La previa del partido de Rosario Central ante Atlético Minerio por Copa Libertadores estuvo marcada por una serie de graves incidentes, cuando los hinchas locales que se autoconvocaron para recibir al micro del plantel fueron reprimidos por la policía.
La situación se desató en la zona norte de la ciudad, a pocos metros del estadio Gigante de Arroyito, que esperaba vacío la llegada de los jugadores.
El partido de Central contra Atlético Mineiro se llevó a cabo a puertas cerradas debido a una sanción impuesta por Conmebol tras los disturbios ocurridos durante el encuentro con Peñarol, que dejaron heridos tanto entre los hinchas como los jugadores.
Según informes preliminares, los incidentes comenzaron cuando el micro que transportaba al plantel atravesó la zona donde un grupo numeroso de hinchas realizaba un banderazo. Aunque los simpatizantes se acercaron al vehículo de manera pacífica, bloqueando su camino, la intervención policial fue necesaria para despejar el área y permitir que el micro continuara su ruta.
Esta acción provocó una reacción violenta por parte de los hinchas, quienes comenzaron a enfrentarse con los efectivos policiales. Algunos presentes reportaron haber sido alcanzados por golpes y balas de goma por parte de la policía, denunciando que la agresión no fue justificada por la conducta de los hinchas, sino que fue desproporcionada.
Sin embargo, un agente policial ofreció una versión diferente de los eventos, afirmando que algunos hinchas comenzaron a arrojar piedras contra el personal, desencadenando así los disturbios.