Ni el menos optimista del mundo hubiera imaginado lo que pasó en los primeros cuarenta minutos en el estadio Malvinas Argentinas entre Los Pumas y los All Blacks.
En el inicio del Rugby Championship, los argentinos perdieron categóricamente ante Nueva Zelanda en el año del mundial. Errores de todo tipo en el equipo de Cheika.
Ni el menos optimista del mundo hubiera imaginado lo que pasó en los primeros cuarenta minutos en el estadio Malvinas Argentinas entre Los Pumas y los All Blacks.
Que el seleccionado de Nueva Zelanda tenga un partido “casi perfecto”, en términos generales, no sería una novedad. Los conducidos por Ian Foster (que luego del Mundial de Francia deja su puesto), anotaron cinco tries, aprovechando al máximo cada una de las oportunidades que tuvieron.
Pero, además de esas oportunidades, los All Blacks vieron su trabajo simplificado también por la cantidad de errores propios que cometió el elenco argentino.
Una decena de penales en tan solo un tiempo sumado a una tarjeta amarilla (sobre el final de la primera etapa que tuvo su consecuencia en el complemento), fueron dos de los motivos por el cual el resultado terminó tan abultado en el inicio: 0 – 31.
Pero no fue solo eso. Los Pumas (por ahora siempre hablando del primer tiempo) prácticamente no tuvieron la pelota. La obtención, por intermedio de las formaciones fijas, casi no existió: pérdidas en lines propios y scrums yendo para atrás generando infracciones en contra.
Esa poca (casi nula) obtención, fue de lo más preocupante que dejaron los primeros cuarenta minutos de Los Pumas en este 2023, como así también las pocas ideas generadas por los conductores. Sí, es verdad, con pocas pelotas es complicado. Pero cuando hubo oportunidad, la utilización de la misma fue mala. Varias veces a destiempo Bertranou, llegando tarde a algunas formaciones espontáneas; mal uso del kick por parte de Santiago Carreas; malos lanzamientos de Montoya.
El complemento no mostró mucho más. Si nos basamos solo en los fríos números, algún distraído podría decir que Los Pumas en el segundo tiempo, “ganaron” 12 a 10. Pero eso fue producto, fundamentalmente, porque los “hombres de negro” bajaron la intensidad. Algo entendible, teniendo en cuenta la diferencia letal sacada en el primer tiempo.
En definitiva, un combo que no puede estar ante una potencia como Nueva Zelanda porque te “factura” de inmediato. Los siete tries en contra hablan por sí solos. El ser superados permanentemente en el contacto, también.
Además de los descripto en cuanto al juego colectivo, este primer partido también dejó muchas cosas a la vista y que seguramente tendrán en cuenta Cheika y cía. a la hora del armado de los planteles, no solo para los partidos del Rugby Championship que quedan (Australia y Sudáfrica, ambos como visitantes), sino, sobre todo, pensando en quienes representarán a la Argentina en el mundial de Francia.
En la primera línea, quedó en evidencia la inactividad en el alto nivel de Lucio Sordoni. Al ex Plaza se lo vio con poco timming en general, además de ser superado siempre en el scrum, una formación clave para que sea base de la generación de juego.
El capitán, Julián Montoya, estuvo muy errático en los lanzamientos al line. Quedándose corto en varias oportunidades. Otro aspecto que deberá afinarse para poder armar juego a partir de allí.
Se notó, y mucho en defensa, la ausencia de Marcos Kremer que purga una suspensión que trae desde el Top 14.
Otro punto bajo fue la pareja de medios. Algo descripto un poco más arriba en este mismo texto. En este aspecto, tal vez debería haber tenido más minutos Lautaro Bazán Vélez como 9. El 10 suplente fue Nicolás Sánchez, quien ya “hizo su historia” con Los Pumas. Es tiempo de un recambio urgente en esta posición. Tomás Albornoz tuvo una gran temporada en su equipo (Benetton) y debería tener su posibilidad, ser ese aire que necesita un equipo en un determinado momento del partido.
En el centro hoy estuvieron Cinti (debut en Los Pumas en ese puesto) y Moroni. A “Tute” también se lo vio complicado muchas veces en defensa.
Nadie duda de sus capacidades y su puntería, pero para colmo de males, este sábado en Mendoza, Emiliano Boffelli no fue el de siempre.
Como conclusión final, se puede decir que Cheika y todos sus asistentes, tienen un trabajo muy duro por delante. A exactamente dos meses del debut mundialista, armar un plantel a la altura de las circunstancias es el gran objetivo.
Francia 2023 está cada vez más cerca…