Miércoles 29.12.2021
/Última actualización 14:48
El presidente de Unión, Luis Spahn, se dedicó en estos últimos tiempos a hablar un poco más de fútbol, del proyecto, de la inserción de jugadores del club. Contando los propios y aquellos que se sumaron en los últimos tiempos y por los cuales Unión hizo importantes erogaciones -caso los jugadores que vinieron de Boca- son 15 con edad de Sub 23 que han tenido su oportunidad. Cañete, Portillo, Vera, Calderón, Juárez, Zenón, Luna Diale, Machuca, Gastón González, Roldán, Nardoni, Esquivel, Comas, Ceratto y hay que sumar también a Cordero, más allá de que el rendimiento de éste último no ha sido satisfactorio. Algunos arrancaron con Madelón, otros con el Vasco Azconzábal y varios de ellos tuvieron continuidad y crecimiento con Munúa.
A propósito de Munúa, las últimas decisiones deportivas que se adoptaron en Unión fueron altamente positivas y claramente responsables del final feliz que tuvo este 2021. Primero, recurrir a una secretaría técnica; segundo, la elección de un entrenador como este uruguayo que le dio lógica e identidad al equipo.
Cuando la trilogía integrada por Battión, Limia y Amut asumieron la secretaría técnica se encontraron con un equipo inestable, lleno de dudas y con un técnico que se había consumido en su propio laberinto. Había que darle un corte final al ciclo. Spahn lo reivindicó a Azconzábal, señalando que "se inmoló por el proyecto, asumiendo el compromiso de poner a los juveniles". Algo de cierto hay, pero tampoco se debe olvidar que el Vasco trajo a varios jugadores de experiencia que no anduvieron bien y que, supuestamente, iban a convertirse en el sostén de los más jóvenes.
Cuando se cayó lo de Repetto, enseguida tenían a mano -la secretaría técnica- a Gustavo Munúa. Su llegada fue altamente positiva. Tomó un equipo que había recuperado confianza con dos victorias de la mano de Mosset. Le dio una línea de juego, mantuvo una formación medianamente estable -algo que con el Vasco no ocurría- y tuvo a su favor el resto de los resultados de aquellos equipos que pretendían un lugar en la Sudamericana. La gran victoria en el clásico fue el broche de oro que lo llevó a una clasificación para el torneo internacional que excede las expectativas y confirma el éxito del proceso. Además, se descubrieron jugadores de abajo que pueden no sólo ser figuras ya -algunos lo han demostrado claramente, como Gastón González- sino convertirse en un recurso económico extraordinario que Unión necesita para sus finanzas, siempre que se vendan bien y no se cometan los errores de antes.
Pablo Aguirre La nueva tribuna sur lució la concreción de la platea alta en este 2021. Los trabajos continúan con obras importantes en la estructura y los palcos.La nueva tribuna sur lució la concreción de la platea alta en este 2021. Los trabajos continúan con obras importantes en la estructura y los palcos.Foto: Pablo Aguirre
Unión arrancó este proceso a sabiendas de que en la parte inicial no había que pensar en el descenso porque se habían suprimido. La pandemia hizo que todos los clubes del fútbol argentino -sin excepción- le dieran oportunidades a sus canteras. Azconzábal había tenido un cierre de la Copa Maradona muy flojo pero el comienzo de la Copa de la Liga no fue malo: se convirtió en el penúltimo equipo en perder el invicto. De todos modos, no pudo entrar entre los cuatro primeros de una zona de 13, con lo que quedó afuera de la definición por no poder ganar el clásico de la última fecha en el Centenario, algo que sí hizo Munúa, en un final "espejo" que tuvo el equipo en los dos torneos de la temporada.
La medianía, la irregularidad, la inestabilidad, los cambios de jugadores y de esquema permanentes, algunas decisiones poco felices desde lo estratégico (ir a cambiar "palo por palo" con River en el Monumental o jugar con un esquema conservador con Estudiantes y Banfield de local) fueron el detonante para su salida. Pudo haberse ido antes, pero al jugar sin público, la presión disminuía. Igualmente, debió soportar el reclamo de los hinchas a la salida de un partido, en una situación inesperada y poco común en esos tiempos de canchas vacías.
Con nueve jugadores plenamente identificados con el club, Munúa supo ganar el último partido y le puso broche de oro a un ciclo de once partidos dirigidos en los que tuvo algunas actuaciones que fueron muy buenas y otras no tanta, como la derrota previa al partido contra Colón, cuando cayó en Santiago del Estero ante Central Córdoba sin generar una sola situación de gol.
Llegó la etapa de revisar el plantel, de tomar decisiones acertadas para elevar el nivel de jerarquía del equipo (no como la de Blandi, que llegó el 7 de agosto a Santa Fe y apenas jugó 41 minutos) y de plantearse con los pies sobre la tierra un salto de calidad. No fue un año fácil para Unión. El éxito del tradicional rival lo puso en un nivel de exigencia diferente y está bien que así sea. La apuesta a mejorar tiene que ser permanente. Hay clubes que tuvieron un gran año, como es el caso de Defensa y Justicia, que más allá de sus características propias, no tiene ni por asomo la capacidad de convocatoria y el arrastre de un club como Unión. Se vendrá también un año electoral, lo cual le agregará un condimento extra al 2022.
Un pequeño último párrafo para el rubro obras. Por fin, Unión pudo terminar su platea alta y ahora, contra reloj, habrá que preparar adecuadamente el estadio para volver a recibir la visita internacional en la Sudamericana. Otro desafío para Spahn y compañía.