Cómo no indicar ante todo, que Nicolás Nepote, el protagonista de esta admirable aventura, está a punto de cumplir 34 años y es el hijo mayor de una familia muy vinculada a los deportes.
Cómo no indicar ante todo, que Nicolás Nepote, el protagonista de esta admirable aventura, está a punto de cumplir 34 años y es el hijo mayor de una familia muy vinculada a los deportes.
Su padre, Juan, fue un activo dirigente del Club Universitario de Santa Fe, donde también disfrutó del rugby jugando en la categoría veteranos. Su hermano Felipe, de 27 años, forma parte del plantel superior de la señera institución santafesina, donde militó desde el Rugby Infantil hasta la Primera división.
Antonella, la hermana mujer de 28 años, jugó al hockey desde niña, pasando por las categorías Infantiles, Juveniles y Superiores, tanto de Universitario, como de otros clubes de nuestra capital.
El 19 de mayo pasado, Nicolás Nepote partió desde su Santa Fe natal con su bicicleta, con el objetivo primario de “recorrer el norte argentino”, según describe con sus propias palabras.
Entusiasmado, no dudó en prolongar el desafío, apuntando a atravesar la frontera con Bolivia y desde allí, poner “proa” hacia Perú. En base a un notorio esfuerzo físico, pero fundamentalmente con la convicción y la fuerza mental que se requiere, pensó que Perú estaba “al alcance de las manos...”.
Justamente, desde Lima, la capital de la nación andina, tomó contacto con varios medios (santafesinos y nacionales), señalando que esto fue posible gracias a un promedio de entre ocho y diez horas pedaleando por cada jornada, lo que permitió transitar un centenar de kilómetros por día, aproximadamente.
Ahora, en diálogo con El Litoral, desde el distrito limeño de Miraflores, precisó que resultó fundamental el hecho de trasladarse en bicicleta, para subsanar del mejor modo posible las cuestiones fronterizas relacionadas con la pandemia de Covid 19.
Luego, con marcado entusiasmo, señaló: “inmediatamente después de llegar a Perú, me propuse llegar a la costa, para transitar la famosa Ruta del Sol, con la finalidad de llegar a Ecuador, que es mi objetivo principal en este momento. Estoy a algo más de 1.200 kilómetros de la frontera, hacia donde partiré los próximos días”.
“Cada jornada depara nuevas satisfacciones, por un montón de cuestiones. Desde el infinito placer de disfrutar de paisajes desconocidos, que en muchos casos son apasionantes; hasta la colaboración que recibo de quienes me tienden una mano cuando los consulto por cuestiones diversas”, afirma entusiasmado desde el audio telefónico.
“Sin dudas, es una experiencia de vida formidable, que me enriquece en cada hora, en cada minuto... Más allá del próximo destino ecuatoriano, es muy difícil afirmar en este momento hasta donde puede llegar a extenderse… Por el momento, solo agradezco infinitamente poder disfrutarla”, concluyó.