Tomás Rodríguez
Fue Gimnasia y Esgrima, el famoso equipo de los “Pistoleros”, que tuvo a enormes figuras que luego triunfaron en los grandes de nuestro país. Entre ellos, Magán, el “Macho” Loyarte, Genaro Cantelli y el inolvidable “Chueco” García. Cinco equipos jugaron aquél primer torneo de nuestra liga, que este miércoles cumple años.
Tomás Rodríguez
En 1931, hace 89 años, se crea en la ciudad de Buenos Aires la Liga Profesional de Fútbol y se instituye oficialmente el fútbol rentado, actitud que adoptan otras entidades rectoras del balompié del interior del país y el 24 de junio, en la sede del club de Gimnasia y Esgrima, ubicada en calle 4 de Enero 2011, tiene lugar una histórica y memorable reunión de dirigentes de esta capital.
En la oportunidad se reunieron los presidentes de los clubes Colón, Gimnasia y Esgrima y Unión, señor Julio César Carnelli, Dr. Luis Francisco Anello y Dr. Fernando Albornoz, respectivamente y decidieron, por mandato expreso de las comisiones directivas que representaban, desafiliarse de la Federación Santafesina de Fútbol y fundar la Liga Santafesina de Fútbol, reconociendo a las instituciones afiliadas a ella, el derecho de realizar contratos con sus jugadores con pago de sueldos, viáticos o porcentajes de entradas a los partidos.
Otros se sumaron
Cabe destacar que el 26 del referido mes, se sumaban a ellos los clubes Brown y Ferro Carril Santa Fe, reconociéndose de esta manera a los cinco entidades mencionadas, como fundadoras de la Liga y comienza a partir de allí el fútbol profesional en la ciudad de Santa Fe.
El primer campeonato organizado por la Liga Santafesina de Fútbol, precisamente en ese año, tuvo como participantes a los cinco clubes fundadores, teniendo además, como invitado especial, el Club Atlético de Rafaela.
La cancha de Brown
Los dos últimos certámenes aficionados de 1929 y 1930 fueron ganados por Colón, escoltado por Guillermo Brown, entidad aurinegra que crecía considerablemente en los últimos años, incluyéndose la inauguración de su propio estadio, el 13 de septiembre, en Villa Guadalupe, en el callejón que llevaba el nombre del marino que defendía la soberanía en los mares argentinos, conocido anteriormente como callejón Risso, tres cuadras al oeste de Avda. Gral. Paz y una al norte de la Avda. Galicia y de la vía del tranvía de la línea 4 (actualmente de Sp. Guadalupe).
Refuerzos
Entonces, Gimnasia y Esgrima, que era considerada la institución más sólida económica y financieramente, reforzó considerablemente su equipo de Primera, con tres contrataciones de elevada jerarquía, el arquero correntino Alfredo Mors; el habilidoso centrodelantero Genaro Canteli, apodado “El Hombre de Goma” (esta “joyita”, tres años después, fue una verdadera gloria de San Lorenzo y jugaba de insider derecho para que el eje atacante sea Tomás “Macho” Loyarte) y Enrique García, el famoso “Chueco”, el más grande puntero izquierdo de toda la historia de la República Argentina, los adquirió a Brown.
Unión
Por su parte, Unión consiguió los servicios de Juan Antonio Rivarola y Alberto Galateo, dos de los principales figuras de Colón, su clásico rival, abonando a cada futbolista la importante suma de 20 mil pesos, suma récord para esa época en esta ciudad; también logró el concurso de Domingo Beltramini, el artillero de Ferro Carril Santa Fe (los clubes no recibían emolumento alguno). Sin embargo, una semana después, el internacional “Pinino” Rivarola, devolvió la prima concedida por las autoridades rojiblancas, agradeció el gesto de los directivos y continuó su carrera en la entidad del barrio de Sunchales.
A River
En los años siguientes, Rivarola fue transferido a Huracán y el defensor Agustín “Meño” Flores, el volante derecho Eladio Vaschetto (formado en Libertad de San Jerónimo Norte, 27 goles con la camiseta de la banda junto a Adolfo Pedernera y José M. Moreno) y el paraguayo Benjamin Laterza (también lo hizo en Racing) fueron transferidos por Colón a River Plate para afrontar una crisis financiera. Cabe consignar que Carlos Locasso, un visionario del gol, pasó de Gimnasia y Esgrima a la entidad millonaria.
Gimnasia campeón
El primer campeón profesional santafesino y del fútbol argentino fue Gimnasia y Esgrima de Santa Fe, de acuerdo a lo escrito, divulgado y reconocido por Jorge Gallego, periodista e historiador del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF).
El segundo campeón fue Newell’s Old Boys, de la Asociación Rosarina, cuyo torneo concluyó el 29 de noviembre de 1931 cuando perdió 4 a 2 con Nacional (hoy Argentino), y luego lo hizo Boca Juniors, ganador del torneo de la Asociación Argentina, certamen que culminó el 10 de enero de 1932, al vencer a River Plate, en Av. Alvear (actual Libertador) y Tagle, en la Recoleta, por 3 a 0. Tres temporadas más adelante, quedó oficialmente constituida la AFA.
Los “Pistoleros”
El poderoso equipo de Gimnasia y Esgrima, con sede en 4 de Enero y Juan de Garay, se clasificó campeón del primer torneo de fútbol profesional de nuestro país. En la última fecha, venció a Colón por 1 a 0 y esto le agregó el carácter de invicto. La anotación de aquel último partido fue obra de Genaro Cantelli, otrora figura de Brown, antes de pasar, junto a Gabriel Magán a San Lorenzo de Almagro, denominándose al campeón de 1933 como “Los Gauchos de Boedo”.
La formación titular de los “Pistoleros” fue la siguiente: Alfredo “Correntino” Mors; Eulalio Gómez y Joaquín Valdez; Alberto Lebrón, Rafael Amadei y Carlos Lebrón; Gabriel Magán, Oscar Salas, Tomás “Macho” Loyarte, Genaro Cantelli y Enrique “Chueco” García.
Colón, en tanto, alineó a Isaac Cabrera; Agustín Flores (luego pasó a River Plate, donde fue campeón en 1932) y Juan Clementi; Flaminio Bustichi, Roberto Prat y Emilio Neder; Livio Miranda, Juan A. Rivarola, Ricardo Gianfelice, Albino Martínez y Marcelo Espíndola.
El “Macho” Loyarte
La anécdota más importante del cotejo fue la expulsión de “Macho” Loyarte sobre el final. El jugador no pudo con su impulso y temperamento, culminando su labor al sostener una polémica discusión con el árbitro y luego intentó agredir a un periodista, quien lo consultó por su acción violenta contra un defensor oponente. Silvio Tocchi —una garantía en el referato— determinó que el centrodelantero se fuera a las duchas antes de tiempo.
De esta manera, el equipo de la franja fue el primer campeón argentino en el profesionalismo al adjudicarse el torneo local, subcampeón resultó Alte. Brown (actuaban, entre otros, Gervasoni, Fernando Pagnanelli, Bolzico, Beltrame, Ricardo Gianfelice, Mancuello, Zuazquita y Moretti) y compartieron el tercer puesto Colón y Unión (Arturo Gómez, Angel Napoleoni, Manuel “Manucho” Barraguirre, Samuel Mehaudi, Miguel Caffaratti, Domingo Beltramini, Antonio “Potro” Simonsini, Federico Wilde, quien con Galateo jugó el Mundial de 1934, Francisco “Negro” Valiente y Domingo “Burro” Noé).
El magnífico dirigente mens-sana Enrique Carbonell, visionario, emprendedor y ejecutivo consiguió en pocos años —en la década del ‘20 del siglo pasado— el concurso de figuras notables del balompié local, ante la sugerencia de Carlos Gudiño, el primer descubridor de talentos que hubo en Santa Fe.
Los dos primeros fueron el internacional Tomás “Macho” Loyarte y el correntino Eulalio Gómez (p), ambos pertenecían a Colón. Después incorporó a las tres principales figuras de Brown, Alfredo Mors (suplantó a Gerónimo “Oso” Díaz que pasó a Newell’s Old Boys de Rosario), Genaro Cantelli (luego triunfó en San Lorenzo de Almagro con los punteros derechos Rubén Cavadini (56 dianas) y Gabriel Magán y Enrique Garcia, el “Poeta” de la Zurda” (jugó en Rosario Central y se consagró en Racing Club y la selección nacional) para reforzar a la famosa formación de “Los Pistoleros”.
El “poeta de la zurda” decía: “a la derecha la tengo de palo”
El genial y famoso “Poeta de la Zurda”, “El Mago”, “El Sarmiento del fútbol”, “El Imparable”, son muchos de los apodos que tuvo Enrique García, pero sólo uno fue sinónimo de su propio nombre: “El Chueco”.
Este excelentísimo gambeteador, que combinaba habilidad con picardía, nació en el barrio Facultad de la ciudad de Santa Fe el 20 de noviembre de 1912 e inició su carrera en el club infantil del barrio Las Rosas (hoy sería en las inmediaciones de la Parroquia de los Padres Agustinos Recoletos y de la Plaza de los Constituyentes).
El idolatrado “Chueco”, pasó luego a Brown que presidía Apolinario Sánchez, el padre de Lito (Angel), quien jugara en Colón y Tiro Federal y fue el creador de la Asociación de Futbolistas Veteranos de Santa Fe.
Cuando Carlos Gudiños —el descubridor de talentos— se reunió con Enrique García para convencerlo que también el correntino Mors y Genaro Cantelli pasaran a jugar en el mismo equipo. “Maestro, ¿por qué no me lo dijo antes?, usted sabe que yo soy humilde y gimnasista de corazón, todos los chicos del barrio tienen la misma pasión por la malla de la franja”.
Tras coronarse vencedor con Gimnasia y Esgrima del torneo de primera división de la Liga Santafesina de Fútbol en 1931, el primer campeón del profesionalismo, fue adquirido por Rosario Central, jugando en el equipo canalla” 98 partidos con 33 anotaciones, debutando el 10 de abril de 1932, derrotando a Provincial 5 a 1.
Este genial personaje que llegó incluso a reconocer que “la pierna derecha la tengo de palo”, conquistó 78 goles en Racing Club, lo que lo convierte aún hasta hoy en el séptimo máximo goleador de la historia académica en el profesionalismo argentino.
El fantástico y genial Enrique García fue acérrimo “enemigo” de los sistemas tácticos, para quien eran sólo “un invento de los directores técnicos” y “sólo útiles para quienes no tienen condiciones para jugar”, vistió en 35 ocasiones la camiseta de la Selección Argentina entre 1935 y 1943. Con ella marcó nueve goles y obtuvo la Copa América en dos oportunidades, en 1937 y en 1941. Admiraba a Carlos Gardel, “el Morocho del Abasto‘ que ‘cada día canta mejor” e Irineo Leguizamo.
El famoso “Chueco” García falleció el 23 de agosto de 1969 con tan sólo 56 años, pero el recuerdo incomparable de su zurda está vigente.