Por Leonardo Senatore (*)
Los Pumas vencieron a Japón y clasificaron a cuartos de final. Ahora se viene Gales en Marsella
Por Leonardo Senatore (*)
Un partido durísimo era al que enfrentabamos este domingo en Nantes ante Japón. Un seleccionado sin tanta historia en nuestro deporte pero con un presente importante dentro del rugby internacional.
Atrás, muy atrás quedaron los triunfos frente a Chile y Samoa. Pero el partido con Inglaterra había quedado tatuado en la piel de todos nosotros. Y digo nosotros, los que hoy estamos afuera porque para los jugadores fue totalmente distinto.
Un equipo con mucha personalidad al que quizás le cuesta tomar decisiones en momentos importantes de los partidos, pero que va creciendo pasito a pasito en este mundial de Francia 2023.
Arrancamos con todo. Realmente parecía que Los Pumas se los llevaban puestos a los nipones: un maul espectacular después de un line out y la posterior entrada de Chocobares para agarrar a toda la defensa del rival, abrió el marcador con un try muy lindo.
Algunos errores de juego con el pie y poca presión frente a esas patadas largas, le dieron a los japoneses oportunidades y las aprovecharon muy bien.
El primer tiempo terminaba parejo, no solo por algunos errores en defensa si no también para ellos también era una final y nos vinieron a buscar. Aunque con un try de Santiago Carreras después de una gran tapada de Marcos Kremer ante un intento de drop, terminó con el wing mostrando que cuando la tiene, es letal.
Clave Emiliano Boffeli en las recepciones aéreas. Es para destacar lo de Emi realmente es algo de locos.
El segundo tiempo fue todo nuestro. Por supuesto que el rival juega y se venían con todo.
Habíamos perdido por lesión a un hombre de mucho temple y personalidad como Matera, pero el equipo sacó lo mejor de sí y con mucha actitud dominó siempre el contacto.
El ingreso de Bazán Vélez le dio ritmo y velocidad a los movimientos y con Sánchez en cancha que fue una hermosura lo que jugó el diez mostrando toda su clase y conducción en el momento perfecto del partido, y ni hablar de su efectividad a los palos.
Sufrimos al final con algunos embates de Japón, pero un nuevo try de Mateo Carreras (metió tres) y el posterior penal de Nico Sánchez desde mitad de cancha, cerraron el partido.
El ingreso de Agustín Creevy (ahora sí, el hombre con más partidos en los mundiales en soledad) sobre el final, le dio solidez al scrum. Me hubiese gustado verlo más minutos en cancha reemplazando a Montoya que mete una intensidad tremenda y tiene muchísimo desgaste.
Final ganada. Quedan dos más si queremos pensar en grande, si queremos ver a Argentina en la final.
Yo sigo soñando con vernos ahí por primera vez. Sin brillar, pero con mucha autoridad.
GANAMOS y ahora que se venga Gales…
(*) Puma N° 693 (2008 - 2018)
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