Sábado 9.10.2021
/Última actualización 23:40
River Plate, diezmado con bajas por lesiones y convocatoria de jugadores a seleccionados sudamericanos con acción en fecha FIFA, venció en la tarde de este sábado como visitante 1-0 a Banfield, para seguir exhibiéndose como líder en el torneo de la Liga Profesional de fútbol (LPF).
En un discreto encuentro por la decimoquinta jornada, disputado en el estadio Florencio Sola, el equipo del DT Marcelo Gallardo sacó renta máxima, a partir de una desafortunada acción del defensor Gustavo Canto, quien batió su propia valla ante tiro de Federico Girotti, una de las figuras del cotejo.
Con este éxito, el elenco ‘millonario’ llegó a las 33 unidades en la clasificación, incrementó a 10 la cantidad de partidos sin derrotas, y aventaja provisoriamente por cuatro a Talleres de Córdoba, que el lunes se medirá con Atlético Tucumán.
A sabiendas de que las ausencias podían complicarlo, River asumió el partido de otra manera: dejó el protagonismo de otras jornadas para calzarse el traje de equipo utilitario, que trató de sacarle provecho a sus aproximaciones a la valla adversaria.
Luego de un arranque a todo ritmo, con dos equipos jugados a buscar el desnivel, el elenco de Núñez se mostró más punzante, con un Girotti gravitante y un Agustín Palavecino que intentó tomar contacto asiduo con el balón.
Cuando se jugaban apenas 2 minutos, el conjunto del DT Gallardo tuvo la primera chance para marcar con un disparo de Rollheiser por franja central, que halló una buena respuesta del arquero Altamirano.
Como contrapartida, a los 11 minutos, el equipo local llegó por primera vez con un remate rastrero y esquinado de Juan P. Alvarez, que encontró bien ubicado al arquero Bologna.
A los 17 del primer tiempo se produjo la acción que definió el cotejo: un remate de Palavecino fue contenido a medias por Altamirano, quien dio un rebote largo que aprovechó el rubio Girotti para abrirse y, con una gambeta, desairar al golero. El disparo del delantero corría paralelo al arco, pero el apuro de Canto terminó enviando el balón a la red y se erigió en el único festejo de la tarde.
Después del tanto, River justificó la diferencia, no sólo otorgándole mayor fluidez al traslado sino cortando los eventuales circuitos que podía diseñar el ‘Taladro’, que no contó con Jesús Dátolo, lesionado.
A los 33, un tiro libre de Urzi exigió una muy buena respuesta del arquero Bologna, quien envió al córner con una mano, cuando el balón se cerraba peligrosamente.
Pero River siguió siendo dominador, con un Casco gravitante con sus proyecciones por derecha; un Palavecino intenso en el despliegue y en la generación, además de un Girotti potente, que se movió con criterio por todo el frente de ataque.
Con el ingreso del colombiano Cuero, el equipo local buscó darle mayor profundidad a sus avances. Precisamente, el colombiano envió un centro desde la derecha al que no llegó bien pisado el juvenil Cruz y que le permitió al guardavallas visitante quedarse con el balón.
En el segundo período, las acciones se tornaron algo más friccionadas e imprecisas. River eligió recostarse más atrás, cederle a Banfield la posesión de la pelota.
Pero ese contexto terminó perjudicando al local que cargó con tozudez pero poco ingenio. El equipo de Gallardo, cansado por el despliegue físico, empezó a recurrir cada vez con mayor asiduidad a la infracción táctica para sostener un resultado que le permitió consolidarse en lo más alto, aun cuando no tuvo el brillo de otros partidos.