Juan Franco
El exdelantero de Newell's Old Boys y la Selección, actual DT de Sportivo María Teresa, habla de la generosidad de Maradona, las obsesiones de Bilardo y las peripecias que antecedieron a la hazaña en tierra azteca. Además, cuenta cómo superó la desilusión de no entrar a la cancha ni un solo minuto.
Juan Franco
A los 63 años de edad, Sergio Omar Almirón es el director técnico de Sportivo María Teresa en la Liga Venadense de Fútbol, adonde vuelca sus experiencias después de una notable carrera como futbolista y entrenador en las grandes ligas, incluso tocando el cielo con las manos en México '86 con la Selección.
Este jueves, el Negro se sentó a la mesa de "El Chamuyo Café-Bar" (Canal 8 y LT29), con la presencia de El Litoral, y durante dos horas compartió vivencias de su trayectoria en el país y el exterior en una noche bien futbolera, ya que también había sido invitado Mauricio el Tano Piersimone.
"En nuestra época el 70% era técnica y el 30% físico, y eso se invirtió, al igual que la actitud de los chicos. En los '70 pedíamos permiso para abrir la boca y cuando hablaba un caudillo no volaba una mosca. Hoy los pibes entran al vestuario y en lugar de discutir las jugadas del partido buscan sus celulares. Y en la semana, a nosotros tenían que echarnos de las prácticas; hoy están todos apurados", ironizó.
"Desde las inferiores, el fútbol está contaminado por las problemáticas sociales que todos conocemos y en esas condiciones no alcanza con el voluntarismo. Hay que estar muy preparado para trabajar con los chicos y contar con todas las respuestas para una buena contención. Más allá de lo físico y lo técnico, en estos tiempos hay que estar atentos a la relación de cada pibe con su familia", alertó.
Con el "1" en la espalda, en tiempos de numeración por orden alfabético, Almirón es uno de los campeones del '86 que no sumó minutos en cancha, a pesar de haber demostrado un buen rendimiento en lo previo. En esa etapa, el resistido Carlos Bilardo no encontraba el funcionamiento y arreciaban las críticas, y el rosarino hizo tres goles en el 7 a 2 contra Israel, en mayo, y pedía titularidad a gritos. Sin embargo, la llegada a último momento de Jorge Valdano, que jugaba en España, lo marginó del once inicial. Aun así, estuvo a punto de entrar ante Uruguay: "Bilardo me mandó a calentar porque estaba disconforme con la actuación de (Pedro Pablo) Pasculli, que al final hizo el único gol, y yo seguí calentando hasta que se terminó el partido", bromea.
"Me costó entender por qué no me ponía luego de estar entre los titulares en los amistosos y en los entrenamientos. Hoy, 36 años después, la verdad es que me siento tan o más campeón que los compañeros que jugaron, por muchas cosas, por lo que vivimos y por lo que colaboré. Aunque no salía a la cancha, y a veces estaba fastidioso, me la aguantaba y siempre estaba dispuesto al trabajo", asegura el admirador de Maradona, Bochini y el Trinche Carlovich.
"Nos tuvimos que ir tres meses antes para que no lo echaran a Bilardo. Las presiones venían desde el presidente Raúl Alfonsín y el secretario de Deportes (Rodolfo O'Reilly), además de algunos medios (Clarín y El Gráfico), y hasta se decía que ya estaba apalabrado el nuevo entrenador", cuenta el Carucha. Sin embargo, valoriza que en esos meses, en medio de las descalificaciones, se consolidó una mística inquebrantable del grupo, cuyos conflictos internos -que los hubo- se solucionaron en reuniones donde "todo se hablaba", con el aporte clave de los líderes del plantel.
En los últimos cinco años los futbolistas campeones del mundo del '78 y el '86 recibieron algunos reconocimientos desde la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), como una obra social y una mensualidad. "Hoy estamos mucho mejor, después de décadas de indiferencia", agradeció el actual entrenador de Los Tigres.
Consultado sobre el carácter perfeccionista y obsesivo del Narigón Bilardo, Almirón jura que nunca vio nadie igual, y lo corrobora con una anécdota que lo involucra. Al momento de oficializar la nómina para el Mundial (a las apuradas para adelantar la partida), y luego de sucesivos cortes, había 24 futbolistas y debían quedar 23. Ese día, en la sede de AFA, el DT fue llamando uno tras otro a los jugadores y los últimos fueron Sergio Almirón y Oscar Dertycia, a los que hizo pasar juntos para explicarles por qué uno sí y el otro no. "Ahí Carlos dice que me había elegido a mí y que lo había resuelto por dos motivos: el primero era por recordar en un entrenamiento una jugada que habíamos practicado mucho tiempo antes en un plantel que se preparaba para una Copa América, y el segundo por haber seguido concentrado tras un partido en Tilcara, aunque teníamos la opción de un par de días de descanso con la familia. Por este tipo de cosas no puedo estar enojado con Bilardo; claro que me hubiera gustado jugar, pero formé parte de una nómina de 23 que millones hubieran querido integrar. Y ahora, en el rol de técnico, también me sirve para que los jugadores entiendan la importancia del entrenamiento".
"No me alcanzan las palabras para definir lo inmenso que fue Diego", enfatizó el DT de María Teresa. "Era muy generoso, siempre privilegiaba a sus compañeros. Más allá de equivocaciones en la vida privada, como todos las tenemos, me enoja cuando lo atacan, porque lo hacen quienes no lo conocieron, mientras nosotros sabíamos bien qué clase de persona era. Además, en lo futbolístico se puso al hombro un equipo por el que nadie daba dos pesos", cuenta Almirón sobre el fallecido astro.
Y sobre el mejor gol de los mundiales, el segundo de Maradona a los ingleses, resume: "Apenas arrancó en campo propio y giró, nos empezamos a parar en el banco y a caminar en su mismo sentido, hacia el arco de ellos, porque veíamos que nadie lo podía parar, iba en el aire, algo nunca visto...".
Sergio Almirón, nacido en Rosario el 18 de noviembre de 1958, hizo las inferiores en Newell's Old Boys desde las 14 años, debutó en Primera a los 17, y jugó además en Tours FC (Francia), otra vez Newell's (campeón 87/88), Tigres de México, Estudiantes de La Plata, Central Córdoba de Rosario, Talleres de Córdoba y Belgrano de Arequito (Liga Casildense).
Con el buzo de técnico, dirigió un año la Primera de Ñuls junto a Julio Zamora en 2002; trabajó seis temporadas en México; y de vuelta en el país, estuvo casi seis años en el Arias Foot Ball Club (Liga de Canals) y desde principio de año es el DT de Sportivo María Teresa.