El próximo domingo se pondrá en marcha el “Maratón más lindo del mundo”, título que nos enorgullece a los santafesinos y al mismo tiempo, nos obliga a una mayor responsabilidad para que esta 37º edición se desarrolle con normalidad y sea una verdadera fiesta de la natación de aguas abiertas, atendiendo a las condiciones que presenta el río en nuestra zona.
La carrera tendrá un desarrollo rápido pero será muy difícil superar la marca de Degano, establecida en 1990. Por otro lado, a diferencia de los últimos años, donde Petar Stoychev pudo imponer su estrategia para definir la carrera en los últimos tramos, esta vez las condiciones del río pueden hacer fracasar esta modalidad que tan buenos resultados le han dado al búlgaro.
Muy pocas veces el río ofrece posibilidades tan favorables para aquellos nadadores más veloces que se animen a desprenderse del pelotón. Un papel importante tendrán esta vez los guías, ya que el cauce del Coronda ofrece en estos momentos tramos donde no hay sólo una corriente sino dos y hasta tres; el secreto está en saber verlos.
Éstas son cuestiones para tener en cuenta, pero secundarias, ya que lo importante es lo que esté pensando el nadador, cómo está dispuesto. Blaum, Villagoiz, Valenti y Studzinzki son nadadores con posibilidades ciertas de alcanzar lo más alto del podio.
Pero hay cuestiones que no se pueden ni siquiera pensar. Por ejemplo, dejar al adversario la iniciativa de ganar o no: —¿Estás para ganarle a Stoychev este año? -pregunta el periodista a Damián Blaum; quien responde: —Creo que ganarle a Petar no depende de uno, sino de él mismo. De sus ganas y su estado. Si Petar quiere y está para ganar, va a ganar.
Sinceramente, creo que es un error, porque Blaum (número 2 del Ranking Fina), es realmente uno de los candidatos más firmes para derrotar al búlgaro y nos gustaría que esta vez la decisión la ponga en sus propias posibilidades, que todos conocemos son excelentes. Esta observación vale también para el santafesino Villagoiz.