Tras un circuito boyado en el puerto capitalino por disposición de Prefectura en 2019 y la ausencia debido a la pandemia en 2020 y 2021, el 15 de noviembre se volvió a disfrutar de la competencia de aguas abiertas "más linda del mundo". La celebración fue completa, con un final apasionante y la victoria de un argentino: Matías Díaz Hernández.
Casi como un semidios griego se erige la figura incomparable de Pedro Candioti, precursor de esta prueba. El "Tiburón de El Quillá" nadaba el trayecto entre Santa Fe y Coronda de manera asidua, como entrenamiento para sus memorables e increíbles raides de resistencia (63 de ellos están registrados en 24 años, con un récord de 318 km entre Rosario y Buenos Aires, en 75 horas). Así, su señera pasión por las aguas abiertas dejó un sello en la región.
Su herencia la tomó Carlos Larriera. Ya en otro contexto (ahora las competencias eran entre varios inscriptos y por velocidad, con epicentro en Europa y Norteamérica), el santafesino también entrenaba en ese recorrido y fue convencido por el corondino Dermidio Cabral López para organizar por primera vez esta carrera.
Así nació esta historia, de manera artesanal, un domingo 22 de enero de 1961. En estos más de 60 años que han transcurrido, los amantes del deporte le han dando un matiz único, con un folklore con la rúbrica argentina, tanto en las costas como en el propio río. Eso la ha caracterizado y la ha hecho ganarse con total justicia el mote de "la más linda del mundo".
En este devenir hubo momentos complicados (muchos años sin realizarse porque antes de los '90 dependía exclusivamente del aporte económico estatal), otros de gran trascendencia (esa última década del siglo XX y la primera del XXI, primero con Diego Degano múltiple campeón mundial y la conformación del Grand Prix FINA; luego con la enorme figura del búlgaro Petar Stoychev, dueño de todos los récords de la competencia). Finalmente, la inclusión de las aguas abiertas en el programa de los Juegos Olímpicos desde Beijing 2008 en una distancia mucho menor, hizo que los maratones cada vez cuenten con menor cantidad de participantes y que las federaciones prioricen el trabajo y las agendas para la cita olímpica.
Los años recientes, estuvieron dominados por la irregularidad debido a los estrictos protocolos que obligaron a Prefectura a cancelar las ediciones de 2016 y 2019 por las condiciones del río. En el medio, hubo festejos argentinos, que volvieron a erigirse en protagonistas de la prueba. Precisamente, la edición de 2019 fue inédita: se realizó en un circuito boyado en el puerto capitalino. Y luego la pandemia, como a todos los aspectos de nuestras vidas, alcanzó también al maratón: no hubo emoción en el Coronda en 2020 ni en 2021.
Theo Curin, el primer nadador paralímpico en desafiar y vencer al río en los aproximadamente 57 kilómetros que separan a Santa Fe de Coronda. Merecidos aplausos para un gladiador de las aguas. Crédito: Archivo.
Por eso, en este 2022 la fiesta fue especial. No solamente porque el destino quiso que se celebre precisamente en el día de la fundación de la ciudad de Santa Fe (por mal tiempo se pasó del domingo 13 al martes 15 de noviembre) sino porque además las aguas disfrazaron su lomaje marrón por el devenir multicolor de la gente, que como es habitual se convirtió en artífice de una celebración sin igual en toda la región y distintiva en el mundo entero.
Con mucho sacrificio y el espíritu de trabajo que lo caracterizó siempre, el comité organizador pudo devolverle a Santa Fe y al país una cita deportiva diferente, en la cual confluyen el esfuerzo de los competidores, la pasión del numeroso público y la naturaleza del litoral argentino como espléndido escenario.
Y para que esa festividad fuese completa se dieron además dos hechos destacados. En primer lugar, la participación por primera vez de un nadador paralímpico, el incomparable Theo Curin, quien demostró su brío indomable y se llevó todos los aplausos a su arribo a Coronda. Y por otro un final de antología, como en los mejores tiempos, con un espectacular sprint en plena costanera entre el argentino Matías Díaz Hernández y el italiano Francesco Ghettini. Por apenas un par de brazadas, el oriundo de Río Gallegos inscribió por primera vez su nombre entre los vencedores de la mítica prueba, ganándose así la merecida ovación del público. Tercero arribó el representante del Club Unión, Gian Franco Turco. Entre las mujeres, la vencedora fue una local: la oriunda de San Jerónimo Norte, Erika Yenssen.
El paisaje, la gente y ese folklore único que transforma a una competencia deportiva en una jornada festiva, tanto en el agua como en las costas. Crédito: Flavio Raina.
Más allá de los nombres, que le agregaron emoción a la competencia por tratarse de jóvenes valores argentinos, la alegría estuvo puesta en el esperado regreso de la fiesta del río. En una fecha inédita, los organizadores demostraron su pasión por esta prueba única en el mundo y lograron superar las numerosas vicisitudes, para devolverle a Santa Fe una cita deportiva que la distingue históricamente en el planeta. "La más linda del mundo" volvió a demostrar su vigencia y su legado.
Manu Ginóbili, en el Salón de la Fama de la NBA
Emanuel David Ginóbili, el basquetbolista argentino más destacado de la historia, consiguió otro hito en su carrera, un privilegio reservado para pocos y muy raro para alguien de estas latitudes: ingresó al Salón de la Fama de la NBA.
El bahiense, de 45 años, fue homenajeado en el James Naismith Basketball Hall of Fame de la ciudad de Springfield, estado de Massachusetts, donde compartirá la eternidad junto a las leyendas del básquetbol estadounidense. Ginóbili fue protagonista principal de cuatro de los cincos títulos en la historia de San Antonio Spurs (2003, 2005, 2007 y 2014), fue elegido el Mejor Sexto Hombre de la NBA en 2008 y tuvo dos apariciones en el All Star Game (2005 y 2011). Además, con la Selección Argentina lideró la Generación Dorada, que marcó la historia al conseguir la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Básquet: Unión y Colón siguen en competencia
Con un gran esfuerzo de ambas dirigencias y un enorme mérito deportivo de jugadores y cuerpo técnico, los equipos de la capital santafesina continúan jugando en las principales categorías del básquet argentino.
En el caso de Unión, su permanencia en la Liga Nacional fue épica, ya que en mayo de este año dio vuelta una serie adversa de dos juegos y le ganó 3-2 a Hispano, en un Malvicino repleto. Así, el tatengue sigue como el único representante de la provincia en el máximo nivel del país.
Por el lado de Colón, ha cerrado el año con una gran campaña en la Liga Argentina, por lo que las expectativas de crecimiento y protagonismo en la principal divisional de ascenso son notables.
Chiaraviglio, oro en los Odesur
Germán Chiaraviglio demostró su vigencia a los 35 años, al conseguir la medalla de oro en salto con garrocha de los Juegos Odesur Asunción 2022
El santafesino, finalista en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, se llevó el destacado lauro con un registro de 5,45 metros.
Así, sumó otro premio a la impresionante carrera deportiva que construyó desde su adolescencia y demostró que todavía mantiene un horizonte de más victorias y alegrías.