"Por supuesto estoy escribiendo un libro y espero que vea la luz a fin del año que viene. Estoy con las escuelas de entrenadores César Luis Menotti y ahora posiblemente a partir de febrero del año que viene presentemos "Las Academias de fútbol César Luis Menotti". A mí no me gusta llamar escuelas de fútbol, serían lugares donde se juega pero orientadas al fútbol: va a tener el primer eslabón en Rosario y de ahí va a salir a todo. Hoy soy el director de esa Escuela Menotti para entrenadores; soy editor e instructor de Conmebol; soy instructor FIFA; asesor deportivo de la Universidad Nacional del Litoral en fútbol y del club Ben Hur de Rafaela. Tengo programado ahora un viaje que ya está cerrado a Lima: 6, 7 y 8 de junio voy a dictar un curso ahí. Después me estoy yendo a Los Ángeles y posiblemente a Houston donde también voy a dictar unas conferencias y unas clínicas todo sobre fútbol infanto juvenil", responde Rubén Rossi en charla con El Litoral y ADN Gol 96.7.
La charla con Rubén Rossi es como siempre un viaje interminable. "Hace varios años que soy instructor y editor de los manuales Conmebol; Nery es un gran responsable como director de todo el desarrollo para hacer hincapié en todo este tema del del ADN del fútbol sudamericano hasta el punto que hace un par de años me pidieron que redactar un curso que se llama "Una visión lúdica", que está en la plataforma de estudio; es algo que yo sigo reivindicando hace más de 30 años. Como diría Ángel Cappa es el "neuro-potrero", porque ahora con esto de las neurociencias pareciera ser que las neurociencias le dan la razón a lo que decían los viejos maestros.
-Hace poco estuviste, junto a Nery Pumpido, en Paraguay. ¿Sensaciones, conclusiones, novedades?
-Mirá, en este Congreso Conmebol estaba Sandra Rossi, la experta en neurociencias de River Plate. Cuando salió el tema del potrero se puso como loca...me dijo "¡Es así en el potrero se da todas las condiciones que hoy dice la neurociencia que necesita un chico para aprender a jugar a la pelota!" y es lo que decían los viejos maestros. Lo que decía Don Panetto, Tonono, el Neato Grasso. Mi padre decía que la gran escuela del fútbol argentino era el potrero. Para nuestro caso fue "La canchita del Puente" (N.de R.: el entrevistado y el autor de la nota convivieron mucho tiempo en el Barrio Barranquitas de Santa Fe) y ahí se aprendía en absoluta libertad y sin maestros. Desde ahí surgieron las grandes figuras del fútbol del mundo del potrero del fútbol sudamericano que han poblado el mundo.
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-Francisco Mora Teruel, uno de los grandes expertos en neurociencia del mundo, dice "El juego es el disfraz del aprendizaje", por lo tanto sólo se puede aprender bien aquello que se ama...aquello que enamora. Era lo mismo que decían esos viejos maestros que yo nombré sin saber nada de neurociencias...ni de lóbulo frontal ni de los territorios de Wernicke del cerebro ni nada de todo éso. Yo vengo diciendo hace mucho tiempo que los fundamentos de la técnica individual aplicada son hijos del juego y no se pueden aprender fuera de éste.
-Si tus trincheras de hoy son Conmebol, FIFA y las Escuelas Menotti se puede dar más y mejor pelea...
-Vos me conocés bien el perfil que tengo: yo no llamo a nadie, no hablo con nadie. Lo digo a ésto porque es un mensaje para los jóvenes: ¡no es que hay que andar haciéndose publicidad, tocando timbre, llamando a medio mundo ni hablando con la gente del periodismo, para que a uno lo convoquen en un lugar!. Yo creo que lo más importante en ese mensaje es tratar todos los días de aprender un poquito más. Vos lo conociste a mi viejo y él siempre me decía que y me lo dice muchas veces el Flaco Menotti: "El aprendizaje lo va a acompañar a uno hasta la muerte"; entonces tratar siempre de estar aprendiendo.
-Hay una sensación instalada, gracias a Dios, para volver a las bases, a las fuentes..."a la nuestra" del Gran César
-Nos refugiamos en los juegos que hacíamos nosotros, que para mí eran la base de todo este juego: cabeza-pateada; cabeza-mareada. Hace poco me dijeron que el gran modelo de la "Escuela Belga", que dicen es uno de los mejores del mundo en formación de futbolistas, es el uno contra uno con arqueros. Eso y recordar el barrio es lo mismo de cuando jugábamos en la vereda de nuestras casas en Barranquita: dos contra dos; cabeza-pateada cabeza-mareada; después jugamos un juego que le decían "el Burrito": venían los más grandes, te sacaban la pelota. Te decían vamos a jugar en serio; cuando empecé a jugar en Colón, le habían cambiado el nombre y ya le decían "el Loco". Después jugamos otro juego en "La canchita del Puente" que era "la 25": dos tiraban centros, dos definían y dos atajaban. Entonces, resulta que ahora le dicen "entrenamiento específico".
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-¿Sabés qué es lo peor de todo? Que hace 50 años un grupo de alemanes vino a Sudamérica, más precisamente a la Argentina, para ver dónde nacía el talento del jugador argentino y descubrieron que era en el barrio. En el barrio, muchas veces, no había 22 chicos para jugar, jugamos cinco contra cinco y seis contra seis: ¡Ahora le dicen espacios reducidos!. Todo el modelo de formación lo teníamos en Argentina y lo tiramos a la basura por hacernos los modernos o los europeos. Arsene Wenger me dijo en privado que todo su fútbol lo había basado en Alfredo Di Stéfano. Si tomamos que Di Stéfano era argentino, Maradona argentino, Messi es argentino y Pelé brasilero: ¡de las cinco coronas indiscutibles en la historia del fútbol mundial, cuatro son sudamericanas!. Pero resulta que siempre el modelo a seguir fue el europeo. O sea, algo que es inentendible.
-¿Cómo te acomodás en estos tiempos nuevos con esa vieja lucha de ideales?
-Ahora mismo vamos a implementar, tanto en Ben Hur de Rafaela como en la UNL, algo inédito: un "Consejo Lúdico Infantil" donde yo me reúno con los chicos que tienen entre 6 y 15 años para ver qué opinan ellos...porque ellos son los que más tendrían que opinar en esto de las actividades; nunca he visto que se le pregunte a los niños qué quieren hacer. Es simple: no le queremos preguntar porque ellos nos van a decir que quieren jugar; nosotros, por nuestra pedantería docente, jamás se lo permitimos. Las directivas que nosotros bajamos es que siempre traten de jugar todos y más que nada en esas edades hasta los 12/13 años. Mi papá me decía "Vos aprendé a jugar a la pelota que después yo algo te voy a enseñar".
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-Es que ahora hay una desesperación muy grande por los resultados, pero no solo de los entrenadores...no y no. No hagamos responsables solamente a ellos, porque los padres exigen triunfos deportivos, porque los directivos exigen triunfos deportivos. Entonces terminan condicionando a los entrenadores y ahí es donde aparece la figura del director o del coordinador en este caso, que es el que baja otro mensaje y el que convence a los directivos de cuál es el modelo. He tenido suerte, pero yo jamás más saqué un futbolista. ¡Fueron mis entrenadores, los que lo han hecho mis preparadores físicos, ellos han sacado infinidad de futbolistas!. A través de la idea han surgido muchos futbolistas y nunca se los ha presionado con el resultado deportivo.
-¿Por qué complican algo que es tan simple?
-Mirá, cuando hablo con un montón de futbolistas, profesionales de élite, siempre los llevo a la pregunta final: ¿cómo aprendiste a jugar a la pelota en tu etapa infantil?. No hay uno solo que me diga "haciendo pasadas de 100 metros, haciendo entrenamiento de recepción y pases o esquivando conos". Todos me dicen que aprendieron a jugar jugando. Lo primero que tiene que saber un entrenador de fútbol infantil es que él no enseña nada pero la pedantería docente es terrible en ese aspecto.
-Entonces, la conclusión sería que...(completame la frase)
-Que los europeos nos vendieron programas de entrenamientos, metodología y formas de trabajo, pero a los jugadores se los llevaban de acá para allá. Es mentira también que no hay más potreros, pasa que empezamos también nosotros a buscar jugadores altos. Yo no los voy a nombrar, pero sé de clubes que si los centrales no tienen una determinada talla, no los llevan a jugar. Por el maldito resultado, se busca jugadores que te permitan ganar en divisiones inferiores.
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