Como pasó en Atlanta, en Nueva York (Time Square fue el lugar elegido) y en Miami, Houston también fue sede del espectacular banderazo argentino. Se hizo en el downtown, con todo lo que eso implica y alterando ese espacio que tiene un movimiento febril durante el día (hay muchos rascacielos de oficinas) pero que tiende a apagarse a partir de las 5 de la tarde, como en casi todas las ciudades de Estados Unidos. El lugar elegido fue una especie de plaza con césped artificial. Y puedo asegurar que cuando los argentinos saltaban, el piso se movía. También, como no podía ser de otra manera, El Litoral se cruzó con muchos santafesinos, algunos de ellos viviendo en esta ciudad desde hace décadas y que, naturalmente, convertiremos en notas una vez que Argentina-Ecuador se convierta en historia. El banderazo arrancó un ratito antes de las 6 de la tarde y se prolongó hasta las 9 y media de la noche. El cierre fue a toda orquesta: fuegos artificiales, como para que el espectáculo tuviera el fin merecido. Otra vez, inolvidable.
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“¿Genaro Rossi?, ¡claro que lo conozco!... Es un buen jugador, un delantero técnico, de buen manejo de pelota… Salvando las distancias, es del estilo de Scocco. Ese chico apuntaba lindo, pero le pasó lo que le pasa a muchos juveniles en Newell’s de un tiempo a esta parte, en que el club se ha convertido en una picadora de carne para los chicos”. La frase corresponde a un hincha de Newell’s, de los muchos que nos cruzamos en el banderazo en el downtown de Houston, hablando de una de las incorporaciones de Colón. Ese pase lo terminó cerrando el tesorero del club, Adrián Temporelli, mientras estuvo en Estados Unidos invitado por la empresa a la que pertenece y tuvo contacto con Pedro Aldave, el representante del delantero de 22 años que fue liberado por Chaco For Ever. La otra es la de Oscar Garrido, el volante que jugó en Central Córdoba.
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“A menos de 24 horas para un partido que puede ser histórico para el fútbol ecuatoriano, mi cabeza solo está en Argentina”, dijo Félix Sánchez Bas, el entrenador de la selección de Ecuador que no cuenta con el apoyo de la gente. “No nos gusta, no le dio un buen funcionamiento al equipo, lleva tiempo trabajando y no vemos mejorías”, confiaron los ecuatorianos consultados por El Litoral.
Banderazo argentino en Houston.
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Houston es la cuarta ciudad de Estados Unidos en cantidad de habitantes y es tremendamente cosmopolita. “Te vas a encontrar con gente de todas las nacionalidades. Pero de todas, así de literal”, comentaban los argentinos que residen aquí ante la consulta de El Litoral durante el tremendo banderazo del miércoles por la tardecita-noche. ¿Es cierto que se hablan 90 idiomas?, consultamos. Y la respuesta fue tajante e inmediata: “¡Pero claro que es verdad”. Y lo que realmente llama la atención es la extensión de la ciudad, con esas largas carreteras que parecen interminables y que van comunicando los distintos sectores de la ciudad. Al margen del downtown, el otro que tiene una faceta bien comercial se denomina “Galería”. Y otro tema al que nadie elude: el uso de automóvil propio. “El parque automotor es tremendo. Todas las familias tienen un auto de ‘repuesto`’, por si algo le pasa al que usan habitualmente. Si el auto se rompe de manera imprevista y no se tiene otro a mano para arrancar el día, la complicación puede ser muy grave”, comentan los argentinos al enviado de El Litoral.
Banderazo argentino en Houston.
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Es cierto lo que dice Scaloni respecto de que no le da importancia a las estadísticas porque entiende que las estadísticas están para romperlas, pero a veces resultan indicativos que no se pueden soslayar. Por ejemplo, hace 23 años que Ecuador no consigue ganarle, en Copa América, a un rival de Conmebol. Sólo hizo frente a selecciones de la Concacaf o invitadas. Y en el mano a mano con Argentina, de los últimos 7 partidos, Argentina ganó en 6 y empataron en uno. Además, la última victoria de Ecuador ante Argentina se dio hace 9 años. Fue en el inicio de las Eliminatorias para Rusia 2018, cuando el Tricolor consiguió una victoria histórica en el Monumental por 2 a 0, cuando al equipo nacional lo dirigía el Tata Martino.
Hasta los perros asistieron al banderazo argentino.
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Es notable ver las familias enteras “embarcadas” en esta furia que despierta la selección nacional, máxime desde el momento de la consagración como campeones del mundo. Más allá de los argentinos que viven en este país –y que son muchísimo- llegan desde todas partes del país y se hacen notar. Por ejemplo, los marplatenses no ocultan su orgullo de venir de la tierra en que nació el Dibu Martínez, que además de ser ciudadano ilustre, tiene una calle que lleva su nombre y está ubicada en un lugar que es ícono de Mar del Plata: la que va desde el bulevar marítimo hasta el Torreón del Monje.
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Las dudas que había respecto del equipo, no se alcanzaron a disipar en la conferencia que dio Scaloni. “Lionel reaccionó bien, esperaremos la práctica de hoy porque considero que tengo que darle todo el tiempo que él necesita para que la decisión sea la más adecuada, tanto para él como para el equipo”, señaló el entrenador. Messi volvió a hacer una buena práctica en la víspera del partido, por lo que se empezó a gestar su retorno al equipo. Y la otra duda que se disipó rápidamente es la del “9”. Scaloni decidió que juegue Lautaro Martínez desde el arranque, una decisión que pudo haberle costado, pero que se ajusta estrictamente a la realidad: ¿qué otra cosa tenía que hacer Lautaro Martínez para merecer la titularidad?
Santafesinos en el banderazo argentino.
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Hablando de Lautaro Martínez, recordábamos luego de la victoria y los dos goles ante Perú, que fueron muy pocos los jugadores que habían convertido goles en los tres primeros partidos de la competición sudamericana y que el último fue Gabriel Batistuta. Esa marca la igualó Lautaro. Pero se le abría otra posibilidad: la de marcar ante Ecuador y alcanzar un record que sólo tienen 2 jugadores argentinos y que no se logra desde hace 67 años. Los únicos que hicieron goles en los primeros cuatro partidos de la Copa América, fueron Manuel Seoane en 1925 y Antonio Angelillo en 1957.
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Los cuatro grupos fueron ganados por entrenadores argentinos, lo cuál refleja claramente el gran crecimiento y gravitación que tienen los técnicos de nuestro país en el contexto sudamericano. Lionel Scaloni, Fernando Batista, Néstor Lorenzo y Marcelo Bielsa llevaron a Argentina, Venezuela, Colombia y Uruguay a ser los mejores de cada uno de los grupos de esta competencia. En caso de avanzar las selecciones con entrenador argentino, se igualará la edición 2015 cuando por única vez en la historia los cuatro mejores del torneo tuvieron directores técnicos de la misma nacionalidad: Gerardo Martino (Argentina), Ramón Díaz (Paraguay), Jorge Sampaoli (Chile) y Ricardo Gareca (Perú).
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Volviendo al banderazo, no faltaron los que se sentaron sobre el césped sintético de esa plaza para ofrecer sus productos. Las camisetas de Argentina se vendían a 50 o 60 dólares (esta última, la celeste y blanca tradicional con las tres estrellas), las banderas estaban en 30 y los gorros en 20 o 25.
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Hablando de precios, en un local de los tradicionales de comidas rápidas (hamburguesa, papas fritas y gaseosa), se podía almorzar o cenar por 10 dólares. Si algo está realmente caro es el Uber. Las distancias son considerables, pero, por ejemplo, moverse desde el Aeropuerto hasta la zona del estadio, estaba en alrededor de 60 dólares. La solución era tomarse el Metro desde el mismo aeropuerto hasta el downtown y, desde allí, un Uber al estadio no superaba los 20 dólares.
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