El estadounidense Tiger Woods, uno de los mejores golfistas de todos los tiempos, no enfrentará cargos por conducción imprudente luego del accidente automovilístico que sufrió el pasado martes y le dejó graves lesiones en una pierna, ya que no hay evidencia de que manejara bajo efectos del alcohol o de drogas, informó la policía de Los Ángeles.
"Un cargo de conducción imprudente contiene muchos elementos, esto es puramente un accidente", dijo a la prensa Alex Villanueva, sheriff del condado de Los Ángeles, quien agregó "la máxima sanción que podría recibir Woods sería por una infracción vial en caso de que los investigadores constaten que manejaba a mayor velocidad de la permitida o tuvo una falta de atención al volante".
Una conducción imprudente es más que una infracción, es un delito menor que tiene muchos elementos adjuntos y no hay nada de eso tras los análisis que se le realizaron a Woods.
Tiger, de 45 años, se estrelló solo con su vehículo cuando circulaba a primera hora de la mañana del martes último por una sinuosa carretera al sur de Los Ángeles (California) y no hay evidencias de que hubiera manejado bajo los efectos del alcohol o algún tipo de droga.
El jefe policial avanzó que espera contar para la investigación de las causas del accidente, que podría prolongarse por varias semanas, con los datos registrados por el flamante vehículo que manejaba Woods.
En principio el vehículo podría haber circulado a mayor velocidad de la permitida en la zona, que era de 72 kilómetros por hora, cuando chocó contra una señal, cruzó dos carriles de tránsito en sentido contrario y cayó en un barranco.
Woods, una de las mayores figuras de la historia del golf con 15 victorias de Grand Slam, tuvo que ser extraído a través del parabrisas por los equipos de rescate, que lo trasladaron a la clínica Harbor-UCLA Medical Center en donde fue operado de urgencia por heridas graves en su pierna derecha.