El Litoral | DPA
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Juan Martín del Potro buscará ante el croata Borna Coric su pase a los cuartos de final del Abierto de tenis Estados Unidos tras una lucida victoria que logró ante el español Fernando Verdasco en un duelo de trasnoche en el Corona Park.
Cerca de la una de la mañana neoyorquina, el número tres del mundo dio una verdadera muestra de su jerarquía en el estadio Arthur Ashe al imponerse por 7-5, 7-6 (8-6) y 6-3 en dos horas y 54 minutos sobre Verdasco, que jugó en gran nivel y obligó a Del Potro a la máxima exigencia. El español venía de ganar en la ronda anterior al ex número uno Andy Murray.
El rival de Del Potro por un lugar entre los ocho mejores del torneo será Coric, vigésimo favorito, que más temprano derrotó por 6-3, 7-5 y 6-2 al ruso Daniil Medvedev en dos horas y 10 minutos de juego.
"Será un partido difícil, cuanto más largo sea seguramente lo favorecerá a él. No tiene un gran tiro, pero todos sus golpes son muy buenos y es difícil encontrar el hueco para atacarlo", palpitó el argentino el duelo del domingo.
"Viene jugando muy bien y le ganó fácil a un tipo que venía con confianza, así que trataré de recuperarme y hacer lo mío. Si juego un poco mejor, seguramente haré un buen partido", se esperanzó el campeón del US Open 2009, que marcha por la buena senda en busca de reeditar al menos la semifinal que alcanzó el año pasado en Flushing Meadows.
Del Potro comenzó con un quiebre que auguraba una buena noche, pero tres juegos después Verdasco devolvió gentilezas para colocar el partido en una marcada paridad. Recién en el undécimo game llegó el momento en que se destrabó el set, cuando Del Potro impuso su potencia sobre el saque del español para lograr la rotura decisiva.
El encuentro era de alto nivel, porque los dos buscaban asumir la iniciativa y castigaban con sus tiros cruzados cuando el rival no le ponía peso a su bola.
"Me lo puso super difícil al partido. Al ser zurdo me encontraba fácil el revés y me hizo correr bastante", comentó el argentino, que se mostró muy satisfecho por la manera en que pudo solventar esa situación, siempre una preocupación tras las operaciones de muñeca.
"Me sentí bien. Pegué bastante bien, además de pegar mucho, que es lo que tengo que hacer para volver a agarrar una confianza que la tuve en Roland Garros y la tuve en Wimbledon, pero que ahora la había perdido un poquito", reconoció.
Con una situación calcada se inició el segundo set: quiebre de Del Potro forzando sus devoluciones y recuperación tres juegos más tarde por parte del español, que aprovechó algunos momentos de intermitencias de su rival. Otra vez el undécimo juego fue clave, pero esta vez Verdasco salvó el break point con un ace.
Así la definición quedó para un desempate tan cerrado como el resto del partido. Del Potro llevó la ventaja y tuvo dos puntos para el parcial, pero Verdasco escapó con un gran nivel. Hasta que en el mejor punto del partido, el argentino cerró el set con una derecha con su sello, pese a una enorme defensa del trigésimo primer preclasificado.
"Sabía que en algunos momentos claves era difícil que pudiera mantener su gran nivel y creo que así fue, porque erró cuando no tenía que errar, y yo estuve concentrado para aprovechar eso", comentó luego.
La celebración del argentino fue brutal, agitando su brazo para que la gente lo aclamara. "Ganar el set fue un desahogo, porque era muy duro el partido. Si lo perdía, se me iba a poner cuesta arriba. Además se me puso 6-6 después de estar 6-3 y el último punto de ese tie break fue muy bueno, así que me saqué todo lo que tenía dentro", admitió el tercer favorito.
A esa altura, Del Potro sabía que más de la mitad de la tarea estaba cumplida y el "Vamos Delpo" sonó más fuerte que nunca en ese momento.
Por eso, con la premisa de aprovechar el impacto anímico sufrido por su rival, el tercer favorito mantuvo la intensidad. Por el contrario, Verdasco sintió el golpe y lo pagó con un rápido quiebre. Así Del Potro puso marcha directa a la victoria y garantizó su boleto en la próxima instancia. El festejo, otra vez de cara a sus hinchas, volvió a ser un gran grito de desahogo.
El examen ante Coric, a quien nunca se enfrentó, será otra historia. Pero ante Verdasco dejó en claro que su candidatura es tema serio.