Rafael Nadal, quinto en el ranking mundial ATP, venció este viernes al italiano Matteo Berrettini (7) por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 en las semifinales del Abierto de Australia y, de esa manera, disputará su sexta final en el primer Grand Slam del año.
El español se impuso frente al italiano por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3. Intentará ser el primer tenista en conseguir 21 Grand Slam.
Rafael Nadal, quinto en el ranking mundial ATP, venció este viernes al italiano Matteo Berrettini (7) por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 en las semifinales del Abierto de Australia y, de esa manera, disputará su sexta final en el primer Grand Slam del año.
En busca de convertirse en el primer tenista de la historia en conseguir 21 majors (actualmente comparte 20 con Novak Djokovic y Roger Federer), deberá medirse en la última instancia ante el vencedor del duelo entre el ruso Daniil Medvedev (2) y el griego Stefanos Tsitsipas (4), quienes se enfrentan desde las 5.30 (hora argentina) de este viernes.
El rey del polvo de ladrillo comenzó el partido con el pie derecho: se quedó con el primer game y luego quebró, para ponerse 2-0 arriba. Desde ahí, cada uno de impuso con su servicio y fue victoria para el español por 6-3. En el segundo parcial, reafirmó su superioridad al empezar 3-0 en ventaja, con dos quiebres.
Ya en el tercer set, ambos se repartieron los primeros siete games, hasta que el italiano quebró fácilmente (40-15) para imponerse 5-3 y, posteriormente, 6-3.
Sin embargo, se trató apenas de un pequeño retraso en la victoria del exnúmero uno del mundo, que alcanzó el triunfo en el cuarto set (6-3), tras 2 horas y 55 minutos de juego.
Lo cierto es que el español logró alcanzar el triunfo en el Rod Laver Arena sin mayores complicaciones, pese al desgaste físico que había realizado en cuartos de final ante el canadiense Denis Shapovalov, a quien logró eliminar tras cinco sets (6-3, 6-4, 4-6, 3-6 y 6-3) y cuatro horas y ocho minutos de juego.
Luego de ese partido, Nadal confesaría que había sufrido un golpe de calor y que no se sentía bien del estómago. Y hasta admitió que su victoria en cinco sets había sido casi "un milagro" porque había terminado "destruido".
"Rafael perdió cuatro kilos tras el partido, la deshidratación que sufrió fue grande", contó Carlos Moyá, entrenador de actual número cinco del mundo, en una entrevista con la cadena de radio española COPE.
Y continuó: "Suele sufrir en estas condiciones, pero había hecho todas las cosas bien, así que no esperábamos que ocurriera a la hora y media de juego".
Por su parte, Rafa completó: "No sé cómo logré remontar el partido. Fue un poco un milagro, porque estoy destrozado físicamente. Fue un ejercicio de supervivencia y de resistencia. El partido parecía imposible de ganar".