El último domingo, el árbitro Simón Cané recibió una trompada de un jugador de Roldán RC, cuando finalizó el encuentro que dicho equipo disputó con Villa Rugby.
Solo se jugarían, el 8 de diciembre, las finales de Primera y Segunda División.
El último domingo, el árbitro Simón Cané recibió una trompada de un jugador de Roldán RC, cuando finalizó el encuentro que dicho equipo disputó con Villa Rugby.
Una acción repudiable desde todo punto de vista con el que se lo mire o analice.
Está desleal acción motivó a que, a partir del martes, comience el rumor de que los árbitros del TRL no iban a dirigir este fin de semana, en el marco de la última fecha de la competencia.
Al ser una competencia que involucra a tres uniones (Santafesina, Entrerriana y Rosarina) había que tomar una decisión en conjunto.
En ese conjunto, sí o sí, debían estar involucrados representantes de: los árbitros (tanto los presidentes de las comisiones como los referentes en actividad), Comité Ejecutivo del TRL y de las uniones involucradas.
Nada de eso pasó. La decisión fue tomada por el Consejo Directivo de la Unión Rosarina y el presidente de la comisión de árbitros de dicha institución.
¿Por qué? Nadie lo sabe, o al menos, por ahora no se dieron detalles de esta arbitraria y perjudicial decisión.
En dos años (2020 y 2021) fue casi nula la actividad. Y en una mesa, algunos decidieron que muchos jugadores no terminen la temporada como corresponde. Es decir, jugando, dentro de una cancha.