Sergio Hernández: "Plantearse el objetivo de una medalla es como jugar un número a la lotería"
El entrenador del seleccionado argentino que estará en Tokio habló en la previa de la competencia. "Es un evento que excede lo deportivo, excede la misma competencia", detalló con respecto a los Juegos Olímpicos.
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22:10
Los Juegos Olímpicos de Tokio ya aparecen en el horizonte. Solo quedan los últimos pasos para que comiencen a andar. Y en ese camino hacia el evento deportivo más deseado se encuentra el seleccionado argentino de básquetbol. El conductor de ese grupo es Sergio Hernández, quien asisitirá por cuarta vez a una cita olímpica: fue el entrenador principal en Pekín 2008 y Río 2016, y asistente de Julio Lamas en Londres 2012. La alegría y el orgullo que siente Sergio por esta nueva oportunidad se refleja en su rostro.
"Todavía lo vivo de manera incrédula, como me pasa en general con mi vida y con mi carrera. A veces me parece que lo que me pasó, le sucedió a otro. Me acuerdo que en mis primeros Juegos Olímpicos, en 2008, hablaba con algunos deportistas que me decían 'es mi tercer Juego Olímpico' y yo pensaba que eso era un gran privilegio, una locura, algo casi imposible. Ya estar en uno es grandioso y ahora la vida me lleva al cuarto. Es increíble. Es la experiencia de vida más importante que tuve, sin contar el nacimiento de mi hijos", dijo Hernández en diálogo con ESPN.
Oveja, como apodan al entrenador argentino, explicó por qué le genera tanta satisfacción participar de los Juegos Olímpicos: "Es un evento que excede lo deportivo, excede la misma competencia. Tuve la fortuna de jugar semifinales, de ser medallista olímpico, pero nada se compara con las vivencias de unos Juegos Olímpicos, con esos 20 días de convivencia en la Villa Olimpica con gente de 200 países diferentes que van en busca de un objetivo. Esta experiencia te enseña a entender eso de que el éxito no siempre está emparentado con la victoria ni el fracaso con la derrota, sino que el éxito y el fracaso tienen que ver con tu performance, con si conseguís o no tocar tu techo. Y eso la única gesta que te lo demuestra con creces son los Juegos Olímpicos porque ahí ves, por ejemplo, festejar a un atleta que obtuvo el puesto 80 en una carrera. Es una fiesta y además es una expresión sociocultural y deportiva poderosísima. Los que la podemos vivir de adentro somos privilegiados y ojalá fueran más las personas que pudieran vivirla".
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Argentina consiguió el subcampeonato en la Copa del Mundo de China en 2019. El equipo de Hernández mostró uin juego de alto vuelo hasta que se encontró con la superioridad de España en la final. Esa imagen que el seleccionado albiceleste le ofreció al mundo es la que genera altas expectativas por lo que pueda hacer en Tokio. Pero Hernández no se deja encandilar por las luces del pasado.
"Plantearse un objetivo, como el de ir a buscar una medalla o estar entre los cuatro mejores, sería como jugar un número a la lotería. Es un torneo de 12 selecciones, con Eslovenia y España en nuestra zona, tenés a Estados Unidos, Australia, potencias mundiales durísimas. Además, la diferencia con los africanos y asiáticos se redujo muchísimo. Por ejemplo, está Japón con un entrenador de primer nivel internacional como es Julio Lamas y jugadores como Rui Hachimura y Yuta Watanabe, que están en la NBA, que no sería sorpresa si le gana a un equipo con más historia. Entonces, la única opción que tenés clara es el hecho de tratar de subir un escalón en el nivel de juego", explicó el coach.
Y agregó: "Algunos pueden decir que si con el nivel que tuvimos en el Mundial fuimos subcampeones, si subimos un escalón seremos campeones olímpicos, pero no siempre pasa eso. Podemos jugar mejor que en China 2019 y no conseguir los resultados que obtuvimos ahí o al revés: jugar peor y volver a estar en la final. Lo que buscamos es ser mejores. Si estábamos orgullosos de nuestro bloque alto defensivo y cómo presionamos el balón, intentaremos hacerlo mejor. Si estamos felices por cómo corrimos el campo y usamos la regla de los primeros 7 segundos en los que intentamos anotar (fuimos el equipo que más puntos convirtió de ataque rápido y ataque secundario en el Mundial), también superarnos. Los rivales conocen nuestras virtudes y van a prepararse más que antes. Debemos abrazar más nuestra identidad. Pero, aunque hagamos todo eso, podemos perder. Y aún sin hacerlo demasiado bien, podemos ganar. Entonces, ponernos un resultado como objetivo sería contaminar el camino. Tenemos clarísimo que ganar o perder no depende solo de nosotros. Ojalá fuera así, porque seríamos campeones del mundo: somos serios, nos entrenamos, tenemos compromiso, estamos en una ciudad atractiva como Las Vegas y sin embargo trabajamos todo el día. En definitiva, nos comportamos como un equipo de alto rendimiento. Lo que sí depende de nosotros es el juego y ahí no podemos fallar".
A Sergio Hernández le parecía increíble poder estar, en 2008, en los Juegos Olímpicos. Le sorprendía hablar con deportistas que hubieran participado en múltiples oprtunidades. En pocos días, Oveja verá una vez más desde muy cerca la llama olímpica encendida.