Marco Ruben, el que nunca se fue de Central, una leyenda en tiempo real

Marco Ruben nunca se fue de Rosario Central, no caben dudas de eso. Siguió presente en el festejo de su sucesor, el pibe Alejo Véliz, que ensayaba el mismo festejo de su ídolo cada vez que inflaba las redes, hasta que se fue a jugar a la Premier League.

Y continuó latente en los saltos y en el puño lanzado al aire de Agustín Módica, el otro juvenil de la cantera “auriazul” que apareció con sus goles en el momento de mayor sequía en el equipo rosarino. La leyenda de Ruben agregaba capítulos en cada recuerdo de sus goles en el clásico de la ciudad, a Boca, a River, en la Copa Libertadores o en aquella vuelta olímpica que finalmente pudo dar en 2018, en la Copa Argentina y de la mano del “Patón” Bauza, otro que está en el bronce “canalla”. Pero una noche del segundo día del mes de junio de 2024, el muchacho rubio de ojos brillantes se escapó de las vitrinas, salió de los libros de historia y saltó de nuevo a la cancha para unir a todos los hinchas de Central en un nuevo grito descontrolado.

La primera sorpresa en la tarde del domingo pasado, fue cuando el departamento de prensa de Central entregó la planilla definitiva de titulares y suplentes para el choque con Lanús. Entre los relevos, casi como colado por la ventana, aparecía el nombre de Marco Ruben. Los viejos cronistas rosarinos entraron en un deja vu, como si una máquina del tiempo los hubiera transportado a principios de este siglo, cuando el pibe nacido en Fray Luis Beltrán asomó al fútbol profesional con la camiseta que lleva en el corazón.

En la formación titular que dispuso Miguel Ángel Russo estaba Enzo Coppetti, el nueve que compró Central para que meta los goles que nadie pudo meter desde que Ruben se había retirado, salvo el breve lapso en que Alejo Véliz duró en el fútbol argentino. El ex goleador de Atlético Rafaela y Racing corrió, chocó, batalló y generó espacios en el duelo contra el “Granate”, pero el momento cúlmine de la noche junto al río Paraná estaba reservado para Marco Ruben.

A los 24 minutos del segundo tiempo, Russo dio la orden y Ruben reemplazó a Módica. La leyenda por el futuro de Central. Los hinchas en las tribunas y frente a los televisores, los rivales en la cancha y los relatores en las cabinas, empezaban a carraspear y a preparar las gargantas porque algo fuerte podía pasar. Y pasó. Cuando el partido se moría en derrota para Central, Ruben apareció como un cazador furtivo en el centro del área y de zurda hizo lo que ya había hecho 105 veces con la camiseta “canalla”.

“Son muchas emociones juntas. De solo festejar el gol otra vez con toda la gente, ya es un regalo para mí. Lo único que puedo decir es que se lo dedico a todos los hinchas de Central y en especial a mi familia, que me bancó y me banca en esta locura de volver al club”, confió el legendario artillero “auriazul” después del partido. “Tengo buenas sensaciones y estoy con ganas de seguir mejorando en lo físico y futbolístico para aportar lo mejor posible”, agregó.

El técnico Miguel Ángel Russo, que suele ser bastante parco ante los micrófonos, esta vez fue muy descriptivo: “Volver y encontrar todo esto no es normal, ocurre en personas como él, me alegro y quiero que lo disfrute. Está muy bien”, reflejó el entrenador, con visible emoción en sus ojos.

A Central se le vienen desafíos importantes. Mejorar en el campeonato local, seguir pasando fases en la Copa Argentina y tratar de sortear el repechaje de torneos continentales ante un rival que todavía no está definido, luego de quedar tercero en su grupo de Copa Libertadores y con el objetivo de seguir en Copa Sudamericana. Y sobre todo levantar el rendimiento colectivo y el nivel de varios de los futbolistas que hace muy poco tiempo fueron vitales para lograr el título en la Copa de la Liga 2023.

Lo de Marco Ruben va por otros carriles. Está en ese sendero mágico que se abre paso entre la realidad y la fantasía, entre lo terrenal y lo legendario, entre lo posible y lo inexplicable. Y ni que hablar si se da lo que todos los “canallas” están esperando: que Ángel Di María decida volver al club que lo lanzó a su impresionante carrera profesional. En todo caso, todavía hay páginas por escribir en la leyenda del goleador eterno.