Sócrates fue durante dos décadas uno de los símbolos de una de las "eras doradas" de la selección brasileña de fútbol, cuyo estilo alegre y ofensivo encantó el planeta, especialmente en el Mundial de España 1982.
El fracaso en el intento de la "verdeamarela" de conquistar el título en España -que se repitió en México 1986- no borró el encantamiento dejado por el equipo dirigido por Telé Santana y comandado por estrellas como Zico, Paulo Roberto Falcao y por el mismo Sócrates, que está hasta hoy considerado como uno de los mejores que ha formado Brasil en su historia.
Sócrates, que falleció hoy a los 57 años, era el líder intelectual del grupo. Originario de una familia de clase media, nació en la amazónica ciudad de Belém el 19 de febrero de 1954, e ingresó en la Facultad de Medicina antes de dedicarse a la carrera futbolística, iniciada en 1974 en el modesto equipo de Botafogo de Ribeirao Preto.
Allí llamó la atención de todo el país por su talento natural con la pelota: a raíz de los estudios universitarios, apenas comparecía a los entrenamientos, pero pese a ello fue la figura más destacada del equipo que, bajo su comando, conquistó el título de la primera ronda del Campeonato Paulista de 1977.
"Sócrates jamás hizo esfuerzo para ser un crack: sencillamente, lo era", resumió una vez una revista brasileña al aludir al escaso interés del jugador por los entrenamientos y a su pública adicción al tabaco y a la cerveza. El propio jugador lo confirmó en una entrevista con la agencia dpa en 1984: "No soy un atleta. Soy un artista del fútbol".
A partir de 1978, cuando fichó por el popular club Corinthians, debió abandonar la universidad, pero no sus numerosos intereses extrafutbolísticos, en especial la política. Utilizó la fama para manifestar abiertamente sus posiciones de izquierda y de oposición a la dictadura militar que gobernaba Brasil desde 1984.
Fue además el máximo líder del único gran movimiento ideológico de la historia del fútbol brasileño, la "Democracia Corinthiana", que logró que los dirigentes del club paulista aceptaran que todas las decisiones importantes fueran sometidas a la votación por parte de los jugadores, que se convirtieron así en "cogestores" del equipo.
El experimento fue exitoso: estimulados por el ambiente de libertad, los jugadores conquistaron el bicampeonato paulista en 1982 y 1983, e inspiraron el creciente movimiento popular por la redemocratización del país que movilizó a millones de personas en los mítines por elecciones directas en 1984 y llevó al fin de la dictadura militar en 1985.
El ex futbolista, cuyo nombre completo era Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, participó intensamente en el movimiento denominado "Directas Ya" antes de trasladarse en 1984 al equipo italiano de Fiorentina, donde jugó solamente una decepcionante temporada.
Regresó a Brasil en 1985 y todavía jugó por Flamengo, Santos y Botafogo de Ribeirao Preto antes de colgar los botines en 1989 y concluir sus estudios de medicina.
Pasó a trabajar como médico, pero no abandonó totalmente el fútbol: trabajaba como comentarista deportivo en la estatal TV Cultura de Sao Paulo y escribía una columna para la revista semanal "Carta Capital", de tendencia izquierdista.
Además, siguió activo en la política como militante del socialista Partido de los Trabajadores (PT) del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva y de la actual mandataria brasileña, Dilma Rousseff.
En los últimos años se le diagnosticó una cirrosis hepática, causada precisamente por el alcohol, y entre agosto y septiembre de 2011 debió ser internado dos veces con hemorragia digestiva. El alcoholismo impidió incluso que pudiera inscribirse como candidato a un trasplante de hígado, para lo cual debería cumplir al menos seis meses de abstinencia.
El 27 de agosto, al abandonar el hospital después de su primer internamiento, prometió cambiar de vida y abandonar el alcohol: "Estoy dispuesto a curarme. Tuve una oportunidad para renacer y voy a lograrlo". Pero ya fue demasiado tarde.
Fuente: DPA