El de los goles de Montero y Rosales es uno de esos clásicos inolvidables para la gente de Unión. No es el más importante, lejos está de compararse con otros como los del '89 y quizás muchos encuentren en el 3 a 0, en el del gol de Gamba o el último de Mazzola, un recuerdo más presente y festejado. Pero ese en cancha de Colón tuvo lo suyo, porque Unión no había arrancado para nada bien, volvía a Primera después de varios años y Colón había tenido un muy buen comienzo. Pero a Unión le salió redondito. Y así lo recuerda Paulo Rosales, figura destacada y autor de un lindo gol en el arco del Fonavi.
-¿Fueron de "punto", Paulo?
-Colón estaba mucho mejor y todos pensaban que estábamos 3 ó 4 goles abajo. Pero nosotros teníamos un gran entrenador, como Darío Kudelka, que veía los partidos antes de jugarlos.
-¡Como te lo digo!... Darío veía los partidos antes de jugarlos... Es uno de los tres entrenadores que me marcaron en mi carrera: él, Carlos Trullet, otro fenómeno, y uno que tuve en Chile, Alfredo Arias.
-¿Los clásicos no se juegan, se ganan?
-No creo que sea tan así. Gana el que juega mejor y siempre tenés que hacer algo más que tu rival para ganar el partido. A mí no me gusta mucho cómo se juega en el fútbol argentino, me aburre, se corre mucho y se piensa poco, han desaparecido los enganches o los hacen jugar de doble cinco... Me encanta cómo juega River y también me gustaba el Defensa y Justicia de Crespo.
-¿Cómo se viven esta clase de partidos?
-La gente empuja, lo siente, lo vive de una manera muy especial, pero el jugador de fútbol se tiene que apartar de eso. Es linda la pasión, pero adentro de la cancha hay que jugar al fútbol, hay que pensar y hacer mejor las cosas que el rival. Estuve viendo a los dos. Yo creo que Unión tiene con qué hacerle frente a Colón y no creo que la presión sea algo que desgaste al equipo. Colón juega bien, lo vi contra Arsenal, abrió el partido con una jugada quieta y después lo manejó muy bien. Tiene a un jugador desequilibrante como Farías.