Por Daniel Monticelli
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Ya lo decía Pablo Peón, presidente del Súper TC 2000, ni bien se habían bajado los dos récords que vinieron a buscar al óvalo del Atlético Rafaela (el de promedio por vuelta que quedó en manos de Ardusso, con 264,817 km/h. y el Peugeot 408 y el de velocidad final, que lo estableció Ponce de León con el Honda Civic, con 306,383 km/h.): “Sin un grupo maravilloso de gente, no se habría podido lograr nada”. Tiene razón, porque si bien la alta tecnología que desparrama por todos los boxes la categoría no tiene punto de comparación con ninguna otra en el país. Los ingenieros y técnicos de los equipos de competición, están sumamente capacitados para entregarles a los pilotos, excelentes autos y están dispuestos para resolver situaciones en cualquier momento. Damos a manera de ejemplo lo que sucedió con el Peugeot 408 de Facundo Ardusso. Después de golpearlo en las pruebas del viernes, usó el de Muñoz Marchesi para batir el récord, pero la escudería comandada por Ulises Armellini tuvo que trabajar posteriormente casi 14 horas para dejar el auto en condiciones y así efectuar los ensayos y la clasificación del sábado.
Mientras se encolumnaban los autos del Súper TC 2000 en la grilla para disputar la séptima fecha del año, Peón se trasladaba hacia el camión de la CDA para presenciar desde allí la competencia. En ese interín atendió cortésmente a este enviado de Diario El Litoral. “Estamos conformes con el tema de los récords. Creo que fue un buen primer paso. Me parece que es una herramienta para que el automovilismo vaya superándose día a día. La parte técnica, los pilotos, las normas de seguridad, todo, para pensar en ir más rápido y acelerar más. Si vemos que a la gente le interesa y podemos armarlo mejor, lo podríamos convertirlo en un evento en sí mismo. Con autonomía, con un marco digno y una organización específica para eso y no dentro del cronograma de una carrera”, señaló.
—¿El comportamiento del neumático, era a priori, tu mayor temor?
—No, era un poco de todo. El auto está exigido al máximo, girar a casi 265 km/h. para la vuelta, no es nada fácil. Pero bueno, salió todo bien, los equipos, los proveedores como Pirelli, nos dieron lo mejor así que salió todo bien.
—Vos lo destacabas, si no se trabaja en equipo, difícilmente salgan bien las cosas.
—La verdad que sí, es así y a eso lo sostengo. Confío mucho en todos los equipos que tenemos en el STC 2000. Por eso, es que a veces los empujo un poco para ir más al límite y todos me demuestran que están capacitados.
—Te cambio de tema, ¿cómo viene todo para el callejero de Santa Fe?
—Vos sabés bien que para nosotros es siempre una experiencia importantísima. Fue nuestra primera realización en un callejero, nuestra primera carrera nocturna. Tenemos un corazoncito muy grande por Santa Fe, realmente nos gusta mucho. Esa carrera la queremos mucho, la valoramos, nos emociona saber que ya es un clásico del automovilismo argentino. Lo que siempre nos llama la atención es la manera en que nos acompaña la gente, es que hicieron suya la carrera y eso está muy bueno.
—¿Se llega con las obras para ingresar al Dique 2 del Puerto?
—Me parece que la decisión que estaría a punto de tomar el intendente es que, en el caso de que no quede bien y esté lista la estética de toda esa zona —porque hay otras obras que están en curso—, es postergar este cambio hasta que quede bien y eso me parece lógico. Si bien a mí me encantaría cambiar el circuito, entiendo que si las obras a las que hace mención el intendente no están listas, no deberíamos mostrarlas.
—¿Cuál sería le fecha límite para tomar la determinación?
— Lo haremos esta semana. Pero no hay problemas, si no está listo correremos igual al que se usó el año pasado.






