En su relato, Strassburger narra: “Cuentan que la marca registrada del ‘Trinche’, la jugada por la cual se lo distingue y recuerda, es tan idílicamente futbolera que parece urdida en una convención de escritores estilo Soriano, Sasturain o Fontanarrosa. Una destreza que a Maradona o a Messi no se les vio nunca (la ‘Pulga’ todavía está a tiempo). Y que consiste en hacerle un caño al rival; y enseguida, en la misma jugada, hacérselo de nuevo. Ida y vuelta. Uno por acá, otro por allá. Como un torero. El doble caño sin duda es el epicentro de su leyenda, el mito que con apenas cuatro partidos en Primera, se las arregló para figurar entre los más talentosos de la historia local. Ahí nomás, junto a Maradona, Bochini, Alonso o Houseman, por nombrar sólo a sus contemporáneos”.
“¿Cómo puede ser? ¿Cómo es que un jugador del que no se conservan registros audiovisuales y pocas crónicas deportivas sea reconocido de esta manera? Porque no se trata sólo de exagerados bienintencionados o de caprichosos queriendo erigir a un desconocido; también verdaderas autoridades, palabras de peso dentro del fútbol lo avalan y agigantan. Menotti, por ejemplo, que llegó a convocarlo para la Selección, no escatima elogios: ‘Carlovich no llevaba la pelota. La pelota lo llevaba a él. Una pelota que parecía inteligente, que disfrutaba de hacer cosas artísticas y arrastraba atrás a un futbolista’. Griguol, que lo conoció por compartir la misma ciudad, suele afirmar que es el jugador ‘más maravilloso’ que vio en su vida. Fillol, que lo enfrentó una vez, dijo: ‘El mejor cinco que vi jugar’. Pekerman, cada vez que lo consultan, lo incluye en su equipo ideal de todos los tiempos. Y Maradona, cuando tuvo su fugaz paso por Newell’s y un periodista local quiso celebrarlo, respondió: “Desde que llegué me dicen que el mejor ya jugó en Rosario y es un tal Carlovich”.
Anécdotas que definen al “Trinche”
Cierta vez no concurrió a la convocatoria de Menotti a la Selección, supuestamente por preferir irse de pesca, aunque Carlovich luego dijo: “No es cierto. Nunca me gustó la pesca”; de todos modos, nunca negó el hecho de haber pegado el faltazo.
En una ocasión, el “Trinche” relató: “Un día subo a un taxi y cuando le indico al conductor la cancha de Central Córdoba me mira por el espejito y pregunta: ‘¿Lo conoce al Trinche Carlovich?, es amigo mío’. Cuando me bajo le digo: ‘Si lo ve, mándele saludos”.
Su accidentado paso por Colón
El “Trinche” Carlovich se puso la camiseta de Colón por primera vez el 10 de abril de 1977, en Parque de los Patricios, en el partido en el que el equipo dirigido por el “Vasco” Urriolabeitia empató 1-1 con Huracán. A los seis minutos de juego se lesionó y fue reemplazado por Ángel Leroyer. En su segunda experiencia con el sabalero no le fue mejor. El 14 de agosto de 1977, Vélez se impuso 2 a 0 en cancha de Ferro. Apenas jugó 33 minutos y tuvo que dejar la cancha por otra dolencia física. Lo reemplazó Martín Rico.
En una nota al diario Clarín, Carlovich señaló: “En Colón me desgarré primero contra Huracán, en una jugada linda, se la había pasado por encima de la cabeza a Ardiles y, cuando la fui a buscar, sentí el tirón. Después me lesioné contra Vélez. Me la había dado la ‘Chiva’ Di Meola, y al ver que un marcador venía a matarme, amagué a salir, frené y lo hice pasar de largo como colectivo lleno, pero cuando arranqué, ¡track!, el aductor. La rodilla también se me jodió, en fin, cosas que pasan, pero la gente me quería igual. Algunos no creían mi lesión, pero tenía un derrame impresionante, un moretón hasta el tobillo, una pena”.