El día que Lionel Messi pisó la cancha de Ben Hur de Rafaela
Lionel Messi dejó su huella en el torneo de fútbol infantil de Ben Hur de Rafaela a los 11 años, cuando jugaba para Newell's y fue justo un año ante de viajar a España. Aníbal Carrizo, utilero del club, recuerda con cariño aquellos días y revela detalles sobre el pequeño Messi, quien aún no revelaba su destino como el mejor jugador del mundo.
El día que Lionel Messi pisó la cancha de Ben Hur de Rafaela
En el mundo del fútbol, las historias se entrelazan de manera fascinante, y una de las más emotivas es la que vincula al astro argentino Lionel Messi, con el modesto club Ben Hur de Rafaela. La edición 33 del torneo de fútbol infantil de la "BH" guarda un recuerdo entrañable de la presencia de Messi a los 11 años, cuando vestía la camiseta de Newell's de Rosario y pisó la cancha donde se disputaba el torneo.
Aníbal Carrizo, actual utilero del club Ben Hur, fue testigo directo de aquellos días y compartió sus recuerdos en una entrevista telefónica con El Litoral. Carrizo, con un corazón enorme para el trato con los niños, recuerda con cariño la visita de Messi: "Era un pibe más. Como a todos los que vienen a Rafaela para este torneo le abrimos la puerta. Ese pibe era como todos los otros. Con la diferencia que en ese momento había iniciado el tratamiento por su crecimiento y se ponía inyecciones en su pierna. Era muy tímido y le gustaba andar en bici. En la cancha, y con la pelota en su poder marcaba diferencia sobre el resto. De todos modos, nosotros que estábamos en la organización lo veíamos a él y a otros pibes de gran nivel. Pero Messi, con un toque de calidad definía los partidos a su criterio. Newell's se llevó el campeonato en esa categoría", recuerda Aníbal. "Después, durante el tiempo de descanso, era uno más en casa".
La historia cobra aún más significado al conocer que Messi, con el paso de los años, se convertiría en uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos, ganando múltiples premios y reconocimientos a lo largo de su carrera. Sin embargo, en aquel entonces, era simplemente un niño apasionado por el fútbol, en busca de oportunidades para demostrar su talento, ese mismo que lo llevara a ganar un campeonato del mundo con la camiseta de la Selección Nacional.
El encuentro entre Messi y Carrizo en la casa como en la cancha de Ben Hur es un claro ejemplo del carácter impredecible del destino y de cómo los pequeños momentos pueden dejar una marca imborrable en la memoria de las personas. Carrizo, con humildad y sinceridad, reconoce que nunca imaginó la trascendencia que tendría aquel pequeño niño de 11 años en el mundo del fútbol.
El reportaje realizado por El Litoral ofrece un vistazo íntimo y emotivo a través de las palabras de Carrizo, quien, con nostalgia y admiración, rememora aquellos días y se emociona al recordar el ascenso de Messi hacia la cima del fútbol mundial.
El utilero de Ben Hur le abrió sus puertas a Jorge Barrera, un reconocido fotógrafo de la ciudad de Rafaela, que trabajó sobre la imagen que el dueño de casa guarda bajo siete llaves. Este señor que sigue trabajando por el fútbol permitió desde su hogar compartir sus recuerdos y revelar detalles íntimos sobre la personalidad de Messi en su juventud.
La historia de Messi en Ben Hur es un testimonio conmovedor del poder del fútbol para unir a las personas y dejar una marca perdurable en la vida de quienes lo vivieron de cerca. Más allá de los títulos y los récords, la esencia de Messi como ser humano y su pasión por el juego continúan inspirando a generaciones de aficionados alrededor del mundo.
Aníbal Carrizo rodeado por sus seres queridos. Nunca imaginaron que su visitante ilustre se iba a transformar en el más grande del mundo.
Mientras Aníbal Carrizo y su familia lo recuerda con cariño como un niños más, el astro del fútbol mundial disfruta de grandes logros y pone muy alto los colores de nuestra bandera nacional. ¡Que no parezca poco!.
Del torneo de Ben Hur a España
Messi, con 11 años, jugó en 1998 en la cancha de Ben Hur y al año siguiente viajó a España. De acuerdo a los registros de la Asociación Rosarina de Fútbol, Lionel Andrés Messi fue fichado por Newell's Old Boys de Rosario el 30 de marzo de 1994, cuando aún tenía seis años. Su estatura, en aquel momento, no impidió que vistiera la camiseta rojinegra, ya que medía apenas 1,12m. Una semana más tarde, el 9 de abril, jugó su primer partido ante Pablo VI y empezó a escribir su historia con cuatro goles para la victoria 6-0.
Ese año terminaría nada menos que con 40 goles en 29 partidos, siendo la figura de La Máquina 87, en referencia al año de nacimiento de los chicos de esa categoría. Su promedio superior a un gol por partido sería una constante: 36 goles en 30 partidos en 1995; 36 en 27 en 1996; 40 en 36 en 1997; 27 en 25 en 1998 y 55 en 29 en 1999, para redondear 234 tantos en 176 encuentros, un promedio final de 1,33.
En cuanto a los títulos, se registra como primera consagración internacional de su carrera la Copa Amistad, celebrada en Perú en 1997. Mientras tanto, en ese mismo año había comenzado a tratar su problema de crecimiento, con un tratamiento hormonal que costaba 900 dólares mensuales. La historia en la Lepra no terminó de la mejor manera: en el 2000, Messi se probó en la escuela de River en Rosario, convenció a todos de costear el tratamiento y estuvo a punto de jugar en el Millonario, pero Newell's nunca liberó su ficha.
Aníbal Carrizo y la foto que tiene un valor emotivo e incalculable para el utilero de Ben Hur.
Finalmente, ojeadores de Barcelona que vieron esa prueba recomendaron invitar a Leo, que llegó a España el 17 de septiembre del 2000 y, luego de varias pruebas, decidieron firmar el acuerdo en la mítica servilleta.
Los caminos de Leo y Newell's no volvieron a cruzarse, aunque en el medio hubo gestos como una presencia en el Coloso Marcelo Bielsa y, la más recordada, cuando celebró su gol luego del fallecimiento de Diego Maradona con la camiseta rojinegra que supo usar el astro en 1993.
Cuna de talentos: Ben Hur vio pasar a Messi, Aimar y Saviola
En el corazón del fútbol argentino, el club Ben Hur de Rafaela ha sido una cuna de talentos que ha forjado grandes futbolistas desde las categorías infantiles. Su emblemático Torneo Infantil ha sido el escenario donde brillaron estrellas como Lionel Messi, Pablo Aimar y Javier Saviola, quienes dejaron una marca imborrable tanto en el club como en la Selección Argentina.
El Torneo Infantil de Ben Hur, conocido cariñosamente como el "Lobo", ha sido un semillero de grandes talentos que ha atraído la atención de los aficionados y los cazatalentos del fútbol. A lo largo de sus diferentes ediciones, el torneo ha sido testigo del surgimiento de jóvenes promesas que luego han alcanzado la cima del fútbol mundial.
Entre las figuras más destacadas que han pasado por el torneo se encuentran Lionel Messi, Pablo Aimar y Javier Saviola. Estos tres jugadores, que luego se destacarían tanto a nivel nacional como internacional, dejaron su huella en Ben Hur y también en la Selección Argentina, donde defendieron con orgullo los colores de su país.
Lionel Messi, considerado uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, comenzó a mostrar su genialidad en las canchas de Ben Hur a una edad temprana. Con su habilidad excepcional y su capacidad para marcar goles, Messi se convirtió rápidamente en el centro de atención y despertó el interés de los grandes clubes de Argentina y del mundo.
Pablo Aimar y Javier Saviola, dos talentos excepcionales que brillaron en el fútbol argentino y europeo, también dejaron su marca en el Torneo Infantil de Ben Hur. Con su destreza técnica y su inteligencia táctica, Aimar y Saviola demostraron desde jóvenes que estaban destinados a grandes cosas en el mundo del fútbol.
El legado de Messi, Aimar y Saviola en Ben Hur sigue siendo recordado con admiración y gratitud por parte de la comunidad futbolística de Rafaela y de toda Argentina. Su paso por el club dejó una huella imborrable y sigue siendo fuente de inspiración para las generaciones futuras de jugadores.
El Torneo Infantil de Ben Hur continúa siendo un espacio donde los jóvenes talentos pueden desarrollarse y mostrar su potencial, manteniendo viva la tradición de excelencia y pasión por el fútbol que ha caracterizado al club a lo largo de los años. Con cada nueva edición, el "Lobo" sigue escribiendo su historia y contribuyendo al crecimiento del deporte que más apasiona.