"Estamos trabajando una hipótesis en caso de poder volver en julio"
El Presidente de la Unión Argentina de Rugby se refirió, entre otras cosas, a las posibilidades que se manejan, teniendo en cuenta la cuarentena vigente, para retomar la actividad deportiva. El apoyo a Pichot en la elección de Worl Rugby. El crecimiento del rugby femenino.
Mauricio Garín Claro apoyo. Pichot demostró que tiene una mirada más abierta y tendiente a impulsar el desarrollo , dijo Rodríguez.
Al igual que todas las competencias deportivas, el rugby no es la excepción y se encuentra en un momento de stand by por la pandemia que afecta al mundo entero. Lo único activo, es la elección que se lleva a cabo por estos días, para elegir al nuevo presidente de World Rugby (WR), donde Agustín Pichot es uno de los candidatos (el otro es el actual “Chairman”, el inglés Bill Beaumont).
A toda esta situción, lógicamente, no está ajeno el sanjuanino Marcelo Rodríguez, presidente de la Unión Argentina de Rugby. Rodríguez, jugó de centro en Universidad Nacional de San Juan, desde mediados de los ‘80 a mediados de los ‘90. Hasta los 39 años.
Su vida dirigencial comenzó, casi en paralelo, con sus últimos años como jugador, donde comenzó a formar parte de la comisión directiva del club. Después fue presidente, posteriormente pasó a la Unión Sanjuanina y luego a la UAR. Es decir que casi que fue todo continuado: dejar de jugar e involucrarse en la dirigencia.
Preside la Unión Argentina de Rugby desde marzo de 2018, es decir que le quedan dos años de gestión.
—Imposible imaginarse un contexto como el actual.
—Creo que lo que pasó ahora, no lo imaginó nadie en la vida. Este contexto con la situación de pandemia, el juego parado en todo el mundo. Es algo que nos sorprendió a todos de una manera terrible. A lo mejor vemos ahora una película de ciencia ficción y nos hace recordar un poco este momento. Pero la verdad es que ninguno de los que estamos en el deporte nos imaginábamos estar en una situación como esta.
Las elecciones en WR
—¿Qué se puede llegar a dar en las elecciones de World Rugby?
—Un mecanismo novedoso, porque nadie tenía pensado que sucediera de esta manera. Se implementó un procedimiento de llevar a cabo las elecciones por un modo virtual que es muy especial, inédito. Todos estamos atentos para que este proceso termine en forma exitosa, más allá de la incertidumbre que se genera al votar así. Es una metodología compleja y novedosa.
Más allá del proceso técnico y administrativo, creo que estamos ante una situación que, tanto como argentino, pero como miembro de una comunidad global de rugby, estamos ante circunstancias únicas. Es un gran momento, y no sólo porque Agustín (Pichot) sea nuestro candidato, sino que es un buen momento para cambiar las cosas en el mundo, y todos lo están entendiendo, y por eso son las grandes chances que tiene él de ser “Chairman” de World Rugby.
Gran parte de la comunidad mundial lo respeta enormemente, lo conoce a Pichot no solo como figura deportiva, sino como una energía enorme para generar transformaciones y confía en sus proyectos. Que es muy desafiante para la estructura actual que viene gobernando a WR desde hace décadas.
El proyecto de Agustín es muy difícil dejar de observar y considerar como algo trascendente para el rugby mundial. Pararse en una posición de ‘dejemos todo como está y que nada cambie’, como es la propuesta del actual presidente Bill Beaumont, es algo que en una sociedad del siglo XXI es muy difícil de aceptar.
—¿Qué escenario imaginás con tal o cual presidente?
—Si Bill (Beaumont), gana las elecciones, nada cambiará. El rugby seguirá siendo como es, no habrá grandes cambios, tampoco un rugby más inclusivo. Seguirá el status quo, porque el Seis Naciones tiene todo muy atado, no quiere que nada se modifique, pretende acaparar todos los recursos y la atención mundial. Mientras que si gana Pichot, demostró que tiene una mirada más abierta tendiente a impulsar el desarrollo de los países que hoy no tienen la competencia adecuada. Y además, generar las posibilidades de una participación más igualitaria. Sin garantizar nada a nadie, más que su propio esfuerzo, pero que depende del desarrollo de cada una de las naciones donde llegará con su competencia. Y eso es lo que, entre otras cosas, está garantizando Agustín. Lo demostró cuando hizo una tremenda gestión con el rugby femenino a nivel mundial, la inclusión del rugby en los Juegos Olímpicos después de 92 años. O sea, evidentemente tiene convicciones claras y está representando el pensamiento en gran parte del mundo.
—Teniendo en cuenta la opinión de Agustín Pichot (que no está de acuerdo), ¿ las ventanas, de junio/julio y noviembre, pueden no estar más a la larga?
—El formato de la competencia novedoso, y propuesto por Agustín, el año pasado, no significa que no vayamos a contar nunca más con partidos internacionales en territorio argentino. Sino por el contrario: tiene que ver con la forma y por qué se compite. La competencia en el mundo fue planteada por niveles, y con ascensos y descensos, y esto es lo que realmente fue revolucionario y rechazado por el Seis Naciones, privilegiando más su negocio que la competencia deportiva.
Por eso quiero enfatizar en este punto: porque en el modelo de competencia, están previstos los partidos internacionales en un calendario adecuado para poder convivir con las ligas profesionales, con la competencia en los clubes y a la vez tener competencia internacional de primer nivel y más atractiva que la actual. Donde se compita por mantener una categoría, y los que lo hacen por debajo del nivel Tier 1, tener la aspiración a jugar alguna vez con los mejores del mundo. Ese es el cambio esencial que tenía el modelo propuesto por Pichot.
—¿El Súper Rugby es imposible en el interior?
—Es difícil que pudiera darse esa circunstancia, sobretodo por temas de logística y especialmente por tema de costos. Los equipos del Súper Rugby, viajan permanentemente por todo el mundo y eso genera un desgaste importante. No lo veo en el corto plazo. El hecho de tener la sede en Vélez, fue parte de las negociaciones y para mayor comodidad. No obstante, nada está escrito en piedra, y alguna vez eso puede cambiar.
En nuestro país
—¿Qué puede pasar con los torneos regionales, interior, nacional? ¿Hay planes previstos?
—Como todos sabemos, lo que decidimos fue priorizar la salud de todos los jugadores y toda la comunidad del rugby. Entonces fuimos uno de los primeros en parar toda la actividad deportiva en el país. En este sentido, tuvimos el apoyo unánime de todas las uniones. El 30 de marzo realizamos una asamblea, de forma virtual, con las 25 uniones, y el apoyo fue total. El rugby argentino está absolutamente unido de cara a esta realidad que tenemos que enfrentar.
Pero dentro del marco de enorme incertidumbre que tenemos todos, hay algunos planes que vamos modelando a medida que la realidad va cambiando, y en caso de arrancar la competencia, de qué manera lo haríamos. Esto lógicamente tiene que ver con la época del año en que se reanude la competencia; habrá que dejar tiempo para que los equipos se preparen; o sea, en función de las semanas disponibles que le queden al año, establecer los mejores formatos.
Hoy estamos trabajando una hipótesis, en caso que pudiéramos arrancar en julio. En ese caso, podríamos jugar torneos regionales más reducidos, que puedan generar los procesos de clasificación necesarios para disputar el Interior y el Nacional de Clubes. Estos últimos son torneos de jerarquía, televisados, lo cual le permite a los clubes tener a sus equipos compitiendo con los mejores del país.
—El Argentino de seleccionados, ¿ya es historia?
—Fue un torneo que hasta cierto momento tenía un sentido y era realmente importante disputarlo, porque entre otras cosas le permitía a los entrenadores de los equipos seleccionados, tener en la cancha a los mejores jugadores, y realizar la captación de talentos.
Hoy el sistema del rugby argentino cambió, y el sistema de detección de talentos es mucho más amplio y abarcativo que un torneo, y se priorizó a la competencia de clubes porque involucra a una mayor cantidad de jugadores. Cuando la competencia se circunscribe a selecciones provinciales, es un grupo de 35 o 40 jugadores, mientras que cuando es por clubes, esto se multiplica considerablemente.
Pablo Aguirre Rugby femenino. La prioridad es continuar con el crecimiento de los últimos años.
Rugby femenino. La prioridad es continuar con el crecimiento de los últimos años. Foto: Pablo Aguirre
Rugby femenino
—¿Qué planes hay para continuar con el crecimiento?
—Era una asignatura pendiente para el rugby argentino. Había que ponerse con un plan por delante para hacer un desarrollo más firme, sostenido y sustentable con el tiempo. Eso fue lo que hicimos con la UAR, estableciendo una fuerte actividad de difusión y también formatos de torneos atractivos.
Creo que la respuesta del rugby femenino fue inmediata, porque el crecimiento se dio en forma exponencial. Las chicas estaban ávidas de tener un espacio para jugar y competir, y al haberlo generado, la respuesta fue instantánea. No tengo dudas que va a seguir creciendo en el futuro. Ya estamos por encima de las 6000 chicas que juegan, y cada vez hay mayor cantidad de iniciativas en los clubes para integrar la disciplina. llevará un tiempo más, pero estamos felices porque el último año tuvimos un crecimiento del 15%, después de un gran 2018, en 2019 consolidamos lo hecho.
Debemos seguir apostando al juego de 7, que favorece y facilita el crecimiento en todos los clubes de Argentina y con expectativas de cuando se reanuden las actividades podamos aprovechar las semanas del año que queden al máximo.