Dicen que no existe distancia cuando hay una causa mayor y Central se unió en un sueño: el volver a levantar un trofeo después de cinco años.
Los más de 700 kilómetros que separan el Madre de Ciudades con el Gigante de Arroyito desaparecieron con el grito de campeón de los miles y miles de hinchas canallas hermanados por la consagración.
Dicen que no existe distancia cuando hay una causa mayor y Central se unió en un sueño: el volver a levantar un trofeo después de cinco años.
La inentendible organización del fútbol argentino hizo que los auriazules tuvieran la mitad de las entradas para este partido histórico que en semifinales ante River y es por eso que muchas personas que vieron la victoria ante el Millonario, esta vez se quedaron afuera.
Ante semejante desacierto de la AFA, no fueron pocos los que viajaron sin entrada con el solo fin de estar cerca de los suyos a la hora de consagración.
Entonces, los bares de Santiago del Estero parecían los de cualquier bar de Rosario y las calles se pintaron de azul y amarillo.
Todo fue válido para estar cerca. Poco antes de las 21, el movimiento en las calles rosarinas decayó notoriamente, mientras que los espacios de reuniones juntaron a cientos de personas. Televisión, Web, cualquier dispositivo móvil y hasta la radio de los tacheros estacionados en la puerta de la Terminal sirvieron para no perderse el minuto a minuto de la gran final.
Así, de norte a sur y de este a oeste, se sacudió la ciudad cuando el juez pitó el final del encuentro y comenzaron a sonar las bocinas de los autos, motos y los gritos retumbaron desde Arroyito y más allá.
Justo cuando se cumple un año de la obtención de la tercera estrella mundialista en Qatar 2022, Central se dio el gran gusto de ser campeón después de cinco años de espera tras la consagración de aquella Copa Argentina 2018 con el Patón Edgardo Bauza en el banco de suplentes.
Hoy, para el pueblo auriazul la Copa de la Liga pesa lo mismo que la Copa del Mundo. Hoy, para ellos, Fatura Broun es el Dibu Martínez, Carlos Quintana y Facundo Mallo son el Cuti Romero y Nico Otamendi y el Bicho Jaminton Campaz e Ignacio Malcorra son Julián Álvarez y Angelito Di María.
Hoy Central corona un año inolvidable. Fue de menor a mayor. Supo sortear las dificultades propias del fútbol argentino y de un plantel que fue perdiendo piezas importantes por lesiones (Francis Mac Allister y Walter Montoya) y ventas (Alejo Véliz). De la mano de Miguel Ángel Russo, que termina de sellar su idolatría y se sienta en la misma mesa que el Don Ángel Tulio Zof y el Patón, y un grupo de futbolistas convencidos con la causa. Los canallas tienen bien merecido este festejo.
La tarde empezó mal para los hinchas de Central que tuvieron que sufrir la desorganización y el maltrato policial para colmar las tribunas del Madre de Ciudades.
Desde muy temprano las camisetas auriazules comenzaron a teñir las adyacencias del estadio, pero lejos de generar algún tipo de beneficio para ellos, pasó todo lo contrario.
La policía los amontonó contra las rejas divisorias, hubo corridas, desmayos y hasta balas de goma al aire de parte de los uniformados.
"Fue una locura incomprensible. Los policías le empezaron a pegar a la gente con las cachiporras desde los caballos", manifestó un hincha a las cámaras de televisión mostrando su ticket en la mano.
Todo se complicó más cuando algunos hinchas, al ver las agresiones y que la fila no avanzaba, rompieron un alambrado lateral para poder escapar.
Una vez más, la organización de una final dejó mucho que desear y hasta el propio Ángel Di María, siguiendo desde Portugal la final por TyC Sports, se pronunció en contra.
“Es una vergüenza que traten a la gente así. Hay mujeres, niños y gente grande y los tratan como perros”, expresó en su Instagram el campeón del mundo.
Russo y la consagración con Central: “Somos merecidos campeones”
El entrenador canalla mostró su alegría por la obtención de la Copa de la Liga, pero fiel a su estilo se mostró medido y hasta tuvo tiempo de mandarle nuevamente un saludo a Riquelme.
“Somos merecidos campeones, estoy muy contento por la gente, es lindo darles alegrías. Este grupo se brindó al máximo y tuvo su premio”. Y antes de retirarse, repitió le dicho luego de la victoria ante River, cuando se acordó de Juan Romás Riquelme: “Sé que él también estará contento, espero y deseo que mañana le vaya bien en las elecciones en Boca”.
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