Gitano o el Toto Lorenzo?
-Eran dos locos, de distintos estilos... Hablaba mucho de fútbol con ellos... Me encantaban los códigos del Gitano... Lo único que te pido es que no lleguemos al VAR...
-¿Por qué?
-Porque me tiene enfermo, es una mentira comercial, los árbitros ya no dirigen, cobran una cosa y están pendientes de lo que le dicen desde arriba... En el fútbol se debe errar como en cualquier actividad... Y aceptarlo...
-Está bien, del VAR no hablemos. ¿Quiénes fueron tus mejores amigos?
-Rodolfo Raviolo, Hugo Leno, Julio Busaniche que era uno de los mejores cardiólogos del país... De mi barra juvenil soy el único que queda, se murieron todos... A veces pienso "¡qué culo que tengo!"... Perdí a mis dos viejos, luego mi hermano mayor... ¡Me tocaba a mí y murió el menor!...
-¿Qué consejo recordás de tu viejo?
-No era conversador con nosotros, pero lo que nos inculcó siempre fue la honestidad... Afanar naranjas a dos cuadras de casa era inevitable y mi viejo se enojaba... ¡Pero después se las morfaba! (risas)... Mi vieja era más dura y dejó de pegarme cuando ya me masturbaba (risas)... Mi viejo jamás me reprochó algo, salvo decirme alguna vez: "Che boludo, no hagas tal cosa"... Así que cuando mi vieja me decía "¡ya vas a ver cuando venga tu padre!", yo sabía que no iba a pasar nada...
-Encontraste al amor de tu vida, que es tu esposa, pero, ¿eras un tipo de suerte con las mujeres?
-¡No tengo el álbum, pero...! (risas)... Nunca tuve un amor no correspondido, cuando me tiré, gané... Capaz que a lo mejor era porque medía las posibilidades...
-Volvamos a la radio: Walter Saavedra...
-Cuando llegó a Santa Fe este loco le preguntaron por Porta y contestó: "Fue un gran relator"... ¡Lo retiró!...A Ricardo, eso lo alteró y la llegada de Walter tuvo que ver con su enfermedad... Una vez se lo dijo a Juan Carlos Morales, que fue el que lo recomendó... ¡Walter lo derrumbó a Ricardo!... y con él, coincidíamos en todo... Era un pendejo tanguero, sabía de tango, le encantaba la noche y éramos parecidos políticamente...
-¿Te gustaba la política?
-Militaba en el PI, el Partido Intransigente y alguna vez me ofrecieron ser candidato a concejal... Se hizo una encuesta y entraba caminando, pero no me animé... Después hubo un político, célebre apellido tatengue, el padre fue presidente, que tuvo la "irresponsabilidad" de ofrecerme la intendencia de Santa Fe faltando 20 días para las elecciones... "¡Vos sos loco!", le dije...
-¿Con qué dirigentes fuiste amigo?
-Terminé siendo amigo del viejo Malvicino, con Marcolín también, con Ezcurra fuimos muy amigos en ese tiempo que fue presidente y jugábamos fútbol 5 en Guadalupe, también con René Citroni, con Osvaldo Busaniche, aunque a Osvaldo lo conocía de antes...
-¿Con quién no?
-Con el actual de Colón... Un día me dijo que me sacara la camiseta y le dije que "no uso camiseta porque me molesta"... No me llevaba bien con él, pero en la transmisión de mi partido de despedida que me organizó Fabián Mazzi y al que le estaré eternamente agradecido, vino a saludarme y me sorprendió... En Colón tenía un enemigo en la platea, me puteaba y yo lo miraba fijo, se volvía loco... El tipo tenía venta de elásticos y un día pensé en ir a su lugar de trabajo... Después dije que no, ¿para qué molestarme por este boludo?... Me emocionó mucho ese partido final, porque cuando lo anunciaron en la Voz del Estadio, la gente me aplaudió...
-¿Te considerás dueño de un estilo?
-Alguna vez, Darío Pignata tituló "El Flaco habla como le gusta a la gente"... Y creo que pasa por ahí... Si tenía que meter alguna palabrota la metía, pero siempre cuidando las formas... Intenté imitar el estilo de Néstor Ibarra, uno de los mejores... Me encantaba Paenza también... Siempre fui admirador de Ardizzone... Me acuerdo que un día me preguntó por Didí, que en ese momento dirigía a River... Le dije que era un mentiroso y el Viejo me abrazó... Jugaban River con Central en cancha de Colón, le metieron 4 a River, con Bóveda de figura... "Didí, el Japonés Pérez marca de adelante", le dijo Osvaldo... "No crea, ya se va a acomodar", le contestó el brasileño... A la semana siguiente le hacen 4 goles en el clásico y la figura fue Ponce, que jugaba por su costado... Y le dio quince días afuera del equipo al Japonés...
-¿Hay chantas en el fútbol?
-¡Cada vez más!... ¿Y en nuestra profesión?, ¡ni hablar!... Hay semi analfabetos, chicos casi inútiles en la televisión... Me gusta Pacini, que está en uno de los dos canales que están robando con el fútbol... Y después, ¿quién más?... Un chanta auténtico es Caruso Lombardi, pero lo tiene asumido y es un gesto de honestidad... ¿Alguna vez ganó algo ese petiso?
-¿Ya no te motivaba ir a una cancha a ver fútbol?
-Me estaba aburriendo... El fútbol está aburrido, casi todos los partidos son iguales... ¿En qué se beneficia el fútbol si ahora, en el saque de arco, no hace falta que la pelota salga del área?, ¡en nada!... Y después, ¿vos escuchás lo que gritan desde el banco?... ¡Corré, meté, dále...! Nadie grita ¡jugá!... Se juega mucho con las manos, el "5" no tiene a quién dársela y se da vuelta y se la da al arquero, suficiente para que los rivales se acomoden, no hay creatividad, no hay inventiva, hay muy poca habilidad, faltan recursos... Y cuando el hábil hace algo y no le sale, viene el reproche... Y si te descuidas, el cambio... Esas cosas no van conmigo.
-¿Qué extrañás de aquéllos tiempos de juventud y bohemia?
-¡La milonga...! Fui músico de la jazz... Acá hubo buenas orquestas de jazz y después estaban las típicas, muchos rascaron de D'Arienzo... Yo pagaba entrada por varios, Pugliese, Troilo... A mí no me terminó de llenar Varela, pero los cantantes de esa orquesta eran buenísimos... Yo tocaba el bongó y después la timbaleta, pero para tocar eso había que leer algo de música y lo mío era oido...
-La última, Flaco. Si por esa puerta tuvieses la posibilidad de que entre alguien en este momento, ¿quién te gustaría?
-¡Julio Busaniche!... No me resigno a que se haya muerto, era uno de los mejores cardiólogos y aunque no lo creas, murió afectado del 'cuore'... Y el otro, el enano Raviolo... Nosotros lo gastábamos porque andaba con una cremita, ¿te acordás?... Y era porque no segregaba saliva... Ese fue el comienzo de su enfermedad... Son amigos a los que he llorado...