Por Germán Viganotti
El tatengue cierra un 2021 que quedará en la historia para siempre. Campeonato, ascenso y presente en la Liga Nacional de Básquet.
Por Germán Viganotti
Sin dudas que para el mundo del básquet rojiblanco, los próximos brindis no serán uno más; es que el Tatengue cierra un año en el cual vivió momentos históricos al obtener el tan ansiado ascenso a la máxima categoría del básquet nacional.
Más allá de ese premio, fue la consolidación de un proyecto que comenzó hace muchos años, con dirigentes y colaboradores, los cuales algunos están y otros por distintos motivos no, pero que siempre el objetivo fue claro: mantener el equilibrio, potenciar las divisiones formativas y sostener un proyecto a largo plazo, sustentable y sin fisuras económicas, que hoy se ve reflejado en este presente de Liga Nacional.
Desde aquel 11 de enero, día en el que comenzó la pretemporada, con un cuerpo técnico pura y exclusivamente santafesino, comandado por Juanfra Ponce y teniendo laderos que además de ser grandes profesionales, tuvieron el plus de poner el objetivo y el nombre del club por encima de todo. En el ambiente se palpaba algo, había ese olorcito a que se había armado en la previa un plantel con base en jugadores del club, y potenciado por jugadores de experiencia en la categoría. Así Francisco Alloatti, Jordi Godoy, Julián Salaberry, Matías Borsatti, Pablo Bandeo, Matías Rippstein, Andrés Jaime, Nicolás Reynoso y Jerónimo Díaz Muller sumados a los foráneos Erbel De Pietro, Gastón Bertona, Sebastián Uranga, Maximiliano Martín y Cristian Scaramuzzino conformaron la plantilla Tatengue que dio el salto inicial venciendo nada más ni nada menos que a su eterno rival en el Ángel Malvicino.
Un plantel que siempre supo que el equipo estaba por encima de cualquier individualidad y que sede tras sede (porque no hay que dejar de lado que el desarrollo de la Liga Argentina fue en modo de burbujas y en sedes, por lo que la convivencia fue fundamental al pasar tantos días lejos de casa y en concentración) fue consolidando su identidad de juego, su visión y misión a la hora disputar cada uno de los encuentros, que encontró su punto máximo justo antes de los playoffs en la lejana Salta, donde ganó los tres encuentros y a la vuelta se aseguró el "1" en la tabla de posiciones al vencer como visitante a Echagüe.
Como todo equipo tuvo sus baches, como por ejemplo en la mitad del torneo cuando las lesiones de Francisco Alloatti y luego la de Sebastián Uranga (dos estandartes del equipo) le trajeron dolores de cabeza al cuerpo técnico. Se sumaron a mitad de temporada Cedric Blossom y Miguel Isola. El norteamericano fue fundamental en la conformación del quinteto inicial, y el salteño, un viejo conocido en el equipo que aportó lo suyo dentro de la cancha pero fue clave fuera de ella. Y para la recta final llegó el pampeano Leonardo Lema, sin dudas un gran refuerzo para el equipo.
Se vinieron los durísimos playoffs en Córdoba, 15 días fuera de casa, en los cuales se superó a Estudiantes de Tucumán (2-1), Ameghino de Villa María (2-0) y en la final se sufrió pero se gritó campeón de la Conferencia Norte al vencer 2-1 a Villa San Martín de Resistencia.
Luego llegaron las finales en Capital Federal, ante un difícil rival como Villa Mitre de Bahía Blanca que lo puso contra las cuerdas. La jugada del final del cuarto juego quedará en la memoria de todos con el recordado doble de Lema tras una quirúrgica asistencia de Andrés Jaime para forzar el tiempo suplementario y tras eso la victoria y coronación luego de 8 largos meses de arduo trabajo que finalizaron como todos lo esperaban en la institución de la avenida: con el ascenso a la Liga.
No hubo demasiado tiempo de festejos, ya que el Tate al haber finalizado más tarde su campeonato, tuvo unos días de descanso y prontamente llegó el momento del armado del plantel para la temporada 2021-22.
Se mantuvo parte de la base que había obtenido el ascenso y se sumaron nuevos jugadores con conocimiento de la división, por caso Christian Schoppler y Gonzalo Torres, y un desconocido Jeantal Cylla, que llegó desde Arkansas (EE.UU.) y en base a buenos juegos se ganó la titularidad.
Comenzó el Súper 20, con Unión codeándose con equipos históricos como Ferro, Gimnasia de Comodoro y Peñarol, venció como visitante al pentacampeón San Lorenzo y luego fue organizador de una de las sedes recibiendo a equipos como Obras y Boca.
El balance de estos nueve juegos les permitió a los dirigentes en conjunto con el cuerpo técnico realizar una radiografía del plantel y sumar a tres americanos. En primer término se sumaron Dallas Morgan y Jervón Pressley, aunque este último no cumplió con las expectativas puestas en él, fue cortado y en su reemplazo arribó Justin Everett.
Sin dudas que el balance en estos primeros 14 juegos no es el esperado en base a resultados y puntos en la tabla de posiciones. El equipo ganó 5 y perdió 9; pero más allá de eso, en el juego se encontró por momentos con gran despliegue de básquet, de juego asociado y colectivo. También está a las claras que la adaptación a la categoría le llevará un tiempo más, que hay partidos en los cuales el equipo no mereció perder y por distintos motivos terminó cayendo.
Llegaron las vacaciones y el momento de descansar un poco para el mundo basquetbolístico tatengue que atravesó un año difícil en lo económico, que consiguió el ascenso y que está dejando buenas presentaciones en la Liga. Sin dudas que hay varias cosas por corregir, pero que el 2021 será un año histórico para la institución, de eso nadie duda.