Por Mateo Donnet
El ex campeón mundial de boxeo dio una master class en Piedras Blancas. Dijo, entre otras cosas, que "Santa Fe tiene de las historias más fuertes del boxeo argentino... O quizás la más fuerte".
Por Mateo Donnet
Días pasados, la ciudad de Santa Fe se vistió de gala y se dio un gran gusto al recibir a un referente muy querido, como Sergio "Maravilla" Martinez, para dar una masterclass de boxeo.
El quilmeño fue múltiple campeón del mundo y en 2012, protagonizó una de las peleas más impactantes y recordadas por el mundo del boxeo, llevada a cabo en Las Vegas. El boxeador argentino, con mucho valor y resistencia logró vencer a Julio Chávez Jr. en una pelea muy impredecible, proclamándose como nuevo campeón de peso medio.
"Maravilla" se hizo presente en Santa Fe, en el complejo de Piedras Blancas, ubicado en la Costanera Este de nuestra ciudad, para brindar una pequeña clase de boxeo a todos aquellos que quisieran asistir y aprender de sus amplios conocimientos sobre este deporte, que contó con la organización de EDEF Capacitaciones. Acostumbrados de ver a Martinez subido al ring y disputando campeonatos mundiales como boxeador profesional, se nos hace inusual verlo en esta nueva faceta donde se dedica a dar clases y charlas, con el objetivo de enseñar a los demás. Sin embargo, no cabe duda que lo hace de una manera excepcional, logrando transmitir su sencillez y calidez humana a las personas que están presenciado la clase.
En esta masterclass, Sergio busca motivar a las personas y hace énfasis en explicarles cosas esenciales sobre el boxeo, principalmente en lo importante que es, primero saber defenderse y luego intentar golpear al oponente. Además hace hincapié en lo primordial que es engañar al rival, para así, recibir la menor cantidad de golpes posibles y provocar al adversario. Para abordar este tema, menciona de ejemplo a una estrella mundial del fútbol como Lionel Messi. "Imaginense un partido de fútbol en cancha chica y arcos chicos, de a uno los voy poniendo enfrente de Messi, pero ustedes y él tienen la misma fuerza, potencia, agilidad, y cuando arranca el partido le dicen a Messi que no vale amagar. Lo arruinás a Messi, porque Messi te engaña. Él te amaga, te tira el cuerpo para un lado y va para el otro. En el boxeo es lo mismo, mostrar una cosa y hacer otra".
Previo al comienzo del evento, tuvimos la posibilidad de compartir unos minutos con Maravilla y abordar temas como, la cantidad de boxeadores que llegan de lugares humildes o de los referentes nacidos en Santa Fe que tuvo este deporte, entre otros.
- Hay muchos casos de boxeadores que provenían de la pobreza y necesidad, los cuales buscaban progresar económicamente con el boxeo. ¿Crees que hoy en día esto sigue siendo así? ¿Por qué pensás que elegían este deporte para poder salir adelante?
- Si, es común denominador que una persona que está incursionando en una carrera boxística haya salido de estratos sociales bajos. Relacionado con lo sociocultural también. Y creo que es un buen salvavidas. Yo también salí de un lugar muy bajo y como la gran mayoría, el 99 por ciento de la gente que hace boxeo es porque sale de unos estratos muy bajos y ve algo que despierta pasión. Uno boxea también porque siente que puede destacarse en algo en la vida. Es muy difícil destacarse en algo o sentir que se destaca uno, saliendo de unos lugares como habitualmente salimos los boxeadores. Entonces hay como un poquito la búsqueda del cariño, la búsqueda de la aceptación del papá. Y el ver que poco a poco la vida comienza a tornarse en algo que no tiene color a nada y está rodeado de mucho dolor, como los golpes, pero de repente uno empieza a ver que puede llegar a trascender, puede destacarse a nivel nacional y quién sabe si a nivel internacional, entonces se empiezan a abrir las posibilidades a nivel mundial. Está buenísimo porque uno va conociendo un mundo que, si no es por el boxeo, no lo conoce. Un boxeador, si no es por eso, porque justamente es boxeador, no lo podría conocer jamás.
"Uno boxea porque siente que puede destacarse en algo en la vida" - Sergio Martínez, ex campeón mundial de boxeo
- ¿Vos a qué edad empezaste en este deporte? ¿Cómo fue y que te llamó la atención para arrancar a practicarlo?
- Comencé a los 20 años a boxear. Tengo a mi familia de Santa Fe, mi madre santafesina, mis tíos, boxeadores de Santa Fe. Entonces, el boxeo, en mi familia, es religión. El boxeo en mi familia es a la orden del día, siempre se habló de eso, al igual que el fútbol. Y si bien comencé a los 20 años a practicarlo, comencé a competir, nunca antes había entrado a un gimnasio de boxeo, pero yo ya hablaba, sabía, escuchaba, entendía todo sobre boxeo. Yo nací y ya sabía lo que significaba el boxeo, ya entendía qué es lo que pasa con el boxeo. Entonces me resultó un mundo bastante conocido y me fue tentador… Y me fue tentador porque vi que, al final, era un poco más fácil y menos duro de lo que parecía desde lejos.
- Grandes referentes del boxeo como Monzón, el Zurdo Vázquez, el Chino Maidana y el Tata Baldomir, son de Santa Fe. Como referente, ¿qué me podes decir de estos nombres tan importantes para el boxeo?
- Son la página importante, dentro de 50 años se va a seguir hablando de ellos, va a seguir hablándose de boxeadores históricos y que marcaron una época. Coggi marcó una época, el zurdo Vázquez… Monzón, bueno, ni hablar de Monzón, lo mismo con el Tata Baldomir. Santa Fe tiene una escuela de boxeo que es espectacular, a nivel historia es espectacular y creo que probablemente de las más fuertes de Argentina, si no es que se trata de la más fuerte.
- ¿Qué consejo le darías a esos jóvenes que recién arrancan y su sueño es poder llegar a lo más alto?
- Que entrenen. Lo que me dijeron un día a mi es: "Te puede traicionar cualquier persona, cualquiera, te puede traicionar un conocido o un desconocido, pero nunca el gimnasio, el gimnasio jamás te va a traicionar". Entonces refugiáte, utiliza el gimnasio como refugio. Cuando todo el mundo se vaya a entrenar, compartí los entrenamientos, pero cuando todo el mundo descanse, quedáte un ratito más. Cuando todos se vayan de vacaciones, andá a entrenar, nunca dejes de entrenar. Yo lo hice así y me fue bien. Y lo digo en cada ocasión que tengo, porque capaz que así también le va a ir bien a otra persona.
La pelea entre Maravilla Martínez y Julio César Chávez Jr había levantado una expectativa enorme, pues se calentó por meses, quizás años, donde el argentino fue despojado de un título mundial para convertirlo en honorario. Eso le dio un aderezo adicional al combate de setiembre de 2012 que generó una atmósfera de pelea grande.
"La pelea contra el hijo de Chávez había generado mucha expectativa por el carisma y el alto perfil que cultivaba Martínez: entradas agotadas y una recaudación millonaria", describe Walter Nelson, el brillante relator de fútbol y boxeo. "Entre el público había cerca de cinco mil argentinos, ignotos, fanáticos del boxeo y famosos como Susana Giménez, Tinelli y Luciano Castro entre otros. Todo ese clima -que me remontaba a las épocas doradas del boxeo- me generó una euforia distinta".
La forma en la que se desarrolló la pelea, con un dominio total de Maravilla, terminó en un drama total. "Maravilla controló casi toda la pelea y fue tan abrumadora su supremacía que por momentos parecía una exhibición", describe Nelson. "Durante el séptimo round fue tal la paliza que le propinó al mexicano, que para Pagani ese asalto 'lo tendrían que pasar en todas las escuelas de boxeo'".
Pero el último round, Chávez Jr alcanzó a Maravilla, que se fue a la lona. Sergio se levantó, lastimado físicamente, pero más aún, herido en el orgullo, y se quedó a intercambiar con Julito. Ahí fue cuando Walter Nelson entró en pánico.
"Faltaban sesenta y tres segundos para el final, cuando Maravilla cayó por un golpe y casi pierde por nocaut", recuerda el narrador. "Y ahí fue cuando inmortalicé el 'salí de ahí, Maravilla'. Le gritaba 'abrazalo, trabalo', un reflejo de mi estado de ánimo que sobrepasó mi trabajo de periodista. 'No puedo abstraerme de la emoción', dije cuando sonó la campana, convencido de que Maravilla había ganado. 'Una pelea inolvidable, propia de una película -dije antes de que anunciaran el fallo, y una vez que lo dieron, agregué-: Siento una emoción que me recorre todo el cuerpo. Es imposible abstraerme de todo esto'. Admito ahora que si el resultado hubiese sido adverso para el argentino, también hubiera significado un problemón para mí".
El drama del final con la banda sonora del pánico en la voz de Walter Nelson se convirtieron en la escena perfecta que se viralizó alrededor del mundo.
"Cuando terminó la pelea, me fui a cenar con mi mujer y al encender el celular, tenía decenas de notificaciones y mensajes", recuerda Nelson en su libro. "Ahí comencé a dimensionar la repercusión que había generado la transmisión. 'No sabés lo que es esto. La rompiste, papá', me gritaba exultante mi hija, que estaba en Buenos Aires y de gente que no conocía en persona, como Ignacio Scocco, que estaba en concentración de Ñuls", señaló el hombre que inmortalizó aquella frase: "¡Salí de ahí, Maravilla...!.