La Boca cambió de colores, pero no de expectativa futbolera
La selección nacional campeona del mundo despide un 2024 muy positivo, con el bicampeonato de América y una acumulación de partidos que se siente a esta altura. Perú nunca pudo ganar en nuestro país un partido oficial.
La Boca cambió de colores, pero no de expectativa futbolera
Como no podía ser de otra manera, la geografía del barrio de la Boca cambió su color. Del azul y amarillo tradicional de esas callecitas y esos lugares tan autóctonos y especiales que tiene este lugar tan particular de capital federal, se pasó al celeste y blanco con aspecto festivo, más distendido aunque no por eso abandonando el paso febril habitual que se observa a quienes se dirigen a un estadio de fútbol para ver un partido y desean ingresar cuánto antes para comenzar a disfrutar del espectáculo. En dos horas, las entradas se agotaron y no podía ser de otra manera: los campeones del mundo convocan. Y si es con Messi, ni hablar. Este partido con Perú no fue la excepción. Argentina jugó, juega y seguirá jugando a cancha llena.
No son pocos los antecedentes entre Argentina y Perú. Se recuerda muy especialmente aquella “corajeada” de Passarella en el 85, en la cancha de River, cuando cabeceó un centro al segundo palo y la terminó de empujar Gareca al fondo del arco y clasificamos para México 86. También el partido bajo la lluvia, en el Monumental, en la clasificación para Sudáfrica 2010, con el gol de Palermo y la famosa “palomita” de Maradona (era el entrenador) en el festejo, deslizándose por el agua. Pero la Bombonera fue testigo de una de las tardes más tristes del fútbol argentino: el día que nos quedamos afuera de México 70.
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Argentina había perdido en Bolivia y en Perú, en aquellas Eliminatorias. Le ganó a los bolivianos por la mínima diferencia y necesitaba vencer a los peruanos para clasificar. El partido terminó 2 a 2 en la Bombonera. La figura fue el “Toscano” Alberto Rendo, que contó que “fui el último en terminar de ducharme, el vestuario era un velorio, todos lloraban. Salí de la Bombonera y me fui caminando a mi casa. Yo vivía en el barrio de Pompeya. Cuando llegué, no había nadie. Me comí una tableta de chocolate y me acosté a dormir”. El técnico del equipo era don Adolfo Pedernera, pero en un año y medio habían pasado José María Minella y Humberto Maschio, que al año siguiente llegó a Santa Fe para dirigir a Unión. Fue una de las grandes decepciones del fútbol argentino.
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Argentina tardó luego 28 años para volver a jugar en la Bombonera por Eliminatorias: fue el 16 de noviembre de 1997 en el empate 1 a 1 frente a Colombia, en el marco de la última fecha y con la Selección ya clasificada a Francia '98.
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Lionel Scaloni dejó en claro dos cuestiones en la conferencia de prensa que dio el lunes. La primera, que no tiene fecha confirmada para la Finalissima con España y cree que ese partido no se jugará el año que viene, como debiera ser, sino quizás en 2026, el año del Mundial. La otra, que es muy difícil – casi podríamos decir imposible – que se pueda armar una selección con jugadores del medio local. “No se puede juntar a los de la sub 20 porque la mayoría ya juegan en sus equipos, menos se podrá hacer una selección con jugadores que estén en la Argentina”, señaló el entrenador campeón del mundo. Volviendo a la Finalissima, Scaloni dijo que “España tendrá que jugar varios partidos el año que viene en su clasificación hacia el Mundial, además de todas las competencias que están en vista (entre ellas el Mundial de clubes), razón por la cual no veo viable que se encuentre fecha para ese partido”.
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Ante una pregunta del colega Néstor Clivati, de Rafaela, Scaloni tomó nota que los jugadores de la selección jugaron 16 partidos en todo el año. Y que los que fueron a los Juegos Olímpicos, se pusieron en 20 partidos la celeste y blanca. Son muchos compromisos, con una Copa América en el medio y con una seguidilla de partidos en estos últimos tres meses que no son habituales. También habló de Messi: "El año de Leo es el año de un jugador que ha jugado un montón de partidos, que ha estado disponible un montón, que tuvo una Copa América en el medio. Es difícil que esté al 100 por ciento y no haya tenido problemas, lo veo normal. Sufrió una lesión pero en general con nosotros siempre ha estado bien", dijo Scaloni.
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Más allá de aquella eliminación para jugar el Mundial de 1970, que en definitiva terminó empatado el partido, la realidad es que Argentina nunca perdió oficialmente con Perú en nuestro país. En total, se jugaron 19 partidos, con 15 victorias de Argentina y 4 empates. Dejando de lado las Eliminatorias, el otro partido que se lleva todo el interés – inclusive más que los encuentros antes mencionados – fue el del Mundial de 1978. Argentina necesitaba marcar cuatro goles de diferencia sobre Perú para superar a Brasil, que le había ganado anteriormente y ese mismo día a Polonia. El resultado final fue 6 a 0 en un encuentro que despertó todo tipo de sospechas, pero que los campeones del mundo se encargaron de limpiar una y mil veces cada vez que fueron consultados. Ese partido se jugó en la cancha de Rosario Central y cuatro días después, Argentina ganó brillantemente la final por 3 a 1 a Holanda en el Monumental, coronándose campeón del mundo.
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La estadística es abrumadora. Los últimos cuatro partidos oficiales entre ambas selecciones, terminó con el triunfo de Argentina. La última vez que Perú venció a Argentina fue en la Copa América de 1997. El partido se jugó en Sucre y el triunfo fue de los peruanos por 2 a 1. A Argentina la dirigía Passarella y ese encuentro fue de cuartos de final. Roa; Pineda, Vivas, Berizzo y el Pacha Cardozo; Bassedas, Zapata, Gallardo y Cardoso; Delgado y Cruz fueron los once que puso el Kaiser en ese partido. En Perú jugaba Cominges, que luego llegó a la Argentina para ponerse la camiseta de Colón, algunos años más tarde, junto con Vargas.
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Ese partido que le dio a Argentina la clasificación para el Mundial de México de 1986, no fue ganado por nuestra selección sino que terminó 2 a 2. En el partido de ida, se dio la famosa marca de Reyna sobre Maradona, que lo persiguió por toda la cancha y contó con la complicidad del árbitro de ese encuentro, que fue el chileno Hernán Silva. En la revancha, Argentina ganaba en el Monumental por 1 a 0 con un gol de Pasculli, lo dio vuelta Perú y faltando 9 minutos llegó la jugada de Passarella y el Tigre Gareca terminó empujando la pelota al fondo del arco.
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A Jorge Fossati, el entrenador de Perú y ex DT de Colón, lo apodaron “El Nono” en Lima. Dirigió al equipo en la Copa América de Estados Unidos y fue contundente cuando señaló el por qué se hizo cargo de la selección incaica: “Sabía que la cantidad de clasificados me iba a dar una chance, analicé el equipo y entendí que podíamos revertir la situación”, dijo el experimentado entrenador uruguayo.
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El lunes por la noche quiso salir a caminar con algunos jugadores pero por orden de Seguridad no pudieron hacerlo. En realidad, Jorge Fossati decidió, en un primer momento, salir a saludar a los fanáticos peruanos que se ubicaron en la puerta del hotel de la zona de Recoleta en la que estuvo concentrada la selección peruana. Sin embargo, los policías le ordenaron no acercarse. Es en ese momento que el 'Nono' intercambió palabras con los oficiales para que los dejen pasar. Los agentes no dieron su brazo a torcer y se mantuvieron firmes, impidiendo que salgan. Ante esta situación, los hinchas empezaron a entonar la frase "¡El bicampeón!" en referencia a Universitario de Deportes, generando el disgusto entre los mismos fanáticos, provocando un altercado. En ese momento, la policía intervino para mantener la calma en la zona.
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Una de las cosas que El Litoral pudo comprobar en el ambiente futbolero porteño, fue el dolor que causó la muerte de Hugo Villaverde, el zaguero central nacido futbolísticamente en Colón y que luego se convirtió en un emblema de Independiente. Todos coinciden, fundamentalmente aquellos que lo recuerdan entre los 70 y los 80, que fue el “2” más tiempista y completo que han visto. Cuando Menotti lo llevó a la selección como primer reemplazo de Luis Galván, luego de la obtención del título de 1978, muchos creyeron que era candidato a quedarse con el puesto. Estaba en un gran momento, pero una lesión en Escocia lo privó de seguir jugando con la celeste y blanca, donde pudo haber repetido la fórmula de Independiente con el Gringo Trossero, también convocado por Menotti en aquel entonces.