Machuca y Gastón González fueron los abanderados de un equipo en el que nadie desentonó. Calderón y Luna Diale también dieron lo mejor de sí en un partido que marcó a fuego al equipo en este final de año.
Había que jugarlo así, con el "cuchillo entre los dientes". Y también con fútbol. Lo pasó por arriba Unión a Colón como pocas veces se vio en los últimos tiempos. La diferencia fue tan sorpresiva como abismal. Hubo un solo equipo en la cancha. El otro faltó a la cita. Así nomás. Tan simple como contundente.
Fluyen las figuras. Machuca (9) tuvo un rendimiento notable en el primer tiempo. Convirtió el primer gol (muchos lo comparan con el de Madelón en la final del '89), le hicieron el foul en la jugada del segundo gol (Goltz le cometió la falta "más larga de la historia" porque a los manotazos no lo pudo frenar) y anteriormente le puso un pase "a lo Bochini" para dejarlo solo a García en el mano a mano que se fue muy cerca del palo izquierdo de Burián. En el arranque del segundo tiempo se fue lesionado.
En un mismo nivel de importancia, prácticamente, está Gastón González (8). Se cansó de desbordar a Mura primero y a Meza después. Y la frutilla del postre llegó en el final del partido, cuando en una corrida estupenda convirtió el tercero con una excelente definición.
Moyano (6) no tuvo mucho trabajo, dio rebote en un remate en el primer tiempo que no pudo detener y atajó un cabezazo de Bernardi en el complemento. Punto y aparte. Colón tuvo una tibieza por momentos exasperante a la hora de atacar.
En el fondo, buen partido de Vea (6), sin proyecciones y jugando a cuidar el lateral, sin arriesgar. El mejor del fondo fue Calderón (7), con personalidad, concentración y siempre bien ubicado, ayudando al resto de los defensores e implacable por abajo y por arriba. Como siempre ocurre con él, también ganó en el área de enfrente en un par de oportunidad. Bien Brítez (6), con personalidad para imponerse y aportando solidez a la defensa y lo propio con Corvalán (6), que fue el primero en llevar peligro (un remate suyo entrando por el callejón del "10" se fue desviado) y supo clausurar por completo su lateral, incluso cuando le cambiaron al jugador que atacaba por ese costado, como ocurrió con Meza en el segundo tiempo.
En la mitad de la cancha, lo dicho de Machuca y de Gastón González, a los que se deben sumar el correcto trabajo de Portillo (7) que se paró delante de la línea de cuatro, estuvo siempre bien ubicado, quitó y empujó al equipo, sobre todo cuando debía realizar el gasto en el primer tiempo para ponerse en ventaja, además de Roldán (7), que fue de mayor a menor, pero que cuando tuvo contacto fluido con la pelota, se encargó de manejar no sólo a su equipo, sino al partido.
Arriba, fue muy bueno lo de ambos, cada cual en lo suyo. Luna Diale (7) fue otro de los que se destacó en el manejo del balón, con habilidad para sacarse la marca de encima y aguantando sin problemas los 90 minutos con un ritmo sostenido y gravitante. García (7) se fue ovacionado y con razón por parte de la gente. Marcó el segundo gol, recuperándose con rapidez del mano a mano que había desperdiciado unos minutos antes por pegarle con la cara externa de su pie derecho cuando tenía tiempo y posibilidades de intentar otra cosa. La "cacheteó" y se fue afuera, pero en la segunda no perdonó y empezó a definir el partido con un segundo gol que fue vital antes del cierre del primer tiempo.
De los que ingresaron, a Zenón (6) se le dieron instrucciones permanentes para que achicara espacios hacia atrás, tratando de que el equipo se acorte hasta su máxima expresión y aprovechar el adelantamiento masivo de Colón para ir de contragolpe, mucho más por el sector débil en el que marcaba un desconocido Piovi. Nardoni (6) entró para darle aire al mediocampo y cumplió, mientras que Márquez (6) pudo haber convertido tranquilamente un gol porque chances no le faltaron, pero falló en la definición.
Un partido redondo de Unión, que lo jugó como se deben jugar los clásicos. Decíamos en la previa que podía ser consagratorio y así lo fue. Marcó claras diferencias, las que no son habituales en esta clase de partidos y mucho más cuando el rival viene de salir campeón.
La sombra del campeón
No hay nada ni nadie para rescatar en Colón. Sólo la voluntad de Ferreira en el primer tiempo para pedir la pelota y nada más. Hubo jugadores con un rendimiento desconocido, que venían jugando con cierta regularidad, como Lértora y Aliendro. Más otros que desnudaron una lentitud increíblemente preocupante, como Piovi, Delgado o Goltz.
Ni siquiera pudo cambiar la historia en el segundo tiempo, cuando apareció un poco más Bernardi o cuando ingresaron los jugadores que Domínguez eligió para cambiar un rumbo que estuvo perdido durante los 90 minutos.