Fue el jueves 18 de setiembre de 1975. Año "movidito" en todos los aspectos. Desde lo económico, el famoso "Rodrigazo" que movió las estructuras de todos (fuerte alza de tarifas, precios y devaluación de la moneda); desde lo deportivo, el título de campeón de River después de 18 años de sequía y un año estupendo del fútbol de Santa Fe. Unión fue animador del torneo, produjo una revolución con la llegada del Toto Lorenzo y grandes figuras y a River, esa noche del "Rodrigazo", le ganó 2 a 0 siendo "local" en la cancha de Vélez. Uno de los goles lo marcó Leopoldo Jacinto Luque, el gran protagonista de esta historia.
Pocos recuerdan que Leopoldo, el "9" campeón del mundo tres años después, había estado a punto de dejar el fútbol, que se había ido a romper redes en Atenas de Santo Tomé y que Unión lo había dejado ir porque ese "flaquito" no le servía. El destino quiso que Juan Carlos Romano, periodista de El Litoral, titulara que "Atenas tiene los goles que a Unión le faltan", para que Leo volviera. Jugó el Regional, el torneo de la B, le costó ser titular (tenía un buen "9" adelante: Benito Emilio Valencia) y ese mismo destino le dibujó otro guiño: en un amistoso con Patronato, una calurosa noche de febrero de 1975, el Toto Lorenzo, que había traido a Marasco y a Trossero para que jueguen de centrodelantero, lo puso de titular, Luque marcó dos goles y el ojo clínico del Toto lo marcó para siempre: "Flaco, si usted me hace caso, termina en la selección".
Luque fue titular, goleador y figura en ese Metropolitano. Y el jueves 18 de setiembre, River puso los 750 millones de pesos moneda nacional que Unión pretendía (780 en realidad, porque se saldó una deuda de 30 "palitos" por la llegada del "Lito" Bottaniz) y se consumó la venta más importante del fútbol argentino hasta ese momento, superando en seis veces el monto que había pagado Rosario Central, un año antes, por el "Matador" Mario Alberto Kempes, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol argentino.
Leopoldo brilló en River, había sido convocado a la selección siendo el "9" de Unión (para jugar la Copa América de ese año), se ganó un lugar en la consideración de Menotti, fue campeón del mundo y es uno de los mejores centrodelanteros que ha dado el fútbol argentino, nacido en Santa Fe.
Pertenece a un selecto grupo de elegidos y privilegiados que, en el caso de Unión, comparte con Nery Alberto Pumpido (campeón del mundo como él) y Martín Perezlindo (campeón del mundo en juveniles). Son los tres campeones del mundo que han salido de las inferiores de Unión, situación que siempre debería considerarse a la hora no sólo del reconocimiento sino también de mostrarle a aquéllos chicos que se ilusionan con triunfar en el fútbol, que se puede llegar bien lejos. Ni más ni menos que impregnarlos de ese tan mentado sentido de pertenencia.