La dinámica que tiene el seven cuando se juega, es casi la misma que tienen las competencias. Casi que no se para nunca.
El juego reducido no para, y el Head Coach del seleccionado argentino, mucho menos. La clasificación a París 2024 y los Panamericano son su próximo objetivo. Este jueves por la noche comienza la temporada 2023 con el viaje a Hong Kong, lugar donde será la primera cita del circuito mundial.
La dinámica que tiene el seven cuando se juega, es casi la misma que tienen las competencias. Casi que no se para nunca.
Para Los Pumas 7’s, todavía resuena el cuarto puesto en el Circuito 2022 (llegaron a la última etapa con posibilidades de ser primeros), el quinto puesto en la copa del mundo de Ciudad del Cabo y la medalla de oro en los juegos Odesur disputados en Asunción.
Más allá de todo esto, ocurrido poco tiempo atrás, este jueves por la noche, el seleccionado argentino de juego reducido viaja a Hong Kong para darle inicio a la temporada 2023.
Previo a esto, el “cerebro” de Los Pumas 7´s, Santiago Gómez Cora, quien está alfrente del equipo desde 2013, dialogó con el programa “La Guinda” (FM Láser 92.5, miércoles de 20 a 21.30)
¿Cómo se arranca un proceso sin prácticamente haber terminado el anterior?
Es una locura, lo sabíamos de antemano. Por eso siempre tratamos de anticiparnos en cuanto al armado de equipos, gestionando y desarrollando jugadores, tener una base bien amplia para prever lesiones, bajas por retiros o que pasan al rugby de quince. Duele y cuesta, porque es más fácil tener los mismos jugadores siempre y tener un mundial por año y no uno por mes, que es un poco lo que nos pasa en el Seven. No obstante, es algo que antes de arrancar ya lo sabía. Como entrenador es más complejo porque estoy en el armado, entonces cuando hay un día o una tarde libre, hay que aprovechar a descansar y disfrutar el tiempo cuando estamos en Argentina.
Es tan cambiante todo en el seven que hasta último momento puede haber modificaciones, como el caso de Elizalde que ahora se quedó sin Hong Kong por lesión.
El que no es muy habitué al mundo del rugby, y ve a los jugadores a piel descubierta dentro de la cancha, o el llanto en el himno, muchas veces es de emoción y de todo lo que cuesta llegar a una cancha. Por eso sabemos el rigor que hay que tener en los entrenamientos para ser competitivos después en el circuito y eso lleva muchas veces a tener lesiones, algo que nos pasó en casi todas las giras. Pero priorizamos el entrenamiento, el rigor y tener un equipo competitivo a lo largo del año que cuidar jugadores para llegar con número a la competencia. Es el riesgo que ponemos en cada entrenamiento y cuando llegan las buenas noticias o los logros, es donde la emoción aflora en los jugadores por todo lo que dejan, no solo en la cancha sino en cada entrenamiento.
Pusieron la vara muy alta con el Seven en cuanto al acompañamiento de la gente, sobre todo, tras la medalla olímpica en 2021. A la altura de lo que fue aquel histórico tercer puesto de Los Pumas en el Mundial de Francia en 2007.
De nuestro lado se sufre ver el seven, porque al ser cada vez más competitivos, hace que todos los partidos sean muy difíciles, que no haya descanso. Y lo que más nos propusimos fue que no sea un episodio aislado, una hazaña lo de los JJ.OO, porque lo laburamos mucho en la previa y en cada partido durante la competencia. Estábamos convencidos de lo que podíamos lograr. Pero no quedarnos con eso solo, sino darle continuidad en el tiempo.
Más allá de jugadores que pasaron al quince, el equipo se mantuvo competitivo igual y fue creciendo otra vez, terminó ganando una etapa del circuito y hasta el último día tuvimos la chance de ser campeones de todo el circuito, algo jamás logrado en la historia. Entonces eso habla también que no fue que se alinearon los planetas, sino que hubo un proceso exitoso en cuanto a resultados.
La vara está muy alta, es muy difícil mantener eso, pero esperemos seguir haciéndolo y sino, resurgir nuevamente como lo hicimos tantas veces.
En una nota que te hicieron una vez declaraste como que no querías que te pase en Tokio el año pasado, lo que ocurrió en Río en 2016, de no poder disfrutar los momentos pese a las dificultades.
La diferencia entre el ‘16 y el ‘21, fue el hecho de no quedarnos bloqueados con una acción negativa, como pudo haber sido el fallo del penal en 2016 por el cual no pudimos pasar a cuartos y jugar por medalla. Y en 2021 la expulsión de Gastón (Revol). Que fue algo que podría haber enojado, o que sea una excusa perfecta ante la adversidad. Estábamos jugando ante los mejores del mundo, íbamos perdiendo 7 a 0, con un penal en contra en las 22, con uno menos, lejos de entregarnos y buscar esa excusa, fue redoblar esfuerzos y demostrar que el equipo no se quería ir, que teníamos una revancha de Río.
Las victorias casi nunca las podemos disfrutar, por eso trato de disfrutar el proceso, el año, la construcción de un equipo. No esperar solo ganar, porque muchas veces esa victoria no llega y no tiene que ser frustrante porque sino es difícil mantener la motivación en el equipo y en el grupo.
Siempre nos ponemos pequeños objetivos, tangibles, y cuando se gana en un Mundial, Juego Olímpico o en una etapa del circuito, a las dos horas estás jugando, y todos te están mirando para confirmar eso y hay que cambiar el plan de juego más que nunca. Por eso es que casi que no se puede disfrutar nunca. Y cuando termina una victoria como la de Tokio, aparece nostalgia, porque ya se logró y no hay nada. Uno piensa que llega a un lugar donde todo es alegría y felicidad, pero te invade más la nostalgia que la felicidad. Es constantemente estar renovándonos.
Gastón Revol pareciera no tener fin...
Es eterno. Casi todos los años va renovando, vamos torneo a torneo trabajando, y en este 2022 costó un poco más porque justo fue padre. Pero además de ser una gran jugador y seguir siendo competitivo, tiene el plus en lo que se refiere al armado del grupo, clave para formar un equipo. Es muy importante tener un buen grupo humano y Gastón se encarga de llevar el mensaje justo a todos los jugadores que van entrando y de mantener los ‘patitos en fila’. Es el tipo que lleva el legado de Pumas Seven a la perfección.
Ser entrenador, no es solo tener un gran plan de juego, hay mucho más allá, incluso lo podes copiar. Pero lo más complicado es transmitir. Hay gente que se pasa años haciendo cursos, estudiando y reclaman lugares, pero creo que lo más importante, además de estudiar que está bien, es tener llegada a los jugadores y a un equipo, y eso Gastón lo tiene de sobra.
¿Qué podés decir de Nicolás Bruzzone?
Con él y con Gastón (reviol) compartí cancha y después los entrené. Es algo que se hace muy complejo. Uno cuando se retira tiene que saber cambiar el rol del lado del que estaba. Obvio que hay una afinidad y es saber compartir momentos y respetarnos los dos. Me pasó con ellos y algunos jugadores más. Pero fue un placer haber jugado y haberlos entrenado a los dos, grandes jugadores de seven.
Cada vez que nos cruzamos con nico en un Sudamericano o algún otro torneo, charlamos bastante de rugby obviamente. Me puso muy contento por él que haya encontrado un lugar con Pablo Lemoine (Head Coach de Chile). Me dijo que trabajan bien, que le da espacio, libertades. Está muy bueno cuando formás un lindo equipo de trabajo, ya seas líder o estés siguiendo órdenes. Armar un equipo de trabajo es lo más lindo. Creo mucho en ellos, en el laburo horizontal y no tan vertical. Y es un poco lo que me contaba Nico de Lemoine, que es interesante trabajar con él y el gran proceso que tuvieron.
¿Te ves entrenando el rugby de quince, lo tenés como objetivo?
No es un objetivo que me propongo, pero sí me veo. En realidad no me veía siendo entrenador de Los Pumas 7's, sino que se dio. Así que lo mismo me pasa con el quince. Tuve algunas conversaciones que por el momento rechacé, porque mi compromiso está en el proceso de 2016 a 2024, con los dos JJ.OO. Estoy más allá de la mitad de ese proceso. O reescribo otro y me pongo al frente, o cambio de rubro. Pero hasta 2024 mi cabeza está puesta 100% en Los Pumas 7´s.
Ya casi no pasa que de Los Pumas quince pidan a tal o cual jugador del seven. ¿ Lo ves como algo positivo para enfocarse con un grupo amplio de jugadores en el juego reducido’
Los chicos saben que no solo se busca ser competitivos como equipo, sino también desarrollar al jugador individualmente, y eso nos lo ponemos como objetivo, y lo trabajamos con cada uno. Y si pasan al rugby de quince es una alegría. Obvio que me gustaría quedarme con el grupo de Tokio, pero sería frenar sus sueños y anhelos que sería jugar en Los Pumas. Algo que es espectacular y compartimos. Seríamos obtusos si no los ayudáramos a lograrlo. Es parte de este proceso que Pumas 7's sea competitivo y a la vez esté desarrollando jugadores.
¿Qué objetivos se plantean para 2023?
La 2023 es una temporada que ya arrancó. Media cortada, entre el final de la etapa, el mundial y los Odesur. Ahora en Hong Kong estaríamos arrancando en cuanto a puntos.
Nosotros tenemos cuatro años ente un Juego Olímpico y el otro que, en este caso, serán tres. Y buscamos separar en tres partes el proceso. Con distintos objetivos en cada año: búsqueda y desarrollo de jugadores, clasificación a los Juegos, ser competitivos y llegar de esa forma a los JJ.OO.
Este año nos toca la clasificación y el Panamericano. El gran objetivo es clasificar a París 2024, y lograr el oro en los Panamericanos. A partir de ahí, todo lo que podamos obtener, será espectacular.
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